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Vacuna contra la adicción al tabaco

Luna Bolívar Manaut7 de junio de 2005

Científicos suizos desarrollan una vacuna que elimina el placer de fumar. 314 pacientes que desde hace 25 años fuman una media de 25 cigarrillos al día, recibirán inyecciones con carácter experimental.

Los científicos experimentan con una vacuna que facilite el dejar de fumar para siempre.Imagen: AP

Que la nicotina es una de las drogas que más dependencia genera no es a estas alturas ningún secreto. Que millones de personas intentan dejar de fumar a diario en todo el mundo, tampoco. El mejor ejemplo esto, es la cantidad de métodos mágicos que han proliferado contra la adicción al tabaco en los últimos años. Desde chicles a libros de autoayuda. Pero el éxito de estas técnicas alcanza unas cifras muy modestas: entre un 20 y un 30 por ciento.

Frenar a la nicotina

Si todo funciona como esperan los científicos Thomas y Erich Cerny, de la empresa Cytos Biotechnology, con sede en Zurich, una inyección podría convertirse en la solución definitiva para dejar de fumar a la larga. La vacuna funciona como cualquier otra: el cuerpo recibe una pequeña dosis de aquello contra lo que se pretende luchar, y el organismo reacciona generando anticuerpos. El problema hasta ahora era que la molécula de la nicotina es demasiado pequeña para ser identificada como negativa. Para solucionarlo, los científicos la han asociado a una gran proteína viral, no activa. Lo que se pretende conseguir es que el sistema inmunológico detecte la nicotina como una agresión y la neutralice antes de que esta llegue al cerebro.

En el cerebro la nicotina es absorbida por unos receptores que, al ser estimulados, producen sustancias que transmiten una sensación de felicidad y refuerzan la memoria y la capacidad de concentración. La nicotina no es en sí misma una sustancia perjudicial. No es ella la que genera el cáncer y las demás enfermedades asociadas al tabaco. Pero es altamente adictiva. Los receptores son muchos y están muy dispersos en el cerebro y cuando el fumador enciende un cigarrillo, se ve rápidamente recompensado con una sensación de bienestar.

Dejar de fumar para siempre

Al evitar que la nicotina llegue al cerebro, todo el proceso se frena. El fumador no siente nada al inhalar el humo del cigarro. Es como si fumara aire. Además, los anticuerpos generados son de larga duración, por lo que el paciente queda protegido de posibles recaídas. Aún así, se desconoce cuánto tiempo va a necesitar el sistema inmunológico para generar la cantidad de anticuerpos necesaria. Y los científicos están de acuerdo en que una sola vacuna no será suficiente. El paciente que quiera dejar de fumar de por vida deberá someterse a vacunas periódicas. Pero se evitará el tener que tomar a diario pastillas de dudosa eficacia.

En cualquier caso, es el paciente el que tiene que querer dejar de fumar. La efectividad de la vacuna, como la de todos los "métodos antitabaco", depende en gran medida de la verdadera voluntad del fumador. Aunque físicamente no se sienta placer, la dependencia psicológica o social puede mantener el hábito.
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