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¿Una nueva cara para el eje franco-germano?

Tina Gerhäuser/Susana Helfgot19 de julio de 2005

Cuando Alemania se prepara para elegir un nuevo gobierno, surge el interrogante de cómo afectará un cambio en la cúpula germana al corazón europeo. Angela Merkel se encuentra de visita en París.

Jefa del partido de oposición alemán, Angela MerkelImagen: AP

A algo más de dos meses de las elecciones parlamentarias en Alemania, el viaje de la jefa de la Unión Cristiano-Demócrata (CDU) -candidata a canciller de la oposición frente el actual canciller Gerhard Schröder- despierta gran atención en París. La política europea es el tema central de sus conversaciones con el presidente francés Jacques Chirac, el primer ministro francés Dominique de Villepin y el ministro del Interior y jefe de la Unión para el Movimiento Popular (UMP), Nicolas Sarkozy.

"El encuentro de Sarkozy con la colega conservadora Merkel dará quizás una impresión del futuro de la UE si ella gana las elecciones", dice el periódico inglés liberal de izquierda "Guardian. "La popularidad de Sarkozy en su país le aportó admiradores en el extranjero, sobre todo entre los ministros británicos que están cansados de Chirac y a quienes les gusta su postura pro americana.

La herencia Schröder-Chirac

El canciller alemán,Gerhard Schroeder (izquierda) y el presidente francés, Jacques Chirac.Imagen: AP

Chirac y Schröder se entienden bien. Según los partidos de la oposición, CDU y CSU (Unión Social-Cristiana), demasiado bien y le reprochan al canciller descuidar a los otros miembros de la UE. En su campaña electoral, Merkel promete que el trabajo conjunto franco-alemán "se desarrollará de tal manera de hacer justicia a la confianza de los otros miembros de la UE y de incluir sus intereses, descartando gestos de tutela y dominación".

Si bien ambos dirigentes consiguieron cambios institucionales de carácter simbólico como el Consejo de Ministros Germano-Francés y el Deutsch-Französischer Tag (Consejo de Cooperación Germano-Francés), fundado en enero de 2004, el dúo Francia-Alemania como doble motor dinámico de la integración europea ya no es aceptado por todos como antes. A más tardar, a partir de la expansión de la UE a 25 miembros, las relaciones entre esos dos países se encuentran en una fase difícil de transición, afirma Martin Koopmann, director en Francia de la Sociedad Alemana para Política Exterior. El dúo perdió credibilidad, dice Koopmann, porque ambos violaron el pacto de estabilidad de la UE varias veces y porque durante la crisis de Irak renunciaron a consultarse con los otros países miembros. Además, después del fracasado plebiscito sobre la constitución europea en mayo de 2005, la posición del presidente francés en su propio país está extremadamente debilitada. Koopmann piensa que "Alemania puede llegar a jugar un papel directivo más fuerte en los próximos dos o tres años que en el pasado, justamente por la debilidad del gobierno francés, quizás demasiado pronto para el gusto de Merkel si llega a ser elegida como canciller".

Desafío

Si los partidos CDU y CSU llegan al poder, los conflictos con el gobierno de UMP en París serían seguros. Koopmann menciona tres aspectos en los que Chirac tendría dificultades: el embargo de armas a China -el gobierno francés está dispuesto a reanudar el comercio de armamentos al igual que Schröder; pero Merkel está estrictamente en contra.

El segundo punto de posible discusión sería el pacto de estabilidad de la UE: el CDU y CSU prometen en su campaña electoral que se atendrán estrictamente a los límites de deuda establecidos por la UE, es decir, que no sobrepasarán el 3% del producto bruto interno. En cambio Chirac es partidario de flexibilizar el pacto.

Por último, probablemente Irak sea un tema de divergencia entre París y Berlín, dice Koopmann. Es cierto que Merkel no pretende enviar tropas; pero cuando Chirac y Schröder se manifestaron en contra de la guerra iniciada por EEUU, Merkel criticó con agudeza su postura y hasta viajó a los EEUU para poner en claro su desacuerdo con el gobierno alemán.

Para hablar de un nuevo comienzo en las relaciones entre Francia y Alemania, Koopmann piensa que habrá que esperar hasta 2007, para las elecciones de presidente en Francia. El sucesor de Chirac sería Sarkozy, conocido de Merkel que también entrevista este martes en París.

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