Pobreza, suelos degradados, escasez de energía: las zonas rurales de los países en desarrollo deben enfrentarse a muchos problemas al mismo tiempo. Y las soluciones se hacen esperar. Sin embargo, una nuez venenosa que parece insignificante podría marcar la diferencia: la planta jatropha crece en suelos donde ya nada más florece. Las nueces oleaginosas son fuentes de combustible y energía que podrían generar ingresos para los agricultores. Al menos en teoría. Esta semana, nuestra reportera Bettina Thoma nos muestra cómo funciona el proyecto en la práctica en Benín. El objetivo es, principalmente, ayudar a que las mujeres logren una mayor independencia por medio de la cosecha de la planta jatropha. El artículo de Laura Hennemann explora los usos de la planta, así como sus ventajas y desventajas como combustible.