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Unión, Progreso y Democracia: nace una nueva política

Luna Bolívar Manaut1 de octubre de 2007

Con los libros que dedica a su hijo Amador, Fernando Savater ha enseñado a pensar a miles de españoles. Rosa Díez ya se midió con Zapatero en unas primarias. Ambos forman parte del nuevo partido español: UPD.

Fernando Savater: primero enseñó la teoría de la política, ahora la práctica.Imagen: PA/dpa

El pasado sábado, un grupo de intelectuales se reunían en Madrid. Rosa Díez, ex diputada socialista, Fernando Savater, escritor, Carlos Martínez Gorriarán, profesor de filosofía y portavoz de la plataforma social antiterrorista ¡Basta ya!, el literato peruano Mario Vargas Llosa y el actor catalán Albert Boadella, entre otros.

Rosa Díez abandonó el PSOE, donde fue eurodiputada durante años, para unirse a UPD.Imagen: PA/dpa

Hace tiempo que la idea de constituir una alternativa política venía mascullándose en estos círculos, sobre todo vascos y sobre todo ligados a ¡Basta ya! El encuentro de Madrid fue la presentación oficial de Unión, Progreso y Democracia, UPD, una formación nacida, según sus progenitores, para cubrir un espacio vacío.

UPD se declara contrario al terrorismo y al peso excesivo de los nacionalismos regionales españoles. Y partidario del federalismo, de la reforma constitucional y de los cambios en la Ley Electoral. UPD no se sitúa ni a la izquierda ni a la derecha: sus votantes son los descontentos y los desilusionados. La agrupación es nacional y quiere concurrir a las próximas elecciones generales, que se celebran en España en 2008.

¿Estamos ante un nuevo partido político o ante una formación que en primer lugar quiere ser un no-partido?

Federalismo: un tabú a romper

Si hay una palabra tabú en el discurso político español, esa es sin duda “federalismo”. Algunos partidos se atreven a mentarla, pero ninguno que aspire a los votos en masa. “Federalismo” es sinónimo de “desintegración de España”. No cabe mejor ejemplo de esta alergia al federalismo que el llamado “sistema de las autonomías”, la organización geopolítica creada para evitarlo.

17 comunidades y dos ciudades autónomas componen el mapa político español.Imagen: AP

El Estado autonómico español se ha convertido en un curioso híbrido. Con el paso de los años, Madrid ha ido relegando cada vez más competencias en sus 17 comunidades autónomas. A nivel regional, los gobiernos y parlamentos ostentan funciones que recuerdan a una unión federal. A nivel nacional, las comunidades carecen de voz propia porque ninguna cámaral as representa, como sí sucede con el Bundesrat en Alemania.

Entre las demandas de UPD, que ha venido a este mundo para no morderse la lengua, está el federalismo. La “regeneración de la democracia” pasa para sus miembros por una “reforma a fondo de la Constitución” firmada en 1978, tras la muerte del general Franco, como un acto de consenso entre todas las fuerzas políticas de aquel entonces.

Contra el nacionalismo regional

La lucha contra el terrorismo de ETA: tema central para UPD.Imagen: dpa

¡Basta ya! combate el terrorismo por medio de la acción ciudadana. A ella pertenecen gran parte de los fundadores de UPD, lo que se hace patente cuando el partido enumera entre sus objetivos principales la lucha contra ETA. UPD dice que no quiere definirse como un mero partido antiterrorista, pero cierto es que la cuestión ocupa un lugar central.

También a los llamados “partidos nacionalistas”, que han proliferado en todas las regiones españolas, les ha declarado UPD la guerra. En España, la Ley Electoral genera lo que los expertos llaman un “desfase entre escaños y votos”: los escaños no se reparten de manera proporcional según el número las papeletas recibidas, sino por circunscripciones electorales en función de una complicada fórmula matemática.

El daño que esta ley hace a los pequeños partidos nacionales es doble: por un lado, los partidos regionalistas nacionalistas, con el respaldo de sus circunscripciones, obtienen con un número reducido de votos totales más asientos en el Parlamento. Por otra parte, la participación en el gobierno de las formaciones minoritarias queda prácticamente descartada: los dos partidos de masas, PP y PSOE, prefieren coaligar con los nacionalistas, fáciles de satisfacer porque sus demandas se limitan a ventajas para sus respectivas comunidades.

Modificar la Ley Electoral es para UPD una vía para “impedir el peso excesivo de los nacionalismos periféricos” en España.

Partido bisagra contra el “voto útil”

La política de Zapatero es "nefasta", dicen en UPD, y piden que no se hable con ETA.Imagen: AP

UPD quiere así hablar de lo no pronunciable y tocar todo lo intocable en la política española. Quiere ser el partido que devuelva a los españoles las ganas de votar y una alternativa a la “nefasta política” de José Luis Rodríguez Zapatero, el actual presidente.

Un partido bisagra, dice UPD que es, dispuesto a combatir el “voto útil” que se asienta en el mal menor: apoyar a unos para que no ganen los otros. Pero, a la pregunta de si la formación logrará o no convertirse en una alternativa política le sigue la de si es eso realmente lo que quiere, o si el objetivo se cumple con llamar la atención sobre los fallos del sistema.

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