Los consumidores son los que se deberían beneficiar de los controles químicos en los vegetales, pero estos controles no son perfectos. Greenpeace mostró en Hamburgo un estudio en el que se critican los puntos débiles de los controles alimentarios para vegetales. Los controles estatales no garantizan al consumidor que los alimentos de origen vegetal estén libres de pesticidas tóxicos.

El estudio de la organización ecologista valoró los controles sanitarios en los estados federados y sólo Baden Würtemberg alcanzó una nota aceptable, seguido de otros cuatro estados que alcanzaron el aprobado. El resto de los estados alemanes no llegó a aprobar el test y se quedó por debajo de lo aceptable.

Controles lentos y sin éxito

Según los datos manejados por Greenpeace, los controles alemanes se quedan a mitad de camino y están muy lejos de los realizados por laboratorios privados. En Alemania se toman muy pocas muestras y sólo son examinados 100 de los 800 pesticidas permitidos en la agricultura.

La organización critica especialmente la lentitud del proceso de control. Según Greenpeace es absurdo que los resultados de las pruebas se hagan públicos una vez que el producto ya haya sido consumido. Como causa del retraso señala la falta de comunicación entre los organismos encargados. El consumidor sólo conoce que el producto está contaminado cuando el escándalo se hace público.

Por último señaló también el problema de que los controles se realicen sobre el productor o el importador lo que anula su efecto ya que el vendedor, último eslabón de la cadena, no controla lo que ofrece al consumidor hasta que ya es demasiado tarde.

Vacas locas, Dioxinas , Fiebre aftosa, antibióticos. Si el problema se limitaba a la carne, ahora se ha contagiado a la ensalada y a la fruta. ¿Qué comeremos en el futuro?