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Venezuela cumple 199

5 de julio de 2010

El año próximo se conmemorará el bicentenario de la independencia de Venezuela, un país con un notable desarrollo económico a sus espaldas, serios problemas en el presente y retos que el Estado haría bien en no ignorar.

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco luchó por la independencia en lo que hoy es Venezuela.Imagen: CC/ Ricardo Acevedo Bernal

La revolución venezolana –la del siglo XIX, no la que el presidente Hugo Chávez alega estar liderando inspirado por ideales bolivarianos– comenzó el 19 de abril de 1810 con el desconocimiento a la autoridad del Capitán General de Venezuela, Vicente Emparan, por parte de representantes de la aristocracia y la burguesía locales; el suceso preparó el camino para la firma del Acta de la Declaración de Independencia con que el país más al norte de Suramérica dejó de ser una colonia española el 5 de julio de 1811.

El bicentenario de la emancipación de Venezuela se acerca, ¿no es ésta una buena ocasión para mirar hacia atrás y hacia el futuro, sopesando los desafíos que esta joven nación tiene por delante? “Difícilmente se puede comparar a la Venezuela de 1811 con la de 2010. El país ha exhibido un impresionante desarrollo político y económico a lo largo de esos 199 años”, enfatiza el Dr. Günther Maihold, subdirector del Instituto Alemán para Política Internacional y de Seguridad (SWP) de Berlín.

Batalla de Carabobo, cuadro de Martín Tovar y Tovar.

La hora de hacer balance

“Todo lo relativo a la conmemoración de ese bicentenario es parte de un discurso elitista que le interesa muy poco a la mayoría de los venezolanos”, opina Manuel Paulus, politólogo de la Universidad de Rostock. Sin embargo, Paulus concede que, si este 5 de julio se presta para hacer un balance de éxitos y fracasos del Estado venezolano, hay que mencionar el caprichoso vaivén de los precios del petróleo como fuente de su vigor y también de su debilidad, aún a riesgo de llover sobre mojado.

“La dependencia del petróleo como su principal fuente de ingresos es el gran problema de Venezuela y la administración razonable de la fortuna que su exportación genera es el gran reto de la sociedad y de la clase política venezolanas. Y eso es así desde antes de 1999, cuando Hugo Chávez asumió la presidencia del país; ese reto habría sido el mismo aún sin Chávez: cómo invertir y distribuir rápidamente los ingresos petroleros en épocas de bonanza y qué hacer cuando ese esplendor se acaba”, explica Paulus.


Un desafío nada nuevo


Maihold secunda al investigador: “La pregunta central es si Venezuela logrará desarrollar una dinámica política menos dependiente de sus ciclos productivos, es decir, menos dependiente del zigzag de sus ingresos petroleros. Éstos siguen teniendo una relevancia política que, hasta cierto punto, ha mermado la capacidad de reformar al país y, sobre todo, la capacidad de reformar su modelo de desarrollo”.

Para el directivo del SWP, ese es el desafío más grande de Venezuela porque determina la respuesta que se dará a incógnitas fundamentales. ¿Es la democracia tan valiosa para los venezolanos como su bienestar económico o menos importante? ¿Hasta qué punto es la justicia en la repartición de los ingresos petroleros un requisito para reconocer a la democracia como tal? ¿Es la garantía estatal de servicios básicos una condición para que la democracia pueda ser considerada una democracia?

El actual presidente, Hugo Chávez Frías, encabeza la llamada "revolución bolivariana".Imagen: AP

Democracia y desarrollo

“Esas cuestiones están íntimamente conectadas con los modelos de desarrollo del país y con sus procesos democráticos”, asegura Maihold, quien observa con inquietud la actual relación Estado-sociedad en Venezuela. “El Pacto de Punto Fijo era expresión de un cambio impulsado por la unión de fuerzas militares democráticas y fuerzas políticas democráticas”, dice sobre el acuerdo firmado en 1958 que buscaba consolidar la democracia recién instaurada garantizando la participación de todos los grupos políticos en el gabinete ejecutivo del partido que ganara las elecciones.

“Pero hoy estamos frente a una sociedad dividida en dos bloques, en donde las posiciones unificadoras o las semejanzas no son puestas en primer plano como fundamento del liderazgo democrático. Y la Historia nos ha enseñado que los líderes populistas necesitan de esa polarización para poder mantenerse en pie; es por eso que en Venezuela se ha propiciado esta situación. En este instante, la sociedad está más cerca de desmoronarse que de definir un común denominador para sus integrantes”, apunta Maihold.

¿Se desmorona Venezuela?


A muchos venezolanos les cuesta creer que su entorno no se haya desmoronado todavía bajo el peso de las ominosas circunstancias que han marcado su historia reciente: la pobreza ha generado violencia, la desigualdad ha creado tensiones de clase, la educación deficiente ha reducido las perspectivas laborales, el desempleo ha frustrado las expectativas de movilidad social y, al menos a sus ojos, la corrupción ha acabado con los valores éticos y cívicos. Ante todo la corrupción es percibida como el otro gran obstáculo en el camino hacia una sociedad más sana en términos sociales, políticos y económicos.

El petróleo venezolano: ¿fuente de independencia o de corrupción?Imagen: AP

No obstante, a juicio de Paulus, ese fenómeno ha sido sobreestimado por los propios venezolanos y amerita ser relativizado. “La corrupción es un problema en Venezuela, pero también lo es en Alemania. Lo que ocurre es que en Europa predomina otro tipo de corrupción: la que practican los grandes consorcios”, aclara y pone como ejemplo el escándalo de los sobornos de Siemens. “Siemens tenía una caja no declarada con más de 1.000 millones de euros para garantizar la adquisición de encargos importantes”.

La corrupción en perspectiva

“Esa forma de corrupción es diferente de la que tiene lugar cuando un conductor soborna a un policía para que éste no aplique una multa, por ejemplo; pero no por eso se puede decir que la corrupción tenga profundas raíces en la sociedad venezolana”, subraya el investigador de la Universidad de Rostock. “Claro, uno de los problemas del actual gobierno es que Chávez ascendió al poder anunciando que lucharía contra la corrupción y se llenó la boca haciendo promesas que no puede cumplir”, añade, invitando a poner ciertas nociones en perspectiva.

Paulus se especializa en el análisis del clientelismo político en Venezuela y presentó una ponencia sobre ese fenómeno en el simposio Venezuela heute, celebrado en su alma máter a principios de junio. “La quintaesencia de ese simposio es, básicamente, que uno debe ser cuidadoso para no incurrir en exageraciones: no todos los fenómenos que se observan actualmente en Venezuela son novedades que han aflorado durante el mandato de Chávez”, resume.

Venezuela hoy

“Muchos de los fenómenos que observamos hoy en Venezuela derivan de la excesiva dependencia del país de sus ingresos petroleros y ya estaban presentes durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez [1974-1979]. Todos los aspectos de la política interior y exterior venezolana dependen de los precios del petróleo”, agrega Paulus, insistiendo en que hay argumentos que deben ser repetidos a pesar de no ser nuevos. Las ponencias de Venezuela heute aparecerán a finales de año en un libro de la serie Biblioteca Iberoamericana editado por los profesores doctores Nikolaus Werz, Andreas Boeckh y Friedrich Welsch, y publicado por Vervuert Verlag.

Autor: Evan Romero-Castillo

Editor: Enrique López

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