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Una plegaria y un grito desde el infierno

30 de diciembre de 2022

Desde hace 17 años Israel Vallarta está en la cárcel. Fue acusado con Florence Cassez de secuestro en un perverso montaje policiaco. Me escribió una carta desde prisión, una plegaria y un grito desde el infierno.

Un policía frente a la cárcel del Altiplano.
Imagen: picture-alliance/Photoshot/P. Mera

En marzo de 2009 publiqué el reportaje "Caso Florence Cassez ¿Simulación o justicia?” en cuyo contenido cuestioné la versión oficial sobre lo que la entonces Procuraduría General de la República (PGR) llamó "la banda del Zodiaco”. Una supuesta organización de secuestradores encabezada por la ciudadana francesa Florence Cassezy su pareja sentimental, el mexicano Israel Vallarta, quienes según la PGR fueron detenidos en flagrancia en diciembre de 2005 en un operativo realizado por la Agencia Federal de Investigación cuyo titular era el siniestro jefe policiaco Genaro García Luna, hoy encarcelado en Estados Unidos acusado de narcotráfico y corrupción, y su brazo derecho, Luis Cárdenas Palomino, coacusado de narcotráfico y preso en México por tortura.

Como suele pasar en México con grave frecuencia, nada de lo dicho por la PGR y la AFI resultó ser verdadero. La periodista Yuli García fue la primera en observar en 2006 que la detención de Vallarta y Cassez, televisada en vivo en diciembre de 2005, fue una escena recreada por la AFI, bajo las órdenes directas de Cárdenas Palomino, quien entonces era director general de Investigación Policial de la AFI. Y fue la propia Cassez quien ese mismo año 2006, desde prisión, denunció públicamente durante un programa televisivo que su detención había ocurrido en circunstancias totalmente distintas a las señaladas por la AFI y que ella no era una secuestradora.

Por desgracia, para muchos resultó tolerable el montaje como parte de la praxis de la policía, pero durante años no se analizó el fondo del caso: ¿Vallarta y Cassez eran o no eran secuestradores? Las víctimas rescatadas en el montaje ¿eran reales o ficticias? Durante varios meses analicé el expediente criminal del caso, las pruebas, testimonios, registros videográficos, y entrevisté varias ocasiones a Cassez cuando estaba en prisión. Lo que encontré es que claramente el caso era insostenible de principio a fin. En primer lugar, por las torturas infligidas a Cassez y Vallarta, y la detención ilegal y la alteración de la supuesta escena del crimen. No se requiere ser muy listo para saber que estos tres elementos echan por tierra el caso ante cualquier juez imparcial. Además, había una inconsistencia insuperable en las pruebas y contradicción en los testimonios de las presuntas víctimas y de los policías que realizaron la detención.

Obtuve copia del dictamen médico elaborado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos(CNDH) el 12 de diciembre de 2005, con el folio 57768-577-69, realizado por el Dr. Gerardo Monfort Ramírez, en donde se afirma que Israel Vallarta fue torturado con choques eléctricos en los genitales. El médico legista también dictaminó que los diversos golpes que presentaba en su cuerpo "son compatibles con lesiones producidas por objetos de bordes romos, no cortantes, como pueden ser los pies y las manos…”. Es decir, los policías en vez de presentarlo de inmediato ante un juez lo agarraron a puños y patadas durante horas.

En una revisión de las imágenes del montaje televisivo transmitido, aparece en pantalla que elementos de la AFI entran a la casa donde supuestamente estaban las personas secuestradas sin forzar la cerradura ni romper la puerta ya que un hombre de tez blanca, ojos claros, cabello castaño oscuro, de unos 40 años y vestido elegantemente con un abrigo negro, les abrió la puerta desde el interior del inmueble para que pasaran a detener a Cassez y Vallarta, y rescatar a las supuestas víctimas.

Al analizar esta imagen descubrí que el hombre que abrió la puerta- cuando se supone era un operativo sorpresa que se estaba realizando en vivo- era Cárdenas Palomino, ahora preso acusado de tortura en el caso de familiares de Vallarta detenidos cuando era jefe de la Policía Federal en 2012 como parte de la misma trama de fabricación de cargos.

Nadie lo notó, o a nadie le importó, pero durante la transmisión en vivo, a la vista de miles de televidentes, Cárdenas Palomino torturó a Vallarta apretando una de las heridas que le había infligido durante la tortura previa, para que fuera dócil y respondiera las preguntas que las televisoras le hacían. 

