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Valeria Luiselli: "EE.UU. es un país hispano"

3 de febrero de 2018

En medio del amargo debate migratorio en EE.UU., DW habló con la escritora Valeria Luiselli, nominada a los prestigiosos Premios del Círculo de Críticos por “Los niños perdidos”, un ensayo sobre menores no acompañados.

Valeria Luiselli.
Imagen: Zony Maya

Deutsche Welle: ¿Es consciente de que su nominación a este premio visibiliza la problemática de los menores ilegales y la migración latina en general?

Valeria Luiselli: Así es, por lo menos en la comunidad literaria y la gente que lee. Cuando yo escribí el libro, era un tema sobre el que no se discutía tanto. En parte porque la situación era grave, pero no parecía tanto como después se ha vuelto. Desde que (Donald) Trump está en la presidencia, gente que antes no tenía conciencia de la gravedad de la situación y que no solía ni leer ni pensar sobre migración, ahora sí lo hace. 

 

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Escuché sus palabras un rato en la radio hasta que me entró dolor de estómago… Como mexicana en Estados Unidos, solo puedo decir que, con la cuestión del muro, se ha burlado de nosotros como ningún otro presidente reciente. Además, empezó su campaña llamándonos asesinos y violadores. Es un tema doloroso, humillante… Más allá de eso, el otro gran tema que me preocupa es que está utilizando a los "dreamers”, los chicos acogidos al programa DACA, como moneda de cambio.

Trump se refirió directamente a la mara Salvatrucha, diciendo que miembros de esta banda ingresan a EE.UU. como menores no acompañados. Además, estableció un vínculo directo entre violencia y niños migrantes. ¿Es esa la realidad que usted se encontró cuando trabajaba como traductora con estos menores en la Corte Federal de Inmigración de Nueva York?

En absoluto. Los más de 120.00 menores de edad que han llegado a EE.UU. en esa situación vienen más bien huyendo de las maras. En Estados Unidos desde hace mucho tiempo hay un problema de pandillas. Y la mara Salvatrucha nació en Estados Unidos. No surgió en Centroamérica, sino en un Los Ángeles completamente subdividido en pandillas, en el contexto de la población salvadoreña que llegó a Estados Unidos en calidad de refugiados. Huían de un Gobierno que los estaba masacrando, un Gobierno, por cierto, financiado por Reagan.

Portada de "Los niños perdidos" (Sexto Piso, 2017). Imagen: Verlag Sexto Piso

Luego, durante la década de los 90, muchos pandilleros fueron deportados y la mara se convirtió en una especie de ejército trasnacional, con presencia en todo el continente. También estaban en México. En Centroamérica se han dedicado a aterrorizar familias y a intentar reclutar a niños. Muchos de ellos no tienen un núcleo familiar y acaban siendo reclutados como niños soldados para esa gran empresa que participa en el negocio de drogas y armas. Lo que a mucha gente le cuesta entender es que no es un problema que viene del extranjero ni de la frontera, sino que es continental. Y resultado de muchas intervenciones militares y políticas en Centroamérica por parte de Estados Unidos.

Nació en Estados Unidos, pero de la mano de latinos. Y ahí entraría la argumentación racista…

Pero es que Estados Unidos es un país hispano. Con 60 millones de hispanohablantes, es el segundo país hispano del mundo, después de México. Sin embargo, no se considera a sí mismo como tal: lo hispano siempre se ha visto como algo extranjero. Es una mirada equivocada desde el inicio.

La llegada de Trump a la Casa Blanca ha recrudecido el debate migratorio, y ha situado a Trump como el claro "malo de la película", pero también los demócratas tienen su responsabilidad en la actual situación…

Por supuesto. Yo escribí "Los niños perdidos” en la era Obama y es un libro crítico del Gobierno de Obama, de las políticas que se implementaron en respuesta a la llegada de niños indocumentados. Por ejemplo, el DACA impulsado por su Gobierno. En 2002, dos senadores, uno demócrata y uno republicano, armaron una propuesta de ley para poder regularizar el estatus migratorio de muchos niños que llegaron a Estados Unidos cuando todavía eran menores, pero que son en todos los sentidos ciudadanos estadounidenses, solo que no tienen papeles. Y esa ley nunca pasó. Obama trató de pasarla y no pudo. Por ese motivo, con una acción ejecutiva, Obama extendió un permiso temporal de estas personas, y eso es el DACA. Pero el DACA supuso también armar una base de datos gigantesca con los nombres de todos aquellos que se encuentran en esas circunstancias. Así pues, si no se renuevan los permisos a los DACA, ya existe una lista de gente a la que deportar fácilmente. Mi libro no versa sobre esas personas, los llamados "dreamers”, sino sobre los niños que llegaron recientemente a Estados Unidos en calidad de refugiados, pidiendo asilo. Legalmente, se trata de situaciones muy distintas.

Un hombre carga a un niño en brazos en Veracruz, México. Imagen: picture-alliance/dpa/AP/F. Marquez

Son niños que proceden en su mayoría de Guatemala, Honduras, El Salvador y México, ¿no es así?

Bueno, a los de México los deportan enseguida, porque Bush hijo cambió la ley en el 2007 y excluye de cualquier protección a los niños de países colindantes, Canadá y México. Pero, de facto, solo México.

¿Siente la responsabilidad de ser una voz de lo hispano en Estados Unidos?

Sí, pero no tanto por ser escritora, sino por ser miembro de la comunidad. Reconozco que tengo una profesión que me da visibilidad y acceso a medios de comunicación. Por ello he sentido que, particularmente en estos tiempos tan convulsos y oscuros, tengo la responsabilidad de hablar de estos temas y tratar de arrojar claridad sobre ellos.

Si finalmente lograra el  premio nacional del círculo de críticos literarios por el ha sido nominado su libro "Los niños perdidos" (titulado "Tell me how it ends: An Essay in 40 Questions" en su versión inglesa), ¿el galardón sería un poco también para esos niños?

Sí, creo que se lleva mucho tiempo ignorando estos temas. El hecho de que este libro haya circulado tanto , es una señal de que hay una comunidad que se preocupa por lo que sucede en su país y que tiene ganas de cambiar las cosas. Y no solo por la nominación de mi trabajo. Hay otras cosas pasando que son una muestra de que hay una comunidad literaria que está dando respuesta ante un Gobierno xenófobo e ignorante de lo que son las comunidades no blancas.

Autora: María Santacecilia (DZC)

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