Unicef: hijos de migrantes, marginados tras volver
16 de agosto de 2018
Según la organización, los estigmas, el estrés psicológico y la pobreza dificultan a los niños la integración: muchas veces no tienen hogar al que puedan volver, contraen deudas elevadas o quedan en la mira de pandillas.
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Los hijos de migrantes que Estados Unidos o México envían de regreso a sus países de origen son muchas veces marginados y enfrentados allí a la violencia de la cual huían, según un informe difundido este jueves (16.08.2018) por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Los estigmas, el estrés psicológico y la pobreza dificultan a los niños la integración, señala el texto. La idea de que se puede volver a integrar a los migrantes en sus comunidades de origen cuando son menores de edad es equivocada, añade el informe, dado que la realidad es "mucho más compleja".
Según Unicef, hay padres que pagan hasta 15.000 dólares (unos 13.300 euros) para hacer llevar a un niño por un traficante a Estados Unidos desde países como Honduras, Guatemala y El Salvador. Las familias pobres muchas veces financian estos viajes vendiendo sus escasas pertenencias o pidiendo préstamos.
Los niños muchas veces no tienen hogar al que puedan volver, contraen deudas elevadas o quedan en la mira de pandillas, señaló María Cristina Perceval, directora de Unicef para América Latina y el Caribe.
De esta manera, aumenta la posibilidad de que los niños a su vez intenten migrar otra vez a otro país.
También los adultos son estigmatizados a su regreso, sostiene el informe. Se les niega trabajo porque "fracasaron en su intento de llegar a Estados Unidos y permanecer allí".
rrr (dpa/epd).
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Familias separadas en la frontera: historias de reencuentros
La "tolerancia cero" de Trump llevó a la separación de 2.342 niños de sus padres en la frontera entre México y EE.UU. entre el 5 de mayo y el 9 de junio de 2018. Gracias a una orden judicial, ahora vuelven a verse.
Imagen: picture-alliance/dpa/E. Gay
La felicidad del reencuentro
Natalia Oliveira da Silva y su hija Sara, de cinco años, se abrazan al reencontrarse en una institución católica de beneficencia en San Antonio, Texas. La niña estuvo separada de su madre desde mayo de 2018 y fue enviada a un hogar para menores migrantes en Chicago, mientras Natalia Oliveira pasó por diferentes centros para migrantes en Texas.
Imagen: picture-alliance/dpa/E. Gay
Niña de pecho
El hondureño Carlos Fuentes Maldonado acuna a su hija Mía, de un año, en brazos, después de su reencuentro. Mía y su hermana,de 4 años, fueron trasladadas a un albergue de refugiados en Arizona hace dos meses, tras tratar de cruzar la frontera. La mamá de Mía, Jennifer Madariaga, relata que la pequeña todavía era amamantada cuando se la arrebataron.
Imagen: picture-alliance/dpa/AP Photo/E. Gay
Ternura en los brazos
Ever Reyes Mejías sonríe a su hijo de tres años en los brazos el pasado 10 de julio de 2018 en un centro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) situado en Grand Rapids, Michigan.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/The Grand Rapids Press/C. Morse
Dos meses de separación
Un hombre, identificado tan solo con el nombre de León, abraza a su hija Anaveli, de 11 años, después de ser reunidos el pasado 25 de julio. León y Anaveli son de Guatemala y fueron separados al tratar de cruzar la frontera estadounidense hace dos meses.
Imagen: Getty Images/J. Raedle
Gratificante sueño
Su nombre es Renán y parece velar el sueño de su hijo Nathan, de 11 años, tras su reencuentro. La imagen fue tomada en la Casa Anunciación de El Paso, Texas, donde tiene su sede una de las cuatro organizaciones no gubernamentales de todo el país que han recibido a las familias reunificadas en cumplimiento de la orden judicial de reunir a todos los niños separados de sus papás.
Imagen: Getty Images/J. Raedle
Mamá se reúne con tres hijos
Yeni Maricela González (centro de la imagen) funde las manos de sus pequeños: Deyuin (de 6 años), Jamelin (de 9) y Lester (de 11). Yeni, de Guatemla, no los ve desde hace ocho semanas, cuando una oficina migratoria se los arrebató en el estado de Arizona.
Imagen: Getty Images/S. Platt
Un abrazo que se hizo esperar
Isabela, de El Salvador, abraza a su hija Dayana, de 17 años, junto a la Casa Esperanza, un refugio federal, tras ser separadas en la frontera con México.