Se quejó del dolor y eran evidentes los golpes en su rostro. Vallarta, con un último aliento de valor ante los periodistas, mirando a Cárdenas Pálomino dijo: "usted me pegó”, pero cuando el periodista le preguntó "¿Qué le sucede señor?”, temeroso de denunciar de nuevo miró de reojo al jefe policiaco que lo sujetaba del cuello y dijo "Nada señor”. "¿Quién le pegó?”, volvió a preguntar el periodista, "Nadie señor”, repitió, visiblemente atemorizado, volviendo a mirar a su verdugo.

Florence Cassez, el 9 de diciembre de 2005.Imagen: Reuters

El reportaje "¿Simulación o justicia?” publicado durante la disputa diplomática entre los gobiernos de Francia y México por la liberación de Cassez, quien había sido ya sentenciada a 60 años de cárcel, motivó al interés de otros periodistas y escritores. En 2013, la ciudadana francesa fue liberada por órdenes de la Suprema Corte de Justicia por violaciones al debido proceso.

En contraste, Vallarta ha permanecido injustamente en prisión durante 17 largos años, sin sentencia. Su caso recobró interés público por la intensa batalla por su liberación dada por su familia y su actual esposa María Guadalupe Vicencio Sánchez, con quien Israel contrajo matrimonio en 2017 durante su reclusión, y porque la novela escrita por Jorge Volpi en 2018 titulada "Una novela criminal”, basada en información de investigaciones periodísticas, entre otras la de Yuli García, la periodista belga Emmanuelle Steels y la mía, fue convertida este 2022 en una exitosa docuserie transmitida en Netflix titulada "Caso Cassez-Vallarta, una novela criminal”.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que ya hubiera ordenado la liberación de Vallarta si hubiera sido ya sentenciado, y la Fiscalía General de la República acusa que además del falso caso de secuestro que se le adjudicó junto con Cassez, Vallarta tiene otras acusaciones de secuestro abiertas, como el de Valeria Cheja, ocurrido antes del 9 de diciembre de 2005. Y argumentan que es la defensa de Vallarta quien ha retrasado el proceso.

El mensaje de un sobreviviente

A lo largo de mi carrera he escuchado los testimonios de personas víctimas de la brutal tortura sistemática con la que actúan las corporaciones militares y policiacas desde hace más de 40 años. Un sistema que persiste hasta ahora.

Vallarta se encuentra encarcelado en el penal de máxima seguridad conocido como El Altiplano, en el Estado de México, y desde ahí me envió una carta la cual fue transcrita a máquina por su esposa y me fue entregada por ella personalmente.

Su misiva es la de un sobreviviente y obliga a la reflexión sobre el nivel de crueldad e ineficacia del sistema de justicia mexicano. Habla de la humanidad del sufrimiento, de la soledad, oscuridad y dignidad. Es la plegaria de un hombre de hoy 52 años que teme por su vida y la de su familia y denuncia que quienes fraguaron la fabricación de cargos en su contra y sus cómplices siguen bloqueando su puesta en libertad desde el Consejo de la Judicatura Federal y otras instancias.

Asímismo, en la carta explica algunas de las inconsistencias en el caso de Cheja, quien se presume habría sido presionada por los policías de la AFI -torturadores de Cassez y Vallarta- para declarar en falso. Aquí escribo la transcripción de una parte de la carta.

Una plegaria y un grito

"Tengo lesiones. Estoy lesionado de la columna por la tortura, me tuvieron 24 horas bajo tortura, me querían romper la espalda, se suben encima, me patearon. Me tardé dos meses en poder caminar después de que me torturaron, me dieron tres meses de arraigo pero eso era para que el juez no se diera cuenta de cómo estaba yo de golpeado. Me tenían que subir cargando o por elevador porque no podía caminar, me lastimaron mucho la espina dorsal, tengo muchos problemas, por eso no dejo de hacer ejercicio, hago mucho ejercicio para no caminar como viejito”, escribe Vallarta desde prisión, recontando las secuelas de la tortura que sufrió a mano de los verdugos de García Luna el 8 de diciembre de 2005.

"Tratamos de dejar lo malo atrás, eso resta, he aprendido a desarrollar la paciencia, no tiene idea, ya algún día platicaremos algunas cosas que tengo que platicar en su momento.

Una ocasión en el Reclusorio Oriente (la primera prisión donde fue recluido) por un castigo, por la misma consiga que traía, que siempre he tenido, me tuvieron castigado 27 días en un cuarto de 4 por 4 sin ningún mueble, totalmente oscuro sin ventana, sin baño. Donde estaba el baño solamente estaba el agujero y de ahí salía el agua del drenaje y me llegaba a los tobillos.

