El ex líder verde Alexander Van der Bellen, de 73 años, asumió hoy su cargo como nuevo presidente de Austria tras ganar las elecciones el pasado 4 de diciembre.
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"Prometo acatar fielmente la Constitución y todas las leyes de la República y cumplir de buena fe con mis obligaciones", aseguró el mandatario este jueves (26.01.2017).
La ceremonia en el Parlamento se vio ensombrecida por la grave crisis de Gobierno en la que se encuentra inmerso el país. La coalición entre los socialemócratas (SPÖ) y los conservadores (ÖVP), hasta ahora en el poder, está negociando si tiene sentido mantener la
alianza.
Esta tarde la coalición presentará su renuncia a Van der Bellen como es habitual siguiendo la tradición, si bien se trata de una mera formalidad. Se considera seguro que el presidente la rechazará.
Van der Bellen derrotó al ultraderechista Norbert Hofer
Van der Bellen, ex profesor de economía, derrotó en la segunda vuelta al candidato ultraderechista Norbert Hofer con un 53,8 por ciento de los votos. El ahora jefe de Estado lideró Los Verdes durante 11 años, pero a estas elecciones se presentó como candidato independiente para ampliar sus posibilidades, si bien su campaña estuvo financiada y organizada por el partido ecologista.
Los comicios de diciembre fueron los primeros en la historia de Austria en los que ningún candidato de los dos grandes partidos, el SPÖ y el ÖVP, llegó a la segunda ronda para disputar la presidencia. Ambos cayeron en la primera vuelta con los peores resultados de su
historia, de alrededor de un 11 por ciento.
El mandato del anterior presidente, Heinz Fischer, expiró el pasado 8 de julio tras 12 años. Desde entonces la jefatura del Estado estaba en manos de la Presidencia del Consejo Nacional, una de las cámaras del Parlamento.
CP (dpa, rtr)
¿Por qué toda Alemania habla tanto de AfD? (15.03.2016)
El partido de extrema derecha apeló a un discurso antiinmigración y obtuvo excelentes resultados en las últimas elecciones regionales alemanas.
Imagen: Getty Images/A. Hassenstein
Al comienzo era el euro
En abril de 2013 se realizó en Berlín el primer congreso del partido Alternativa para Alemania (AfD), que acababa de ser fundado en febrero. Bajo el liderazgo del profesor de Economía de la Universidad de Hamburgo Bernd Lucke, el partido surgió como una variante un poco a la derecha de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y tuvo como principal tema la crítica a la política de rescate del euro.
Imagen: Reuters
Los "euroescépticos"
El objetivo de AfD era convertirse en una alternativa real a los partidos de centro. Numerosos militantes de la Unión Cristianodemócrata (CDU), del partido liberal FDP e incluso de La Izquierda se plegaron a la propuesta, que buscaba el fin de los millonarios rescates financieros, el retorno de las monedas nacionales y la disolución de la eurozona. La prensa empezó a llamarlos "euroescépticos".
Imagen: Reuters
Los tres presidentes
Lucke compartió la presidencia del partido con la empresaria Frauke Petry y Konrad Adam, un reconocido periodista que había trabajado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Con las bases listas para competir, se presentaron en las elecciones federales de 2013 con Lucke como principal rostro. Obtuvieron el 4,7 por ciento, muy poco por debajo del 5 por ciento necesario para ingresar al Bundestag.
Imagen: picture-alliance/dpa
Los primeros éxitos electorales
Tras un fracaso en las elecciones regionales de Hesse, AfD comenzó a dar sus primeros golpes electorales en 2014, cuando obtuvo el 7 por ciento en las elecciones al Parlamento Europeo, lo que permitió que Lucke y otros seis militantes se convirtieran en eurodiputados. Luego obtuvo asientos en los parlamentos de Sajonia, Turingia y Brandeburgo, donde alcanzó un 12,2 por ciento de la votación.
Imagen: picture-alliance/dpa
Las dos almas se separan
Pese a nuevos éxitos en Bremen y Hamburgo, las dos almas del partido poco a poco empezaban a chocar. Por un lado, los liberales económicos capitaneados por Lucke, y, por el otro, los ultraconservadores tutelados por Frauke Petry. En el congreso de julio de 2015, Petry fue elegida presidenta y se produjo un cisma. Cinco de los siete europarlamentarios dejaron el partido, entre ellos Lucke.
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Giro a la derecha
Lucke se llevó consigo a unos dos mil militantes de AfD, algo así como el 10 por ciento del total. Con muchos de ellos fundó ALFA, Alianza para el Progreso y el Resurgir. Petry organizó el giro hacia la derecha de Alternativa para Alemania. Hubo reuniones con los islamófobos de Pegida e incluso Petry dijo que la policía debería usar armas de fuego, como último recurso, para proteger las fronteras.
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Discurso antiinmigración rinde frutos
El discurso contra la política de refugiados propugnada por la canciller Angela Merkel, así como la radicalización en distintas áreas, las soflamas nacionalistas y la cercanía con la ultraderecha rindió sus frutos. En las elecciones regionales de Baden-Wurttemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt (13.03.2016), la AfD obtuvo sus mejores resultados históricos.
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El tiempo hablará
Nadie quiere negociar con ellos. Pero la AfD se ha convertido en un actor de la política alemana, sin que le afectaran las críticas por la cercanía con Pegida o las apariciones de miembros del partido en manifestaciones junto a neonazis.