Venden obras privadas de Picasso por 15,8 millones de euros
5 de febrero de 2016
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Un total de 168 obras privadas que el artista malagueño Pablo Picasso guardó en su estudio durante toda su vida se vendieron hoy (05.02.2016) en una subasta en Londres por 12,1 millones de libras (15,7 millones de euros).
La casa Sotheby's sacó a puja 187 piezas, entre las que había 70 esculturas de cerámica y terracota y 106 trabajos sobre papel, que pertenecían a la colección de la nieta del pintor cubista Marina Picasso, y de las que finalmente 168 encontraron comprador.
La obra estrella fue “Visage”, un estampado en bronce que se vendió por 425.000 libras (552.000 euros) y que Picasso realizó entre 1933 y 1934 por medio de una técnica conocida como vaciado a la cera pérdida. Supone un objeto único dado que el procedimiento escultórico por el que se realiza se remonta a tradiciones antiguas que usan moldes elaborados con cera de abeja para obtener figuras de metal. El golpe de martillo sonó con fuerza para fijar la venta por un valor de 305.000 libras (396.000 dólares) de “Trois visages” (1953), un jarrón de cerámica vidriada con un rostro pintado en azul con los trazos característicos del artista.
Las esculturas expuestas hoy a los compradores pertenecen a diferentes etapas de la producción de Picasso: desde sus primeros trabajos de 1947-48 hasta sus producciones más maduras de la década de 1960, entre las que se encuentran platos decorativos y piezas con formas de animales o humanos.
No solo las cerámicas triunfaron en la sesión de Sotheby's, ya que los trabajos de papel del malagueño, que abarcan desde finales del siglo XIX hasta sus últimos años de trabajo, consiguieron venderse a precios elevados. Ese fue el caso del dibujo con bolígrafo “Études pour femme au chapeau” (1939), que muestra cinco rostros del cubismo más representativo del autor, y que fue adquirido por 251.000 libras (326.000 euros). Un poco más, 257.000 libras (338.000 euros), se pagaron por el dibujo a lápiz “Homme jouant au violon” (1912), uno de los que dan una visión más precisa de esa técnica que el autor de “Las señoritas de Aviñón” llegó a pulir y a dominar a la perfección.
No es la primera vez que la nieta del afamado autor vende trabajos de su abuelo pertenecientes a su colección privada, una decisión que tomó hace unos años para poder dejar atrás el pasado. (EFE)
Jardines bucólicos en la pintura
La Academia Real de las Artes de Londres expone la evolución de la pintura de jardines bucólicos desde 1870 hasta 1920. Les mostramos las más bellas obras, desde Monet hasta Matisse.
Imagen: 2015. Digital image, The Museum of Modern Art, New York/Scala, Florence/(c) Succession H. Matisse/DACS 2015
Un día de verano
La Academia Real de las Artes de Londres expone la evolución de la pintura de jardines bucólicos desde 1870 hasta 1920, desde el impresionismo hasta el expresionismo. Uno de los pintores claves del impresionismo es Claude Monet, quien halló inspiración en su propio jardín, en Giverny, Francia. Aquí, “Mujer en el jardín”, de 1867. La muestra se puede visitar hasta el 20 de abril.
Imagen: The State Hermitage Museum. Photography: Vladimir Terebenin
Posando para un amigo
En la época de Auguste Renoir, surgían los bellos jardines de París. Se abrieron al público parques de la realeza y los habitantes de la ciudad de la luz cultivaban sus pequeños jardines. Allí, sobre los espacios verdes de París, Renoir encontró motivos que lo inspiraron, como aquí, cuando pintó a su amigo, Monet: “Claude Monet, pintando en su jardín de Argenteuil” (1873).
Imagen: Wadsworth Atheneum Museum of Art, Hartford, CT
De Moscú a Baviera
El pintor Vassily Kandinsky es el padre de la pintura abstracta. En 1909, su mujer, Gabriele Münter, compró una casa en Murnau, a orillas del lago Staffelsee, en Baviera. El pintor nació en Moscú, por eso, los vecinos la llamaban “la casa del ruso”. La pareja amaba su jardín, al que cuidaban con esmero, y que Kandinsky pintó más de una vez. Allí nacieron obras como “Murnau, el jardín II” (1910).
Imagen: Merzbacher Kunststiftung
Bajo el sol de España
Joaquín Sorolla, nacido en Valencia, es considerado el “Pintor de la luz”. Sabía cómo captar la calidez del sur. Aquí se ve “Louis Comfort Tiffany” (1911), del pintor modernista, un retrato en el que parece que Tiffany está por interrumpir su pintura para luego continuarla, entre las flores amarillas, blancas y azules de este jardín español.
Imagen: Courtesy of The Hispanic Society of America, New York
El goce y la calma
“Esta obra muestra, a la vez, un paisaje y un jardín”, explica la curadora de la exposición londinense, Ann Dumas. Para pintarla, Pierre Bonnard se inspiró en la vida parisina de aquellos tiempos. Con colores vivos, retrató a una joven en una reposera junto a una mesa con deliciosos bocados, en medio de la naturaleza. Relax puro en “Siesta en el jardín” (1914).
Imagen: Nasjonalmuseet for kunst, arkitektur og design/The National Museum of Art, Architecture and Design/(c) ADAGP, Paris and DACS, London 2015
Artista y jardinero
A Claude Monet siempre lo fascinaron los reflejos en el agua. Su cuadro “Lilias de agua” (1914/1915) es conocido en todo el mundo. Cultivaba lilias en su propio jardín, del que estaba muy orgulloso. “Aparte de la pintura y del trabajo en el jardín no hay nada que yo sepa hacer. Mi obra maestra es mi propio jardín”, dijo Monet poco antes de su muerte, en 1926.
Imagen: Portland Art Museum, Portland, Oregon
Visión, emoción y color
Matisse expresó en su creación artística todas sus visiones y emociones. El arte contemporáneo se caracteriza, sobre todo, por los colores que iluminan las obras. “La mesa de mármol rosa” (1917) es una de las obras más recientes en la exposición en la Academia Real de las Artes de Londres, que se puede visitar hasta el 20 de abril de 2016.
Imagen: 2015. Digital image, The Museum of Modern Art, New York/Scala, Florence/(c) Succession H. Matisse/DACS 2015