Según encuestas oficiales del pasado año, en México hay unos 2,4 millones de trabajadores en servicios domésticos. La falta de seguridad social y de derechos de las trabajadoras del hogar retomó importancia en los últimos meses en México tras el éxito de la película "Roma" del cineasta mexicano Alfonso Cuarón, donde narra la vida de una empleada doméstica.

Las empleadas domésticas han sufrido múltiples discriminaciones ya sea por género, por salario, por ocupación y en muchos casos incluso por su origen étnico. En este sector, existe un nivel de informalidad de casi el 99% y quienes lo desempeñan no tienen acceso a médicos ni créditos de vivienda ni tampoco tienen derecho a una pensión por jubilación después de trabajar toda su vida.

Originaria de un poblado en Oxaca, Marcelina Bautista tuvo que abandonarlo porque sus padres apenas podían mantener a sus trece hijos. Llegó a Ciudad de México con 14 años donde empezó a trabajar como empleada del hogar para poder costearse sus estudios de Derecho. En la foto, Marcelina Bautista dando una entrevista en la Corte Suprema de Justicia de México.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más del 80% de la población mexicana tiene tez oscura. Esto es motivo de discriminación ya que el color de piel influye en el nivel de estudios y en las oportunidades laborales. Mientras llevaba a cabo sus estudios, Marcelina empezó una lucha para reivindicar los derechos de este colectivo, fundando el primer sindicato del sector.

Su tarea al frente del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH) le ha valido el reconocimiento de diversos premios internacionales. No obstante, uno de los más emotivos ha sido asistir junto a Norma Palacios Trabamala, Representante del Sindicato para Trabajadoras del Hogar en México (SINACTRAHO) a la pasada ceremonia de los Óscar.

Las trabajadoras del hogar celebraron el éxito del director y creador de la película “Roma”, Alfonso Cuarón, que fue reconocido durante la gala de los Óscar en Los Ángeles, Estados Unidos. La película está inspirada en Liboria Rodríguez, la niñera que cuidó al cineasta en sus años de infancia. Esta remueve las conciencias y exhibe las desigualdades sociales de las personas indígenas en México.