UNICEF: "Al menos 17.000 niños soldados en Sudán del Sur"
15 de diciembre de 2016
Al menos 17.000 niños sursudaneses han sido reclutados como soldados por las facciones armadas en Sudán del Sur en los tres años de guerra civil que asuela al país, denunció hoy UNICEF.
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Sólo en 2016 han sido reclutados 1.300 menores en Sudán del Sur, a pesar del acuerdo de paz firmado en 2015 entre las fuerzas del Gobierno del presidente Salva Kiir y la oposición armada, liderada por Riek Machar, que se comprometieron a no alistar niños, indica Unicef este jueves (15.12.2016) en un comunicado.
Además, la agencia de la ONU denuncia que miles de niños han sido asesinados, secuestrados y han sufrido abusos sexuales. "Desde el primer día del conflicto, los niños han sido los que más han sufrido el impacto devastador de las violaciones de derechos", dijo la directora regional de Unicef para África oriental y meridional, Leila Gharagozloo-Pakkala, citada en la nota.
"Secuestro y reclutamiento de niños"
Según Gharagozloo-Pakkala, los menores siguen siendo obligados a empuñar armas "a medida que los combates se intensifican" y a pesar de "las numerosas peticiones de todos para que se ponga fin al reclutamiento de niños". En el último mes y medio, la ONU "ha documentado el secuestro y reclutamiento de al menos 50 niños en la zona del Gran Alto Nilo, y hay informes, aún no verificados, de que al menos otros 50 podrían haber sido reclutados en la zona de Bahr el Ghazal"
Unas violaciones que también afectan a otras regiones como los estados de Ecuatoria. Unicef apunta además que en 2015 el Ejército y las milicias liberaron a 1.932 niños y que este año desmilitarizaron a 177.
Niños son asesinados, violados y secuestrados
Más allá del enrolamiento en las filas de las fuerzas armadas, Unicef denuncia que, desde 2013, 2.342 menores han sido asesinados, 3.090, secuestrados y 1.130, agredidos sexualmente. Además, se han registrado 303 ataques a escuelas y hospitales.
La agencia ha advertido de que "la inseguridad permanente, combinada con una crisis económica que ha impulsado la inflación por encima del 800%, también ha causado una situación de inseguridad alimentaria generalizada, en la que la desnutrición entre los niños ha alcanzado niveles de emergencia en la mayor parte del país".
"La mayor preocupación de Unicef es que, con la perspectiva de que las hostilidades y atrocidades aumenten, el sufrimiento que los niños soportan no tenga fin", concluyó Gharagozloo-Pakkala.
La guerra en Sudán del Sur comenzó en diciembre de 2013 después de que el presidente Salva Kiir (de etnia dinka), acusara al vicepresidente Riek Machar (de la etnia rival nuer) de haber organizado un golpe de Estado contra él, dos años después del nacimiento del país como Estado independiente.
CP (efe, UNICEF)
Exrehenes de Boko Haram: "Todavía duele"
Casi 300 mujeres que fueron liberadas de las garras de Boko Haram viven por ahora en campamentos para refugiados, pero su sufrimiento aún no terminó. Desde Nigeria, Jan-Philipp Scholz nos ofrece estas imágenes.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Sonrisas ausentes
“Aquí uno enseguida se da cuenta de una cosa: los niños no sonríen”, cuenta un ayudante en el campamento de refugiados de Malkohi, cerca de la ciudad nigeriana de Yola. Allí viven cerca de 300 personas que fueron liberadas la semana pasada de las garras de la organización terrorista Boko Haram. Casi la mitad de ellas es menor de 18 años. Uno de cada tres niños está subalimentado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Solo pude abrazar a mi hija"
Lami Musa es la madre de la habitante más joven del campamento. La semana pasada dio a luz a una niña, y unos días más tarde fue rescatada por soldados. Durante la liberación, los terroristas mataron a varias mujeres. “Solo pude abrazar a mi hija contra mi pecho y cubrirla para protegerla”, recuerda Lami Musa.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Halima perdió un hijo
Halima Hawu tuvo menos suerte: uno de sus tres hijos fue atropellado y murió mientras los terroristas la secuestraban. Durante la liberación de los rehenes, un soldado le disparó en la pierna mientras un miembro de Boko Haram la usaba –como a tantas otras mujeres- como escudo humano. “Todavía duele, pero tal vez ya pasó lo peor”, espera Halima.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Casi no hay alimentos para los niños
Durante seis meses, Babakaka, de tres años, tuvo que vivir con los miembros de Boko Haram. Solo algunas veces había suficiente comida para los niños, cuentan las madres. Cuando lo liberaron, el niño estaba por morir de inanición, y ahora sigue estando muy débil. En el campamento no se le pudo dar el tratamiento médico adecuado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Escapar a pesar de todo
La madre de Babakaka fue transportada con cerca de otros 20 heridos graves al hospital cercano, en Yola. Uno de los rehenes que caminaba delante de ella pisó una mina terrestre. La explosión fue tan fuerte que la mujer perdió al bebé que traía amarrado a su cuerpo y sufrió heridas de gravedad
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Falta personal médico
A excepción de algunas donaciones de ropa usada, aún no ha llegado demasiada ayuda internacional para las mujeres y niños en el campamento de Malkohi. Les falta de todo, especialmente personal médico. No hay ningún médico, sino solo dos enfermeras y una partera que tratan de ayudarlos en lo que pueden.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Importante ayuda de voluntarios
“No entiendo por qué nuestras autoridades responsables de casos de emergencia no hacen nada”, se queja la trabajadora social Turai Kadir, que logró que una especialista en niños subalimentados se hiciera cargo de ellos en el campamento. “En realidad, es tarea de NEMA, la oficina nigeriana para ayuda en casos de catástrofe, pero sus capacidades han sido superadas”, explica.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Resistencia increíble"
Regina Musa volvió hace poco de EE: UU. para enseñar Psicología en la Universidad de Yola. Ahora ayuda a asesorar a mujeres y niños. “Las mujeres han demostrado una resistencia increíble a la adversidad”, dice Musa, y cuenta que muchas incluso se ocuparon de niños de otras mujeres durante su cautiverio. “Tenemos que lograr que entiendan lo que fueron capaces de hacer”.