Más de 1.000 niños secuestrados por Boko Haram en Nigeria
13 de abril de 2018
Más de 1.000 niños han sido secuestrados en en el noreste de Nigeria por el grupo yihadista Boko Haram desde 2013, incluidas 276 chicas raptadas de su escuela en Chibok en 2014.
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Así lo denunció este viernes (14.04.2018) el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Al cumplirse el próximo año cuatro años del secuestro de las muchachas de Chibok de un colegio de educación secundaria, Unicef exigió la liberaciónde "más de cien" que aún "tienen que retornar a sus familias", en un comunicado emitido en Abuya.
"El cuarto aniversario del secuestro de Chibok nos recuerda que los niños en el noreste de Nigeria continúan siendo atacados a una escala estremecedora", afirmó el representante de Unicef en Nigeria, Mohamed Malick Fall.
El ataque a una escuela de la localidad de Dapchi el pasado febrero, que se saldó con el secuestro de 110 niñas, de las que más de cien fueron liberadas en marzo y cinco han sido dadas por muertas, es "la última indicación de que hay pocos lugares seguros para los niños en el noreste (del país)", se indica en la nota.
"Estos ataques repetidos contra niños en escuelas son inadmisibles. Los niños tienen derecho a educación y protección, y el aula debe ser un lugar en el que estén a salvo", aseveró Fall.
Unicef subrayó que, desde que el conflicto de Boko Haram estalló en el noreste de Nigeria hace casi nueve años, al menos 2.295 maestros han sido asesinados y más de 1.400 escuelas han sido destruidas, la mayoría de las cuales no han podido reabrir.
Reporteros en el mundo - Terror de Boko Haram en Nigeria
12:04
Boko Haram, que en lengua local significa "la educación no islámica es pecado", lucha por imponer un Estado de corte islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.
Desde 2009, el grupo yihadista ha causado decenas de miles de muertos y ha provocado el desplazamiento de más de dos millones de personas.
CP (efe, rtr)
Exrehenes de Boko Haram: "Todavía duele"
Casi 300 mujeres que fueron liberadas de las garras de Boko Haram viven por ahora en campamentos para refugiados, pero su sufrimiento aún no terminó. Desde Nigeria, Jan-Philipp Scholz nos ofrece estas imágenes.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Sonrisas ausentes
“Aquí uno enseguida se da cuenta de una cosa: los niños no sonríen”, cuenta un ayudante en el campamento de refugiados de Malkohi, cerca de la ciudad nigeriana de Yola. Allí viven cerca de 300 personas que fueron liberadas la semana pasada de las garras de la organización terrorista Boko Haram. Casi la mitad de ellas es menor de 18 años. Uno de cada tres niños está subalimentado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Solo pude abrazar a mi hija"
Lami Musa es la madre de la habitante más joven del campamento. La semana pasada dio a luz a una niña, y unos días más tarde fue rescatada por soldados. Durante la liberación, los terroristas mataron a varias mujeres. “Solo pude abrazar a mi hija contra mi pecho y cubrirla para protegerla”, recuerda Lami Musa.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Halima perdió un hijo
Halima Hawu tuvo menos suerte: uno de sus tres hijos fue atropellado y murió mientras los terroristas la secuestraban. Durante la liberación de los rehenes, un soldado le disparó en la pierna mientras un miembro de Boko Haram la usaba –como a tantas otras mujeres- como escudo humano. “Todavía duele, pero tal vez ya pasó lo peor”, espera Halima.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Casi no hay alimentos para los niños
Durante seis meses, Babakaka, de tres años, tuvo que vivir con los miembros de Boko Haram. Solo algunas veces había suficiente comida para los niños, cuentan las madres. Cuando lo liberaron, el niño estaba por morir de inanición, y ahora sigue estando muy débil. En el campamento no se le pudo dar el tratamiento médico adecuado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Escapar a pesar de todo
La madre de Babakaka fue transportada con cerca de otros 20 heridos graves al hospital cercano, en Yola. Uno de los rehenes que caminaba delante de ella pisó una mina terrestre. La explosión fue tan fuerte que la mujer perdió al bebé que traía amarrado a su cuerpo y sufrió heridas de gravedad
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Falta personal médico
A excepción de algunas donaciones de ropa usada, aún no ha llegado demasiada ayuda internacional para las mujeres y niños en el campamento de Malkohi. Les falta de todo, especialmente personal médico. No hay ningún médico, sino solo dos enfermeras y una partera que tratan de ayudarlos en lo que pueden.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Importante ayuda de voluntarios
“No entiendo por qué nuestras autoridades responsables de casos de emergencia no hacen nada”, se queja la trabajadora social Turai Kadir, que logró que una especialista en niños subalimentados se hiciera cargo de ellos en el campamento. “En realidad, es tarea de NEMA, la oficina nigeriana para ayuda en casos de catástrofe, pero sus capacidades han sido superadas”, explica.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Resistencia increíble"
Regina Musa volvió hace poco de EE: UU. para enseñar Psicología en la Universidad de Yola. Ahora ayuda a asesorar a mujeres y niños. “Las mujeres han demostrado una resistencia increíble a la adversidad”, dice Musa, y cuenta que muchas incluso se ocuparon de niños de otras mujeres durante su cautiverio. “Tenemos que lograr que entiendan lo que fueron capaces de hacer”.