Vehículos diminutos, precios gigantes
1 de octubre de 2008Es la fiebre del modelismo, que ocupa las horas muertas de miles de personas en todo el mundo con un rasgo de su carácter en común: un perfeccionismo y una paciencia a prueba de bombas.
Porque de eso se trata. Nadie que no cumpla esos dos parámetros puede dedicarse a reproducir todo tipo de camiones, coches, barcos o aviones a una escala que en ocasiones puede poner a prueba la precisión, la habilidad y el temple del más pintado. Al margen de perfeccionista y paciente, sin embargo, es requisito imprescindible una persona apasionada.
Sólo así se explica que el modelismo genere auténticas comunidades de aficionados cuya única razón para existir es disponer de otras personas con quienes compartir fotografías, experiencias y nuevos retos. Como para tantas otras actividades, Internet ha supuesto en los últimos años una plataforma a través de la cual contactar con gente que comparta nuestros mismos intereses. Son miles las páginas en la red dedicadas al modelismo, así que siempre vamos a encontrar a alguien que entienda nuestra obsesiva fiebre por esta afición.
¿Hobby u obsesión?
Si a más de uno su afición por sintonizar los partidos de su equipo de fútbol favorito le cuesta de vez en cuando alguna que otra discusión con su pareja, el modelismo no le va a la zaga. Porque además de absorbente, este hobby puede acabar con los presupuestos más modestos. Claro, que siempre habrá quien diga -no sin razón- que mucho más caros son los coches en su tamaño original...
Hagamos un poco de presupuesto. Tomemos como ejemplo una gama del modelismo que no sea ni muy cara ni especialmente económica: un coche tipo turismo formaría parte de este espectro, mientras que los barcos o los aviones -especialmente si son de guerra- resultan habitualmente más caros, como también los coches de época o los de carreras. Para empezar, necesitaríamos un mínimo de infraestructura, es decir, un equipo con las herramientas imprescindible para el montaje y la reparación de los modelos. Bajar de 50-100 euros en este apartado es una utopía.
A partir de aquí hay que comenzar a sumar -por no decir más bien multiplicar-. Ruedas, llantas, carrocería, motor,...y todos los extras que podamos imaginar. El resultado, y dependiendo de la escala por la que optemos -a mayor escala, mayor precio- puede oscilar con facilidad entre los 500 y 1.000 euros.
El modelismo, un negocio
Tanto dinero puede llegar a mover este hobby que hay empresas dedicades exclusivamente a ello. Es el caso de la alemana ScaleArt, que ha hecho del perfeccionismo de su propietario, Bernd Brand, un negocio. El año pasado facturó 780.000 euros y cuenta con 14 trabajadores en plantilla. Su especialidad son los camiones de las marcas MAN y Volvo, que oscilan entre los 750 y los 2.000 euros, aunque las máquinas excavadoras se llevan la palma, con reproducciones a 12.000 euros.
Entre los clientes de ScaleArt se cuentan, entre otros, el obispo de Cracovia (Polonia), el presidente del consejo de administración de Volkswagen, Ferdinand Piëch y el ministro de Transportes de Dubai. De hecho, empresas como la propia MAN encargan vehículos en miniatura para ofrecerlos como regalo a clientes especiales.
Vehículos no tan pequeños
Claro, que algunas miniaturas no son tan enanas. Es el caso de la versión a escala 1:14.5 que ScaleArt ofrece del modelo de MAN TGX. En concreto, la pieza hace 17,2 centímetros de ancho, 27,3 de alto y 40,3 de largo. Todo un señor camión a todo un señor precio. Como el resto de camiones de la gama, que rondan entre los 1.500 y los 3.000 euros. Eso sí, se puede elegir color, adornos y hasta los faros que deseemos.
Pero no sólo MAN o Volvo, también Mercedes figura entre los modelos de Scale Art, que por supuesto facilita también todo tipo de recambios en caso que queramos ir renovando nuestras piezas o, simplemente, alguna se haya roto por el camino. ¿Que queremos un nuevo espejo para nuestro camión? Solución sencilla: unos 20 euros y ya tenemos retrovisor. ¿Nueva batería? Por unos 90 euros tenemos el vehículo de nuevo a punto.
La locura por el modelismo la ejemplifica Brand con el caso de un cliente que encargó miniaturas por valor de 40.000 euros ¡en tan sólo una hora! Y es que los precios de los productos más selectos oscilan entre los 10.000 y los 15.000 euros. Ya se sabe, en el tarro pequeño está la mejor confitura....y la más cara.