"No había donde sentarme. Todos los días durante 27 días así me tuvieron. No sé si era de noche o si era de día cuando me daban de comer, pero estuve desnudo todo el tiempo, un lugar oscuro, no me veía la mano, aprendí a desarrollar quedarme dormido parado sobre mis dos pies sin poderme recargar en ningún lado, como caballo lechero dicen.

"Estaba yo en ese espacio en lo obscuro, veía figuras, escuchaba cosas en mi cabeza, decía no tengo por qué. Siempre me acerqué a Dios, siempre le pedí: ‘yo solo no puedo, si tu no me soportas, si tu no me jalas, si tu no me apoyas yo no soy nada, porque no soy super hombre y si tu me dejas olvidado no tiene caso' y si algo me logro mi todopoderoso es darme más fuerza interna y ya lo externo pues eso los años se lo va a llevar. Lo físico se va a acabar algún día, pero lo que queda dentro eso ahí sigue eso no se va y bendito Dios pues estuve atento, estuve abierto pues al toque no, al toque de nuestro señor y pues aquí estamos, aquí seguimos.

Valeria

Sobre el caso de Valeria Cheja, quien dijo la AFI había sido una víctima de Vallarta antes del montaje del 9 de diciembre de 2005, Israel afirma que hay una serie de inconsistencias desde el momento en que ella fue inducida por los torturadores para que creyera que Vallarta había sido uno de sus secuestradores.

Se supone que Valeria había estado con el juez y el ministerio público desde el 4 de diciembre, pero no hay ningún registro de su ingreso a las oficinas donde se supone testificó. Tampoco existe ninguna huella de los informes de la AFI sobre el caso de Cheja del 4 de diciembre. Vallarta ha pedido los libros donde quedaron asentados esos informes pero la PGR le dijo que ya fueron destruidos. Lo cual, según las leyes de México, no es posible si ni siquiera es una cosa juzgada.

Anabel Hernández.

Hay documentos cuya cronología no corresponde. Por ejemplo, el 31 de diciembre a las ocho de la noche agentes de la AFI presentaron ante el MP un informe sobre el caso de Valeria. Pero de manera absurda, la ratificación de ese documento por parte de los agentes esta fechada el 31 de diciembre a las once de la mañana. Es decir, ratificaron un informe que aún ni siquiera habían escrito. Para Vallarta, y para el sentido común, es claro que esos documentos fueron fabricados a posteriori, y mal fabricados.

Una de las supuestas pruebas clave que dijo la AFI que existían era una grabación de voz que Valeria reconoció como la de su secuestrador y que se supone era la voz de Vallarta. Pero cuando él pidió peritajes sobre ese audio la PGR dijo que ya no lo encontraban. Y aún así se ha considerado como prueba válida sin ser contrastada.

Israel describe otras graves inconsistencias. Su caso es igual de manipulado y fabricado que el de Florence Cassez. Igual que el Caso Wallace y las falsas acusaciones contra Brenda Quevedo Cruz y Juana Hilda González Lomelí, victimas del mismo grupo policiaco con el mismo modus operandi de violaciones a derechos humanos.

La familia de Vallarta ha denunciado que aún hay agentes de la AFI que participaron en todos esos abusos, que ahora están en la Guardia Nacional activos. Que han sido víctimas de abusos de policías del gobierno la Ciudad de México, cuyo jefe policiaco es Omar García Harfuch, quien fuera pupilo y protegido de Cárdenas Palomino en la Policía Federal. Israel Vallarta afirma que Daniel Francisco Cabeza de Vaca, quien era el titular de la PGR cuando ocurrió el montaje y las violaciones a derechos humanos, desde 2009 es consejero de la Judicatura Federal y desde ahí ejerce influencia para evitar que su caso sea resuelto y no sea liberado.

"…hay todavía muchos intereses oscuros, muchas injerencias de gente poderosa que todavía le interesa, que estuvo inmiscuida y no le conviene que salga a la luz toda la información que yo tengo, pero esto no es nada, tengo muchos, muchos más documentos y pruebas para lo que viene”.

Mañana es el último día del 2022, esta carta desde el infierno es una lección de fe, de vida y de lucha para el 2023, lleno de retos para todos, pero sobre todo para aquellos que son víctimas de los sistemas corruptos en diversas partes del mundo.

 

 

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