El legendario exfutbolista alemán cumplió 80 años. Hoy su deseo es que su equipo, el Hamburgo, salga de su profunda crisis.
Publicidad
Felicitaciones a Uwe Seeler
00:42
¿”Nuestro” Franz? A nadie se le hubiera ocurrido nombrar así a Beckenbauer. No en vano le dicen "el Káiser”, sobre todo por el estilo ligeramente petulante que lo ha distinguido tanto dentro como fuera de las canchas. ¿”Nuestro” Günter? ¡Jamás! Netzer era demasiado excéntrico. ¿”Nuestro” Wolfgang? Overath nunca fue una figura que promoviera la integración. ¿”Nuestro” Gerd? Tampoco. El inolvidable "bombardero de la nación” era demasiado boquiflojo. No. El atributo "nuestro” en Alemania solo puede pertenecerle a Uwe Seeler, porque además le sienta a la perfección.
Hamburgo en el alma
Seeler nació hace ocho décadas, claro, en Hamburgo. Ahí permaneció siempre. Su hogar es el puerto hanseático, y su pasión, el club Hamburgo. La ciudad lo nombró ciudadano honorario hace 13 años, y el Hamburgo presenta en su estadio una figura del pie derecho del ex seleccionado alemán. Si en Hamburgo se llevara a cabo una votación para conocer qué persona aún en vida representa mejor a esa ciudad, Uwe Seeler ganaría con toda probabilidad. Seeler es para los hamburgueses, y para muchos alemanes, simple y sencillament, "nuestro Uwe”.
600 goles para el Hamburgo
Mucho de esto le viene desde la cuna, dijo recientemente Seeler. En cuanto a su estilo de juego, su misión era mantener el balón sobre el pasto; evitar levantarlo y correr riesgos. "Somos gente muy normal, y eso es maravilloso”, dice el exatacante. "Siempre me ha ido bien así”.
En realidad, Seeler hubiera tenido muchos motivos para ser arrogante. Era un delantero poco convencional. Anotó en más de 600 ocasiones para el Hamburgo, con el cual una vez fue campeón en 1960 y ganó la copa en 1963. Con 30 goles, fue el primer campeón de goleo individual en la Bundesliga, en 1964.
Hasta con la nuca
Aunque no pudo ganar ningún gran título a nivel de selecciones, Seeler acuñó momentos inolvidables. Como aquel en el que abandonó el estadio de Wembley con la cabeza baja luego de que la selección alemana perdiera la final del Mundial de 1966. O con el que quizá fue su gol más célebre: el 2-2 poco antes del final del tiempo reglamentario en los Cuartos de Final del Mundial de 1970, también contra Inglaterra (que al final ganaron los alemanes 3-2 en tiempo extra). Todos los niños alemanes de aquella época trataban de emular en calles y traspatios aquel gol de Seeler con la parte trasera de la cabeza.
Sin duda, Seeler llegó a ser toda una estrella en sus tiempos de jugador activo. Pero siempre mantuvo su calidez humana y su sencillez. En 1961, el delantero recibió la entonces increíble oferta para jugar en el Inter de Milán, primero por 90.000 y luego por 1.500.000 de marcos alemanes. Pero él rechazó la propuesta y decidió quedarse a jugar en Hamburgo. Fue una gran demostración de amor hacia su ciudad. Después de todo, decidió ser "nuestro”: alguien que consigue logros a base de arduo esfuerzo y que jamás pierde el piso.
Siempre auténtico
Nunca se le conocieron escapadas nocturnas ni escándalos, y tampoco exabruptos verbales. Está casado desde hace 57 años con su esposa Ilka. Hasta hoy es visto como un personaje altamente popular, al que a menudo se le consulta su opinión, sobre todo en cuanto al destino de su club, el Hamburgo. Cuando Seeler dice que le duele la debacle deportiva que actualmente sufre el equipo, la gente lo escucha. Incluso las jóvenes generaciones se dan cuenta de lo raro que es en el fútbol actual un personaje tan auténtico como el antiguo seleccionado alemán. El "fútbol moderno” es dominado hoy por los contratos exorbitantes y los gigantescos salarios; y éstos provocan que los futbolistas se comporten como si el fútbol no fuese posible sin ellos. En este sentido, "nuestro” Uwe es seguramente un dinosaurio. Pero es uno que cae bien a muchos. Y con suerte, lo hará durante mucho tiempo más.
Uwe Seeler cumple 80
Cumplió 80 años Uwe Seeler, uno de los más prolíficos atacantes del Hamburgo y de la selección alemana de fútbol. Su humildad lo ha convertido en un personaje muy popular entre los hinchas de varias generaciones.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Warm
Ícono de Hamburgo
Ningún otro futbolista se identifica más con Hamburgo que Uwe Seeler. El delantero jugó para el club HSV de 1953 a 1972, primero en la liga regional del norte de Alemania, antes de que la Bundesliga fuera fundada en 1963.
