Venezuela: 17 muertos tras explosión de bomba lacrimógena
16 de junio de 2018
El ministro del Interior indicó que el establecimiento fue clausurado y su encargada aprehendida por no impedir el ingreso del arma. Sin embargo, no dijo cómo el artefacto llegó a manos de un civil menor de edad.
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El ministro del Interior de Venezuela, Néstor Reverol, confirmó hoy (16.06.2018) la muerte de al menos 17 personas, después de que estallara una bomba lacrimógena en una fiesta de fin de año escolar en el oeste de Caracas a la que asistieron unos 500 invitados, la mayoría menores de edad, que corrieron en estampida.
Reverol señaló que otras cinco personas resultaron heridas, uno de ellos de gravedad y que ocho de los fallecidos son menores de edad.
"Tenemos hasta el momento siete detenidos, entre ellos dos menores de edad", dijo y señaló que uno de esos menores ha sido señalado de ser el "autor material del lanzamiento de este artificio lacrimógeno".
Reverol informó que el suceso se produjo "en horas de la madrugada" en el Club Social El Paraíso, también conocido como Los Cotorros, ubicado en el oeste de Caracas donde tenía lugar una fiesta de grado de bachillerato de varias instituciones educativas.
"Se originó una riña en horas de la madrugada y una de las personas involucradas en la riña lanzó o activó un artificio lacrimógeno que originó la estampida de más de 500 personas que se encontraban en el club social (...) ocasionando esta grave acción el fallecimiento de 17 personas", dijo Reverol.
El ministro adelantó que entre los detenidos también se encuentra la persona encargada del club social - que fue clausurado- "ya que la ley para el desarme y control de armas y municiones establece muy claro las medidas (...) para evitar el ingreso de armas de fuego y municiones en establecimientos".
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¡Adiós Bolívar! En la carretera rumbo a una nueva vida
Una parte del pueblo venezolano ya le ha dado la espalda a su presidente al irse de su país. Estos jóvenes viajaron días en autobús para llegar a su nuevo destino.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
Preparándose para irse
El 2 de noviembre de 2017, Alejandra Rodríguez empaca sus pertenencias en su casa en Caracas, Venezuela, antes de viajar en autobús a Chile. La joven de 23 años es contadora de una empresa de importación. Asegura que nunca había querido dejar Venezuela, y mucho menos en autobús hacia Chile. Dice que lo hace porque no tiene alternativa.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
Por la carretera
La carretera serpentea junto al mar en Atico, Perú, el 13 de noviembre de 2017, mientras Carlos García Rawlins disfruta de la vista desde la primera fila en el piso superior del autobús. Dijo sentir a veces un sentimiento de vacío mientras el camino desaparecía detrás de una curva y la niebla descendía, cubriendo el horizonte.
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Viaje agotador
Alejandra Rodríguez duerme mientras viaja en el autobús rumbo a Chile, el 14 de noviembre de 2017. Finalmente, después de siete días de viaje atravesando cinco países, ha encontrado una posición cómoda para dormir en su asiento. O quizás estaba tan cansada que ya no le importaba cómo dormía.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
Obstáculos en el viaje
La primera parada después de cruzar Ecuador para llegar a Perú. Allá, se dieron cuenta de que la única manera de continuar el viaje era con soles peruanos. Así que acordaron que un grupo iría a una casa de intercambio llevando el dinero de todos, mientras otros esperaban y se ocupaban del equipaje.
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Lo logramos
Adrián Naveda, Alejandra Rodríguez y su sobrino sonríen después de cruzar la frontera entre Perú y Chile en Arica, el 13 de noviembre de 2017. Llegar a Chile era la meta, pero todos estaban un poco preocupados, porque sabían que era la frontera donde las autoridades podían hacerles preguntas difíciles. Tras salir de la oficina de migración la felicidad y el buen humor regresan.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
La nueva casa: finalmente llegaron
Alejandra Rodríguez y su hermana Natacha conversan con sus compañeras de piso mientras se preparan para dormir en su nueva casa en Concón, Chile. Natacha, su hijo, su hermana y Adrián llegaron al pequeño apartamento alquilado por un grupo de amigos venezolanos. Aunque éstos ya vivían en condiciones de hacinamiento, ofrecieron a los recién llegados un lugar dónde quedarse.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
El amor se quedó en Venezuela
Alejandra Rodríguez usa su celular para hablar con su novio que vive en Venezuela. Caminó varias cuadras durante la noche a un centro comercial y se sentó durante horas frente a las tiendas cerradas, para usar la red gratuita de internet y charlar con sus seres queridos en Venezuela.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
¿Lujo? Solo para los que apoyan el gobierno
Productos de "lujo", como estos en Chile, son muy difíciles de conseguir en Venezuela. El gobierno venezolano distribuye alimentos básicos y subvencionados, pero para obtener uno de los paquetes con atún, aceite, harina o polvo de leche, es necesario pedir una "Carnet de la Patria" y declarar su apoyo al gobierno.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
Hay trabajo, ¿hay futuro?
Adrián Naveda carga un paquete de comida seca para perros en su primer día de trabajo en una tienda de mascotas en Concón. Adrián salió a buscar trabajo el día después de llegar a Chile. Empezó a distribuir su currículum y, unas horas más tarde, recibió una llamada de una tienda de mascotas en un área comercial cercana a su residencia. Comenzó a trabajar ese mismo día.