El País, de Madrid: “El Consejo Europeo con el que concluye la presidencia semestral española de la UE resultó fructífero. Las medidas adoptadas ayer sobre la banca y las transacciones financieras, así como la primera luz verde a una coordinación presupuestaria más rigorista, el endoso de la estrategia económica a medio plazo de la agenda 2020 y el apoyo a los planes de austeridad de los Gobiernos mediterráneos, destacadamente el español, constituyen un paquete de decisiones sustanciales. Aunque habrá que estar atentos al detalle de cómo se desarrollan estos acuerdos de principio, el solo hecho de haberlos alcanzado acredita una significativa recuperación del pulso y la voluntad de una UE que en los últimos meses ha exhibido demasiada desorientación, descoordinación y ausencia de rumbo.”

Bancos como chivo expiatorio

La Stampa, de Roma: “Durante la cumbre, la canciller alemana, Angela Merkel, pidió a viva voz un impuesto a la banca. ¡Qué valor, qué gran visión política supone animarse a proponer a los representantes del Gobierno europeo una nueva tasa impositiva! Y qué pena que la cuestión de los vuelos gratuitos para la clase política europea y sus familias se haya pospuesto hasta la próxima cumbre. Si la situación europea general no fuera tan desesperante se podría tomar el impuesto a los bancos como una broma. Pero esa desesperación no la causa el impuesto por sí mismo. Los bancos sabrán cómo defenderse, y muy bien, tal vez demasiado bien. Se puede apostar a que esta propuesta populista pasará al olvido, o que, al menos, se diluirá sin tener mayores consecuencias. Por lo que hay que preocuparse es por lo que hay detrás de esa idea, sobre cómo se entiende el funcionamiento de las economías de mercado y de las relaciones entre el mercado y la política, lo cual es muestra de ineptitud e incoherencia.”

Club de los 16: desafío para Francia y Alemania

Süddeutsche Zeitung, de Múnich: “La advertencia de Angela Merkel acerca de que una nueva agrupación de los 16 países de la eurozona podría dividir a la Unión Europea no tiene sentido. El club de los 16 ya existe, formado por los ministros de Finanzas de la Unión Europea, que deliberan una vez por mes sobre su política económica y monetaria y luego se reúnen con sus colegas comunitarios. Es algo que se practica desde hace tiempo. Entonces, ¿por qué oponerse a ampliar la oferta temática invitando a los 16 jefes de Gobierno a una mesa de conversaciones? La canciller alemana podría aceptar las estructuras francesas y, al mismo tiempo, consolidar dentro de ella la disciplina alemana. Un club de los 16, abierto para todos: ese es el gran desafío que aguarda a los socios de Francia y Alemania.”

Demostración de unidad europea

Dernière Nouvelles d'Alsace, de Estrasburgo: “Por fin una demostración de unidad europea, al menos en lo que respecta al impuesto bancario y a la transparencia de los bancos. (…) Además, se redescubrió la antigua idea de la ‘tasa Tobin' a las transacciones financieras. Eso demuestra que la Unión Europea tendrá una sola voz en la cumbre del G-20 en Toronto, si bien cuenta con pocas posibilidades de hacerse oír e imponerse. ¿O tal vez se trata sólo de tranquilizar a los mercados devolviendo credibilidad a la Unión Europea, al euro y a algunos países, entre ellos a España?”

Autora: CP/ dpa
Editor: Pablo Kummetz