Imagen: picture-alliance/dpa
Un goleador
Desde 1953, Uwe Seeler jugó un total de 476 partidos para el Hamburgo, tanto en la liga regional del norte como en la Bundesliga. Fue campeón goleador de la liga regional en siete ocasiones, incluyendo el torneo 1954/1955, en el que compartió el liderato con Günter Schlegel, también del Hamburgo. Seeler fue el primer campeón goleador de la Bundesliga.
Imagen: picture-alliance/dpa/Heidtmann
Éxito personal
Seeler logró numerosos reconocimientos personales. Por ejemplo, fue nombrado Jugador del Año en 1960, 1964 y 1970. Mientras, el Hamburgo solo ganó dos títulos con el delantero: el campeonato de liga en 1960, y la Copa Alemana en 1963.
Imagen: picture-alliance/dpa
Superando lesiones
En un partido contra el Eintracht Frankurt, en 1965, Uwe Seeler sufrió una grave lesión que podría haberlo alejado definitivamente de las canchas. Pero el delantero logró superarla con un zapato especial que le fue facilitado por la empresa Adidas.
Imagen: picture-alliance/dpa
Inmortalizado en piedra
Seeler jugó toda su carrera para el Hamburgo, rechazando incluso lucrativas ofertas para jugar en el extranjero. El Inter de Milán ofreció más de un millón de marcos alemanes, pero él rechazó la fortuna. En 2005, una escultura en bronce de su pie derecho fue desvelada en el estadio de Hamburgo en honor a Uwe Seeler.
Imagen: imago/McPhoto
El águila en la camiseta
Durante su carrera, Seeler fue también pieza clave de la selección alemana. El entrenador Sepp Herberger lo llamó por primera vez cuando el delantero tenía 17 años. Con el tiempo llegaría a sumar 72 partidos internacionales, en los cuales anotó 39 goles. Jugó en los cuatro mundiales de 1958 a 1970, rompiendo nueve veces la red.
Imagen: imago/United Archives
Gol mágico
Su gol más recordado fue el que le anotó a Inglaterra, en los cuartos de final del Mundial México 1970. Seeler golpeó el balón con la parte trasera de la cabeza para vencer al arquero Peter Bonetti e igualar el marcador 2-2. Alemania occidental venció al final 3-2 en tiempo extra.
Imagen: picture-alliance/S. Simon
Buen perdedor
Seeler también fue conocido por su espíritu deportivo, que no pasó desapercibido para los hinchas ingleses. Éstos aplaudieron al delantero y a toda la selección alemana por la manera como asumieron la derrota en el mundial de 1966, con el llamado “gol fantasma” en Wembley.
Imagen: picture-alliance/dpa/K. Schnoerrer
Capitán honorífico
En 1972, la Asociación Alemana de Fútbol nombró a Seeler segundo capitán honorífico de la sección de Alemania occidental. Aquí aparece con el primero que recibió dicho título: Fritz Walter (a la izquierda), y Franz Beckenbauer (en medio), quien se convirtió en el tercero en 1982.
Imagen: picture-alliance/dpa/Werek
Directivo de clubes
Al término de su carrera como jugador, Uwe Seeler fungió como embajador de la marca Adidas y durante un corto lapso fue dueño de una estación de gasolina. De 1995 a 1998 fue presidente del Hamburgo, el club para el cual jugó tanto tiempo. En la foto, Seeler aparece con un joven Felix Magath.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Rick
Una alta personalidad
Seeler cuenta con una larga lista de reconocimientos y distinciones por parte de la ciudad de Hamburgo, incluyendo el título de ciudadano honorario y comisionado honorario de la policía. En Berlín recibió la máxima condecoración del gobierno alemán: la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania. En la foto, Seeler aparece con el excanciller Helmut Schmidt.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Gambarini
Feliz matrimonio
El futbolista, hijo de un trabajador de los muelles de Hamburgo, siempre ha tenido los pies firmemente puestos sobre la tierra. Desde 1959 está casado con su esposa, Ilka. ¿Su receta para un matrimonio feliz? “Yo tomo las grandes decisiones, y ella las pequeñas. Ella decide cuáles son las grandes y las pequeñas.”
Imagen: picture alliance/dpa/M.Brandt
Una vida tranquila
Uwe Seeler ya no asiste a cada partido del Hamburgo en casa, pero sigue de cerca el desarrollo del club. Como muchos hinchas, sufre la situación del equipo. “Espero jamás ver que el Hamburgo descienda”, dijo hace poco.
</br></br>
Autor: Andreas Sten-Ziemons (EL/ERS)