El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró la guerra a la crisis económica en 2013. Y la realidad demuestra que todavía no la ha ganado. La inflación ha provocado en el país un aumento galopante de los precios que han convertido en un bien escaso no solo bienes de consumo como electrodomésticos o el papel de prensa, sino también alimentos básicos como la harina o la leche.