A pesar de las buenas noticias, se temía lo peor. La comunidad internacional manifestó este fin de semana su beneplácito por el sorpresivo cese al fuego decretado por las autoridades israelíes y palestinas, y que entró en vigor este domingo. Pero ya desde el sábado grupos radicales integristas trataban abiertamente de torpedear este nuevo paso, lanzando misiles sobre Israel.

Israel se abstiene de responder

Esta señal fue entendida con claridad. Por una parte, la autoridad palestina mantuvo su oferta de controlar en lo posible a las milicias palestinas. Por otra, el gobierno de Israel adoptó la difícil decisión de atenerse a la tregua, pese al bombardeo que se prolongó hasta el domingo.

Se sabe bien que los autores de los ataques son facciones como el ala radical de Hamas y la Jihad Islámica. Los ataques son una respuesta anticipada a la iniciativa que Estados Unidos y los países árabes moderados tratarán de impulsar como vía para lograr una paz duradera.

La estrategia de EEUU

Por una parte, Jordania, Arabia Saudita, Egipto y Turquía tratarían de acercarse a la población minuta de Irak. Con ello se pretendería mitigar la influencia de Irán, país mayoritariamente chiita, tanto en Irak como en Líbano.

Por otro lado, el propio Abdalá se reunirá el miércoles en la capital de Jordania con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Posteriormente, éste sostendrá un encuentreo con el primer ministro de Irak, Nuri al-Maliki. La parte activa de la estrategia estadounidense correrá a cargo de la secretaria de Estado, Condoleeza Rice.

La paz pende de un hilo

En general, la situación sigue siendo extremadamente delicada. Tanto, que uno de los aliados más fieles de Estados Unidos, el Rey Abdalá de Jordania, advirtió sobre la posibilidad de que el Cercano Oriente viva una oleada de guerras civiles que abarcarían desde Líbano hasta Irak, pasando por los territorios palestinos.

Por ello, tanto la tregua misma como el éxito de la estrategia estadounidense en el Cercano Oriente penden de un hilo. Israel ha mantenido la prudencia este fin de semana, pero si los ataques continúan –y, sobre todo, si alcanzan objetivos sensibles- esta paciencia se podría agotar. Éste es precisamente el fin de los grupos extremistas, y los gobiernos involucrados, venturosamente, no parecen dispuestos a caer en la trampa. Por el momento.