La situación de la deuda externa venezolana es dramática y no se ve salida a corto plazo, debido al continuado bajo precio del petróleo. Para precisar datos y cifras, DW entrevistó a una experta venezolana.
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DW: ¿Cuál es la composición aproximada de la deuda externa de Venezuela? (Bonos de inversionistas privados, Rusia, China, Irán?)
Pilar Navarro: Debido a la opacidad imperante en Venezuela es difícil precisar los montos exactos adeudados. De la deuda externa del sector público, cerca del 60 por ciento lo representa deuda con tenedores de bonos (34 por ciento de la República y 26 por ciento de PDVSA). Por su parte, dentro de la deuda externa del Gobierno central, que cerró 2016 en 46.763 millones de dólares, según las cifras del Ministerio de Finanzas, un 8,6 por ciento lo representa la deuda externa bilateral, de la que Rusia solamente representa 74 por ciento, es decir, 2.950 millones de dólares. Por su parte, la deuda con China es mucho más difícil de estimar en vista de la ausencia de cifras oficiales; según estimados de Ecoanalítica, esta representaba al cierre de 2016 20 por ciento de las deudas externas del sector público. El 20 por ciento restante corresponde al resto de la deuda financiera de PDVSA y a la deuda con proveedores.
Ante la necesidad de divisas y la dramática restricción presupuestaria, ¿cuál ha sido la respuesta del Gobierno?¿Es esa estrategia sostenible?
Sin lugar a dudas, el Ejecutivo ha mantenido una postura de pagar a toda costa, donde ante la caída de los ingresos fiscales por la disminución de la cotización del crudo, la estrategia ha sido un recorte abrupto de las importaciones, lo que ha agudizado los problemas de escasez que ha venido padeciendo la economía venezolana desde hace años y que se ha exacerbado en los últimos dos. Según nuestras estimaciones, en 2016 el Ejecutivo recortó en 51 por ciento las importaciones y sobre este ritmo ya reducido a la mitad, se ha dispuesto a seguir recortando, y en lo que va de año las compras externas se han reducido 25 por ciento. Pareciera que la lógica con la que opera el Ejecutivo es que es menos costoso recortar las importaciones que liquidar otros activos externos como las reservas internacionales. No obstante, esta estrategia no es sostenible y, ante un precio del crudo que no parece levantar cabeza y una producción petrolera mermada, tarde o temprano se tendrá que llegar al fondo.
¿Sigue el Gobierno teniendo posibilidades y voluntad de pago de la deuda externa?
En estos momentos no está en duda la capacidad de pago del Ejecutivo, sino su voluntad. Ante la reciente crisis política que se ha desatado en el país, cabe preguntarse sobre si el Gobierno mantendrá su posición inamovible de pago. Para este año estimamos que la brecha externa es de 6.022 millones de dólares, que el Ejecutivo apostó a cerrar a través de un recorte de importaciones, pero también a través de una serie de operaciones de financiamiento que han sido bloqueadas por la falta de aprobación de la Asamblea Nacional y que ha desatado la crisis política actual y que le complica la situación al Gobierno. Sin embargo, creemos que el Ejecutivo cuenta con los activos externos para surfear 2017 sin un evento de cesación de pagos pero llegando a 2018 con una posición muy vulnerable.
¿Puede ser este un año decisivo para la deuda venezolana?
Estamos ante un escenario complicado. En nuestra opinión, la resolución del problema no se va a dar en el corto plazo, y sus consecuencias son impredecibles.
Pilar Navarro es analista de la Asesoría Económica ECOANALÍTICA, Caracas, Venezuela. Ecoanalítica brinda servicios de informes, perspectivas, entorno y política cambiaria.
El remolino de los precios del petróleo (enero, 2016)
Casi a diario, los precios del petróleo alcanzan mínimos históricos. Una coyuntura mundial débil y la sobreproducción causan incertidumbre desde hace ya más de un año. Algunos países resienten los duros efectos.
Imagen: picture-alliance/dpa/W. Hong
Resaca de una larga fiesta
¿Quién lo hubiera dicho? La rica Noruega convierte su economía. Durante muchos años, el país sacó provecho del auge petrolero. El hidrocarburo del Mar del Norte transformó a Noruega, que pasó de ser un país agrario pobre, a uno de los más ricos del mundo. Ahora los noruegos dan marcha atrás: en vez de apostar todo por el petróleo y el gas, vuelven a concentrarse cada vez más en la pesca.
Imagen: picture-alliance/dpa/O. Hagen
Doble impacto
Además de las sanciones occidentales, los bajos precios del petróleo afectan a Rusia. En 2015, el crecimiento económico del país gobernado por Vladimir Putin disminuyó en casi cuatro por ciento. Consecuencia: el rublo ha perdido casi la mitad de su valor frente al dólar. Analistas de la consultoría financiera Bloomberg estiman que 2016 será otro año de recesión para Rusia.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Druzhinin
Ritmo decreciente
Nigeria es el más grande productor petrolero de África. El nuevo presidente, Muhammadu Buhari, prometió aumentar el gasto público. Pero esta promesa podría caer, víctima de las bajas cotizaciones petroleras. Según el Banco Mundial, tres cuartas partes de los ingresos del país provienen de la industria del petróleo. Muchos proyectos de infraestructura permanecen congelados.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nuevas realidades
Además de Nigeria, muchos otros países elaboran sus presupuestos usando como referencia estimados de los precios petroleros. Si el cálculo es demasiado alto, se produce un vacío presupuestario. La gráfica muestra los precios del petróleo necesarios para que los respectivos países logren un equilibrio en sus presupuestos.
Luego de las sanciones
Irán pretende introducir medio millón de barriles adicionales de petróleo en los mercados, tras el levantamiento de las sanciones económicas. Con ello, el país persa parece resultar perjudicado, pues el incremento ejercerá mayor presión sobre los precios. Pero Irán culpa a su archirrival Arabia Saudita por los bajos precios petroleros.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Taherkenareh
Subvenciones y lujos
Arabia Saudita se opone a una disminución en las cuotas de producción a fin de contener a Irán y al fracking estadounidense. Pero ahora incluso el segundo mayor productor de petróleo del mundo se halla en dificultades. El FMI habla de un “déficit masivo” en el presupuesto saudita. El régimen de Arabia Saudita quiere ahora compensarlo introduciendo nuevos impuestos y eliminando subvenciones.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Grimm
¿Cuánto aguantará la olla?
Al igual que en Arabia Saudita, en Catar, Omán y los Emiratos Árabes Unidos se recurre a las reservas. Estos países poseen amplios fondos estatales. Pero también tienen en conjunto un déficit presupuestario de 260.000 millones de dólares, según estimaciones de JP Morgan.
Imagen: M. Naamani//AFP/Getty Images
¿Cambio de poder?
Venezuela dispone una de las mayores reservas petroleras del mundo. Durante años, el gobierno socialista financió programas sociales con los ingresos petroleros. Pero ahora, el presidente Nicolás Maduro se ve forzado a declarar una emergencia económica. Entre la población, el apoyo al chavismo cae casi tanto como los precios del petróleo.
Imagen: Reuters
Taladros peligrosos
Gracias a la tecnología del fracking, Estados Unidos se ha transformado en el mayor productor de petróleo del mundo. Pero los bajos precios hacen que esta tecnología no sea rentable. Estados Unidos es uno de los mayores consumidores de energía del mundo. Los conductores se alegran por los bajos precios de la gasolina e invierten en autos más grandes. Esto es un peligro para el medio ambiente.