Venezuela produce solo 30 % de la comida necesaria
23 de noviembre de 2017
Según Fedeagro, la nueva Ley de Precios Acordados aprobada ayer por la oficialista Asamblea Constituyente se convertirá en "más de lo mismo" y un control de precios en la economía venezolana "es un error garrafal".
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La Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) señaló este miércoles (22.11.2017) que la producción interna de comida del país caribeño solo alcanza para suplir a un 30 % de la población, y advirtió que la nueva Ley de Precios Acordados impulsará aún más la caída de la producción.
"Con la producción nacional estamos garantizando la comida del venezolano solamente en un 30 %, es decir, de cada tres días solamente un día tenemos garantizada la comida con lo hecho en Venezuela", indicó el presidente de Fedeagro, Aquiles Hopkins, en una entrevista con la emisora privada Unión Radio.
Hopkins dijo que la oferta de alimentos hechos en el país es "muy limitada y muy escasa", por lo que resaltó que en vez de aplicar un mayor control sobre los precios de los productos es necesario fortalecer el aparato productivo nacional. "Lo que nos preocupa es el año 2018 (...) porque todos los rubros (productos) están cayendo en este año", señaló.
Además, Hopkins consideró que la nueva Ley de Precios Acordados aprobada ayer por la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (ANC) se convertirá en "más de lo mismo", debido a que con una economía "inflacionaria e hiperinflacionaria (...) probablemente la revisión tendrá que ser semanal o quincenal".
"Error garrafal"
En caso contrario, según Hopkins, "sucederá lo que ha venido sucediendo en los últimos 10 años: rubros (productos) regulados con precios que no reconocen las estructuras de costos, se quiebra el productor y la consecuencia directa es que cae la producción". Así, afirmó que un control de precios en la economía venezolana "es un error garrafal" que "continuará impulsando la caída sostenida de la producción nacional (de) los últimos 10 años".
Este martes, la Constituyente venezolana aprobó una "Ley de Precios Acordados" con la que pretende "aislar" a los factores "especulativos" que, según el Gobierno venezolano, han penetrado en el "sistema de precios" del país.
Según la presidenta de la ANC, Delcy Rodríguez, "esto es un instrumento jurídico al servicio del pueblo" en medio de "tremenda lucha política contra la guerra económica" a que el Gobierno achaca la escasez y otros problemas que vive el país.
CT (EFE, La Patilla)
El boom de los juegos de azar en Venezuela: una salida a la crisis
El país atraviesa una crisis económica inédita que ha hecho la vida difícil especialmente a la gente de bajos recursos. Sin embargo, los venezolanos no se quedan de brazos cruzados y buscan alternativas para sobrevivir.
Imagen: Reuters/R. Moraes
Carreras de caballos
Apostar a las carreras de caballos es una de las alternativas preferidas por los venezolanos para intentar hacer dinero fácil y rápido. En esta foto tomada en el Hipódromo La Rinconada, en Caracas, los jinetes compiten con un barrio de fondo. Los barrios son la versión venezolana de las favelas brasileñas. Ahí, cientos de miles de personas viven en condiciones muy precarias
Imagen: Reuters/R. Moraes
Sin perderse un detalle
El Hipódromo de La Rinconada es especialmente visitado los fines de semana, cuando se disputan las carreras. Vale la pena llevar binoculares para seguir el caballo al que se le apostó quizás los últimos bolívares de la quincena. La tensión aumenta y la algarabía no se hace esperar.
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La voz del fanático
Las carreras de caballos son especialmente populares entre los hombres, quienes aúpan a su favorito con gritos, frases y una combinación de chasquidos de los dedos con repetidos besos al aire. Pocos se quedan callados mientras su dinero cabalga en un pura sangre.
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La gaceta es la biblia
La gaceta y un bolígrafo son las armas principales de los apostadores de caballos en Venezuela. La gaceta, una revista llena de estadísticas y el programa de las carreras, es una especie de biblia hípica. El hipódromo le da también la bienvenida a niños, quienes en poco tiempo aprenden el arte de "ligar" caballos, como se le dice en Venezuela a invocar la victoria.
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Comiendo "a la carrera"
Un corredor de apuestas come su almuerzo en el Hipódromo La Rinconada rodeado de dinero, cerveza y formularios de apuesta. No hay tiempo para descuidar el trabajo y mucho menos la posibilidad de hacer dinero. Las pilas de billetes en la mesa son una muestra de la alta inflación en el país, la cual, según el Fondo Monetario Internacional, será de más de 650% en 2017 y más de 2.300 % en 2018.
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El hipódromo en casa
No hace falta ir hasta el Hipódromo La Rinconada cuando se pueden ver las carreras en la televisión desde la comodidad del barrio. Tampoco hace falta quedarse callado. Los gritos de apoyo al caballo escogido inundan la habitación, ¿y podrían quizás llegar hasta el hipódromo?
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Contar billetes para contar con suerte
Un hombre apila bolívares sobre una gaceta hípica a las afueras de Caracas. El dinero irá al caballo que probablemente le dará una gran alegría, aunque sea momentánea.
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Apuesta ganada
Eduardo Liendo, de 63 años, y quien vive en un auto chatarra, cuenta con paciencia el dinero que ganó en "los animalitos", un juego de azar que se ha vuelto muy popular en Venezuela como escape de la crisis económica.
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La fiebre de "los animalitos"
La gente hace fila en un barrio en las afueras de Caracas para apostar a "los animalitos". El juego consiste en acertar uno o varios de los 38 animales disponibles en un afiche, cada uno con número. Algunas de las opciones son la ballena, el toro y el alacrán. Son ocho sorteos diarios y por cada 100 bolívares apostados se ganan 3.000.
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La salvación de "los animalitos"
Los venezolanos han sido tradicionalmente grandes apostadores, desde carreras de caballos hasta juegos de lotería. Pero "los animalitos" se ha convertido en una fiebre sin precedentes para obtener efectivo, incluso niños apuestan a diario. No es sorpresa que el juego se haya convertido en una de las alternativas predilectas para hacer frente a la crisis, en particular a la escasez de comida.