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Una mezcla sensata entre Estado y mercado para América Latina

Eva Usi13 de enero de 2007

Entre los planes de Hugo Chavez figura el de quitar independencia al Banco Central de Venezuela. Sobre los alcances de tal medida hay distintas teorías, explica el economista en jefe de la UNCTAD, Heiner Flassbeck.

Manifestación de apoyo a Hugo Chávez.Imagen: AP


Al inicio de su tercer mandato, el presidente venezolano, Hugo Chávez anunció la estatización de la compañía proveedora de energía eléctrica, y la de telecomunicaciones. También anunció que el Banco Central perderá su independencia. DW-WORLD habló al respecto con el alemán Heiner Flassbeck, economista en jefe de la UNCTAD.

¿Qué riesgos significa para un país como Venezuela que su Banco Central abandone su independencia?

Flassbeck: No se puede emitir un juicio tan fácilmente. Existe una escuela que afirma que en los países en desarrollo los bancos centrales deben ser independientes. Pero también hay otra que señala que lo importante es que estas entidades controlen el índice de inflación independientemente de si son independientes o no del Estado, así que no hay reglas claras. Incluso hay economistas conservadores que afirman que los Bancos Centrales, sean independientes o no, no influyen en el nivel de la inflación.

¿Qué experiencias aportan Estados Unidos y Japón en donde los Bancos Centrales no son tan independientes?

Heiner Flassbeck, Division de globalización y estrategias de desarrollo de la UNCTAD.Imagen: AP

Japón o Estados Unidos son los casos clásicos de reducida independencia en comparación con el Banco Central Europeo y no puede decirse que la tasa de inflación sea más alta, es decir, que los bancos hayan fracasado. Pero más importantes que la cuestión de si son independientes o no son los objetivos que persiguen. Eso está determinado por el poder legislativo y ahí hay diferencias importantes. La Reserva Federal en Estados Unidos tiene explícitamente la tarea de promover el empleo y controlar la inflación. Ambos son objetivos decisivos mientras que, según el Tratado de Maastricht, que fue la base para la fundación del Banco Central Europeo, la inflación es el punto más relevante y es el único objetivo asignado al custodio de la estabilidad monetaria. Se trata de dos maneras completamente distintas de actuar de los Bancos Centrales y eso, repito, es mucho más importante que la cuestión de la independencia.

¿Eso significa que el alto desempleo que se tiene en Europa podría ser atacado con una política específica del Banco Central Europeo?

Con toda seguridad podría ejercer una influencia sobre el mercado laboral y en esto la Reserva Federal en Estados Unidos juega un papel mucho más agresivo, reacciona ante signos de debilidad económica, como de desempleo. En Europa tenemos el problema que el Banco Central se evade en el llamado combate a la inflación, dejando el resto de la responsabilidad al gobierno y haciéndole recriminaciones de que no hace lo suficiente para reducir el desempleo y reiterando una y otra vez la necesidad de realizar reformas estructurales. Algunas veces esta crítica es correcta pero no siempre. Algunas veces las reformas estructurales son importantes, pero a menudo, y cada vez más, nos encontramos ante una situación económica general en la que la intervención del Banco Central es decisiva y desafortunadamente en Europa eso no sucede.

En América Latina hubo fuertes turbulencias en la década de los 90, que con seguridad han tenido que ver con decisiones equivocadas de las instituciones financieras.

Con seguridad, pero América Latina pasó por una fase en la que se intentó establecer precondiciones institucionales similares a las de los países industrializados. Se consideraba que la independencia de los bancos centrales era decisiva para alcanzar la estabilidad y el bienestar de los países industrializados. Eso se intentó a principios de los 90 y fracasó al final de la década y principios del siglo XXI, cuando se produjeron grandes crisis financieras. Esto explica porqué ahora algunos países de América Latina, algunos más que otros, revalorizan el papel del Estado y buscan nuevamente una participación más fuerte del Estado en la economía. Tienen tras de sí una situación en la que se intentó dejar de lado el papel controlador del Estado y no funcionó como se esperaba. No sólo no se produjo el éxito deseado sino que acabó en profundas crisis como en Argentina y Brasil y eso explica la revalorización del Estado y la elección de gobiernos de izquierda.

Simpatizantes del Movimiento Al Socialismo (MAS), acuden a las urnas en las afueras de La Paz, Bolivia.Imagen: AP

¿Eso explica la emergencia de gobiernos de izquierda que buscan una nueva vía, lejos del dictado del FMI y del Banco Mundial?

Se explica por las experiencias por las que han pasado estos países. Sería ahora un error decir a estos países que vuelvan a los modelos que fracasaron a principios de los 90. Para esos países, para esos gobiernos y su población el experimento de los años 90 en el que había más mercado y menos estado fue lo que condujo a la crisis. Claro, hay distintos matices que hay que observar, pero en general ése ha sido el factor detonante que ha provocado el retorno a los viejos modelos en donde el Estado juega un papel más importante.

¿O sea que los viejos modelos ofrecen todavía una perspectiva de desarrollo?

Tanto como los nuevos modelos, pero yo creo que se trata de encontrar una mezcla sensata. Aquí en la UNCTAD es la postura que defendemos, que se debe buscar una mezcla sensata entre Estado y mercado. Ningún modelo radical, ya sea de uno u otro color, tendrá éxito. La clave es una mezcla sensata.

¿Qué lo ocupa como Economista en Jefe de la UNCTAD?

En los últimos años nos hemos ocupado de manera intensiva de la cuestión que en inglés se llama "Policy Space". Se trata de definir cuál es el margen de maniobra que necesitan los países en desarrollo para ejercer una política económica de manera autónoma y exitosa, eso tiene que ver con lo que acabamos de discutir, pero también tiene que ver con la libertad que debe darles la comunidad internacional en este mundo globalizado. Creemos que es un complejo acto de equilibrio entre por un lado un mercado abierto que puede ofrecer muchas ventajas, pero que a veces parece como un corset el adaptarse al dictado del mercado, algo que presiona a la población de estos países. Es un acto de equilibrio, que algunos países de Asia han logrado alcanzar mejor que América Latina. Esto se observa en los últimos 20, 30 años y no se debe a un solo factor, pero si tiene que ver con el hecho de que el Estado en esos países el Estado ha ejercido un mayor control, permitiendo a la vez mayor libertad de actuación.

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