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PolíticaVenezuela

Venezuela: "La abstención por sí sola no es exitosa”

26 de mayo de 2025

El resultado de las elecciones regionales y legislativas en Venezuela pinta "un mapa rojo" de la hegemonía del gobierno de Maduro, dice experta. Y la oposición sigue dividida.

Nicolás Maduro saluda con la mano en alto junto a su esposa, Cilia Flores, y a un grupo de políticos y seguidores.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, proclama una nueva victoria.Imagen: Federico Parra/AFP/Getty Images

¿Qué significan los resultados de estas elecciones regionales y legislativas en Venezuela, en vista de la dicotomía entre las cifras oficiales y las declaraciones de la oposición?

"El mapa venezolano, desde el punto de vista político, aparece pintado de rojo”, dice, en entrevista con DW, Eglée González Lobato, consultora política y catedrática de la Universidad Central de Venezuela. "El gobierno de Nicolás Maduro logra una hegemonía en el Parlamento que se puede decir que ya tenía antes, pero que en este momento es más crítica. Se espera que haya una proporción similar en los Consejos Legislativos regionales”, añade la experta.

"El número de participación anunciado tiene lagunas, especialmente en cuanto al número total de votos del partido oficialista, pero quizás se deba a que son resultados preliminares, y hay que dar tiempo al recuento”, dice a DW el doctor Guillermo Tell Aveledo Coll, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Metropolitana de Caracas.

Opacidad y falta de acceso a actas

"En cualquier caso, este proceso ha sido mucho más opaco que otros recientes”, señala Aveledo, "debido al control por parte del Estado, ya presente en las presidenciales de 2024, y a la falta de transparencia en la postulación e inscripción de partidos y candidaturas, así como en las causas por inhabilitación”.

Esta elección, que tampoco contó con observadores internacionales independientes, es la primera tras las polémicas presidenciales del 28 de julio de 2024, cuando Maduro se proclamó vencedor, sin haber presentado hasta hoy actas que lo certifiquen, a pesar de los continuos llamamientos de la comunidad internacional.

"Los mecanismos de revisión ciudadana han sido modificados grandemente”, dice Aveledo, "como la forma de verificar que las actas sean derivadas de la máquina o no, la eliminación del código QR, y la falta de datos totales dentro de las actas, por lo cual no conocemos el número de lectores de mesa”.

"El gobierno tenía dos opciones: o ir por la hegemonía total, o ceder a una sesión táctica de cargos de elección popular”, señala González Lobato. "Pero la oposición no logró conectar con la ciudadanía”. Según ella, el llamado de Machado para que las fuerzas militares también se abstuvieran, "fue algo delicado en esta situación compleja, porque no sabemos qué podría haber ocurrido”. 

Oposición dividida: ¿una opción viable?

A todo esto se sumaron las críticas de la oposición a los políticos que aspiraban a un escaño en la Asamblea Nacional, o en un gobierno estatal. Es el caso de Henrique Capriles (quien ganó un escaño en el Legislativo), y de Manuel Rosales, cuyas candidaturas fueron interpretadas por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) como una validación del proceso, calificándolos de "cómplices de la farsa”.

"Una oposición que llamó a la abstención, llega con una gran paradoja a estas elecciones parlamentarias y regionales, ya que después de tener un el mayor capital político después de una década, llega sin capacidad para incidir en el equilibrio del Parlamento, es decir, en el Poder Legislativo”, critica González Lobato.

"Esta no es la primera vez que la oposición va dividida. Pero esta vez se presentó fuera de la coalición tradicional, separándose abiertamente de esa alianza. Obtuvo entre un 12 y un 25 por ciento de los votos históricos de la oposición, dependiendo del cálculo, dificultado por la opacidad de los datos. Pero pudo convencer a suficientes votantes de ser una opción viable”, contrasta Aveledo.

Miembros de las Fuerzas Bolivarianas acuden a las urnas en un local electoral. (25.5.2025).Imagen: Leonardo Fernandez Viloria/REUTERS

"El mensaje de María Corina Machado se ha basado en que el gobierno de Nicolás Maduro está muy débil y que hay una fractura interna”, recuerda González Lobato. Pero "la llamada a la abstención por sí sola no es exitosa si no va seguida de un plan político”, sostiene. Y añade que "ese llamado vino acompañado de una campaña de destrucción del liderazgo opositor, de todo opositor que opinara distinto de la abstención”.

"El gobierno logró movilizar a un electorado apático y descontento para que votara en contra de una dirigencia opositora contraria a los intereses venezolanos”, puntualiza.

Maduro y una temida reforma constitucional del voto

¿Qué hará el gobierno de Maduro tras las elecciones? "Es probable que la comunicación oficial aproveche este mapa electoral como un elemento de propaganda, para hacer olvidar los hechos electorales del año pasado, como un mecanismo de desmoralización adicional a quienes disienten en el país. Pero, a la vez, las cifras de participación son malas para el propio partido de gobierno”, dimensiona el politólogo.

Eso, "sin mencionar la característica política del proceso, con la enorme dificultad de revisar científicamente los resultados”, explica. "Incluso en las elecciones del año pasado, el Partido Socialista (PSUV) habría perdido un importante número de votantes de su trayectoria histórica. Ahí se ve una expresión del descontento que hay en la población”.

Un centro electoral casi vacío en Caracas. (25.05.2025).Imagen: Maxwell Briceno/REUTERS

Según Guillermo Aveledo, si ese descontento no se canaliza a través del voto, puede llevar a otro tipo de presión social, lo que se vería acentuado por los temores a una reforma constitucional a la que estaría apuntando Maduro, que incluiría una modificación por la cual los ciudadanos ya no votarían de manera directa, sino a través de asambleas comunales, por los precandidatos, y la selección de las candidaturas quedaría en manos de altos cargos, y, en definitiva, de Maduro y su cúpula.

"Eso sería una reforma radical, y un enorme riesgo”. Y también un indicador de que el sistema autoritario se sigue consolidando. El proyecto del gobierno "no es público ni es un proceso constituyente, sino que está en manos de una comisión presidencial muy secreta”, afirma.

¿Cómo caracteriza el experto la influencia de la oposición en este momento en Venezuela y las perspectivas de que pueda lograr un cambio? "Los cambios siempre son difíciles dentro de un sistema en el que el pluralismo está limitado. En el caso de María Corina Machado, eso se potencia, porque ahora está casi sola en el escenario. Los liderazgos alternativos están muy afectados en su representatividad y en su legitimidad, y eso se reflejó en el proceso electoral”, señala Aveledo.

"Ningún sector de la oposición es mayoritario, ni podría incidir por sí solo en el equilibrio del Parlamento”, apunta, por su parte, González Lobato.

Ambos expertos coinciden en la necesidad de una recomposición de la oposición en torno a una unidad de criterio y a una coordinación de fuerzas. Sobre todo, para lograr resultados concretos. "Este es un sistema autoritario donde el gobierno se maneja con una absoluta ficción con respecto a su popularidad”, recalca Guillermo Aveledo.

(ers)