En el marco de su programa de Gobierno, titulado simplemente Plan País, el autoproclamado presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, anunció que la ayuda humanitaria para las personas más afectadas por la prolongada escasez de alimentos y medicinas era una prioridad que sería atendida con prontitud. Este martes (5.2.2019), el Parlamento local aprobó la estrategia planteada para responder a esa emergencia: centros de acopio serán instalados en Colombia y Brasil para luego introducir comestibles y medicamentos al territorio venezolano por vía terrestre. Guaidó admitió que ese auxilio inicial solo alcanzaría para un mes y cinco hospitales.

En la ciudad colombiana San José de Cúcuta, que está unida por varios puentes al estado venezolano de Táchira, los medios internacionales han empezado a estacionar sus equipos de televisión para captar el momento en que camioneros reciban la orden de transportar la mercancía hacia el otro lado de la frontera. Aunque se espera un showdown, nadie sabe cómo se manifestará. Y es que el presidente venezolano en funciones, Nicolás Maduro, se niega a recibir el socorro, alegando que la ayuda humanitaria no es más que una fachada para iniciar una intervención militar extranjera con miras a derrocarlo.

Paso bloqueado

Este martes (5.2.2019), las autoridades migratorias colombianas hicieron públicas fotografías que muestran a un contenedor y a un camión cisterna bloqueando el camino en el extremo venezolano del puente binacional Las Tienditas. De ahí la cautela con que se pronuncian las organizaciones no gubernamentales dispuestas a coordinar la ayuda humanitaria en cuestión si los alimentos y las medicinas lleguan a Venezuela. La Cruz Roja y Caritas, que registró y reportó índices inusualmente altos de desnutrición entre niños venezolanos, dejaron claro que sólo asumirían la tarea de repartir los bienes si los bandos políticos en discordia llegan a un acuerdo.

En este instante, nada indica que Guaidó y Maduro estén por sellar un pacto.

El Parlamento le dio luz verde al envío de ayuda humanitaria a su país desde Colombia y, para facilitar el proceso, Guaidó estableció contacto con los alcaldes de las poblaciones fronterizas pertinentes. Pero es Maduro quien controla el territorio nacional a través de las distintas fuerzas de seguridad estatales y sin la colaboración de militares, guardias nacionales y policías, es poco probable que el proyecto humanitario pueda tener éxito. El Parlamento advirtió que las Fuerzas Armadas cruzarían una “línea roja” si impiden la entrada de la ayuda internacional al país. Está por verse si eso persuade a los uniformados de cooperar.

Un país, dos presidentes

Christian Krüger, director general de la Unidad Administrativa Especial Migración Colombia, observa la situación con inquietud: temiendo que más desesperados emigren en masa hacia Colombia, se ha apresurado a anunciar que la ayuda humanitaria sería concedida exclusivamente en el lado venezolano de la frontera, si el presidente en funciones, Nicolás Maduro, lo permite. Quienes no hayan seguido las noticias provenientes de Venezuela en el último mes no entenderán que el país caribeño tenga dos presidentes y mucho menos que mientras uno pide ayuda humanitaria para sus compatriotas, el otro se niegue a recibirla.

Tobías Käufer, desde Cúcuta (erc/ers)

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