La presencia de Claudia Neumann como comentarista de los partidos de la Eurocopa en la televisión alemana ha desatado una encendida polémica de carácter sexista que ha sorprendido al país.
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“Yo ya contaba con el viento en contra”. Con estas palabras, la periodista Claudia Neumann intentó bajar el tenor de una discusión que involuntariamente protagonizó, y que describe cómo algunos sectores de la sociedad alemana perciben el tema de la igualdad de la mujer en el lugar de trabajo.
Neuman, una veterana y experimentada reportera de fútbol que ya ha comentado para la televisión Mundiales femeninos, y partidos de la Bundesliga, apareció en esta Eurocopa Francia 2016 por primera vez al frente de un micrófono durante un gran torneo masculino de selecciones. Las reacciones de la audiencia a través de las redes sociales no se hicieron esperar. Los comentarios, sin embargo, estaban en gran parte llenos de menosprecio, desdén, agresividad y hasta odio sexista.
“¿Por qué no está en la cocina?”
El tono escogido por una parte del público alemán para darle la bienvenida a la primera mujer comentando un partido de una selección masculina en la Eurocopa fue de un sorpresivo machismo. “Nada contra la emancipación, pero ¿no pueden dejarnos el fútbol a nosotros?”; “Deberías estar cocinando”; “Esa vieja debería dedicarse a comentar torneos de gimnasia rítmica”; “¿Quién la autorizó a salir de la cocina?”; “Seguro es lesbiana”.
Estos fueron apenas algunos “inocentes” ejemplos de lo que los televidentes escribieron en Twitter. En Facebook los comentarios tampoco fueron más amables. La cadena de televisión ZDF, para la que Neumann trabaja, salió inmediatamente en su defensa explicando no solo que confía en la calidad de su periodista, sino que además va a oponerse activamente a la forma en la que las redes sociales se desacredita y ofende a su reportera. “Los insultos no son una opinión”, aseguró ZDF.
La propia Claudia Neumann, que ya en el 2011 había escrito una página en la historia del periodismo alemán al convertirse en la primera mujer en comentar un partido en un Mundial de la FIFA, ha procurado encarar la desagradable situación con amabilidad y benevolencia.
“Yo me mantendré de pie. No corro ningún riesgo de tirarme desesperada desde lo alto de la Torre Eiffel. La gente que me ataca esta convirtiéndome en un mártir, y de esa forma están logrando exactamente lo contrario a lo que se proponen”, comentó la periodista, de 52 años. Ella también valoró este debate como una oportunidad para abrirle el camino a jóvenes colegas suyas de comentar partidos masculinos en torneos futbolísticos de primer nivel.
Candidata para la final
Pero así como los comentarios machistas causaron revuelo, en Alemania también se ha desatado una gran ola de respaldo y solidaridad ante lo sucedido en torno a Neumann. La reportera ya cumplió su trabajo en la Eurocopa, donde tenía asignado comentar únicamente dos partidos, pero ha permanecido en Francia a disposición de su canal, ZDF.
Un sector del público alemán, a manera de rechazo a la actitud machista de muchos de sus compatriotas, ha iniciado en Internet una campaña para que Claudia Neumann tenga la oportunidad de ser la comentarista oficial de la final de la Eurocopa Francia 2016 que se jugará en París el próximo 10 de julio. La petición ya cuenta con más de 20.000 firmas y podría convertirse en un hito, no solo para el periodismo deportivo en Alemania, sino también para la lucha a favor de la igualdad de géneros en el campo laboral.
Ataques con ácido: historias de sobrevivientes
En distintos países del mundo, los ataques con ácido son una más de las formas de ejercer violencia contra la mujer. Un delito que, al menos en Colombia, recibirá ahora sanciones más duras.
Los ataques con ácido son una forma premeditada de violencia que afecta principalmente a mujeres. La mayoría no muere, sino que queda desfigurada por las quemaduras, a veces ciega o mutilada. El agresor infringe así un daño que acompaña de por vida, con severas secuelas físicas y sicológicas. La colombiana Nubia Espitia fue atacada por desconocidos en plena calle en 2008.
Imagen: AFP/Getty Images/L. Acosta
Ley Natalia Ponce de León
Unos mil ataques con ácido se han registrado en la última década en Colombia. El de Natalia causó conmoción, por la gravedad de las lesiones. A través de su Fundación, la joven ha dado una batalla incansable por endurecer las penas. Esta semana, el Congreso finalmente aprobó la ley que tipifica el delito de ataque con ácido y fija condenas de hasta 50 años de cárcel y elevadas multas.
Imagen: Claudia Rubio/El Tiempo Bogota Colombia
Esperanza de nueva vida
Cuando era un bebé de seis semanas, Durjoy, de Bangladesh, fue rociado por una tía que temía perder una herencia a causa del niño. Con la ayuda de voluntarios de Acid Survivors Trust International (ASTI) está saliendo adelante. Esta organización apoya a las víctimas e impulsa medidas para evitar nuevos casos, especialmente en India, Pakistan, Uganda, Nepal, Bangladesh y Colombia.
Imagen: ASTI
Sueños de sobrevivientes
El proyecto “Invisible” de la fotógrafa alemana Ann-Christine Woehrl, retrata a mujeres víctimas del ácido en diferentes países y cómo están rehaciendo sus vidas. Makima, de la India, fue atacada por la madre de su vecino, por haber rechazado la propuesta de matrimonio de éste. Su sueño es convertirse en policía y luchar por que haya más justicia.
Violencia dentro del hogar
Farida vive en Bangladesh. Hace más de 15 años quiso dejar a su marido, drogadicto y jugador, quien había perdido tanto dinero que tuvo que vender la casa. Mientras Farida dormía, él le echó ácido encima y cerró la puerta con llave. Los vecinos llegaron alertados por los gritos. Estuvo seis meses en el hospital. Gracias a Acid Survivors Foundation de Bangladesh ha podido rehabilitarse.
Por apoyar a su hermano en su decisión de no aceptar un matrimonio arreglado, Nusrat, de Pakistán, fue atacada por su marido y su cuñado hace seis años. Del ataque recuerda que sus ropas se destruyeron y su cuerpo cayó como consumido por el fuego. Gracias al apoyo de una organización local se capacitó para trabajar en un salón de belleza.
Sidra, de Pakistán, quedó casi ciega por el ataque que sufrió en 2011. Estaba alojando donde una amiga y en medio de la noche el hermano de ésta trató de molestarla. La madre lo instó a arrojarle ácido para evitar que Sidra causara un escándalo. Aunque el agresor recibió un condena de 25 años de cárcel, lo habitual es que las penas sean bajas o que el criminal incluso nunca enfrente la justicia.
Flavia tiene 25 años y fue atacada hace seis, al regresar a casa una noche. No vio a su agresor y hasta hoy no sabe quién fue. Como otras sobrevivientes, tuvo una fuerte depresión. Pasó mucho tiempo sin querer salir de casa y con mucho miedo. Con el tiempo ha aprendido a aceptarse, tener confianza en sí misma y mostrar todo lo que puede. Con sus mejores amigas, vuelve a reír.