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Venezuela reclama piedra sagrada

Eva Usi2 de julio de 2012

Venezuela reclama la devolución de una piedra sagrada del pueblo Pemón, que llegó a Berlín como parte de un proyecto artístico. El artista Wolfgang von Schwarzenfeld dice que los indígenas son utilizados políticamente.

Imagen: DW

La piedra es un imán para los visitantes que llegan al principal pulmón de la capital alemana. Con sus cinco metros de largo, uno de ancho y dos de alto, la piedra de 35 toneladas de peso, es el motivo de una disputa igual de pesada.

“Kueka Abuela”, se llama el monolito de jaspe, que integra el proyecto del artista alemán Wolfgang Kraker von Schwarzenfeld, que la trajo a Berlín en 1999 como parte de un proyecto que simboliza el hermanamiento entre los pueblos.

“Si es necesario, seguiremos reclamando durante cien años la piedra”, advirtió el presidente del Instiuto del Patrimonio Cultural de Venezuela, Raúl Grioni, durante una conferencia de prensa en Berlín, destacando que en vez de símbolo de amor, se ha convertido en motivo de discordia. Brioni destacó que no hará ningún reclamo formal y ninguna gestión administrativa. “Vine para transmitir y tratar de sensibilizar al pueblo alemán sobre esta situación. El siguiente paso lo dará el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano”.

Grioni explicó a periodistas que la piedra arenisca conocida como Kueka fue sacada ilegalmente del país en 1998, siendo presidente Rafael Caldera. Ya entonces el Congreso Nacional había cuestionado la legitimidad de la supuesta donación. También explicó que aunque la anterior Constitución venezolana protegía los parques nacionales, no eran reconocidos los derechos de los 34 pueblos y etnias indígenas, que la actual Constitución si hace.

Monolito de piedra.Imagen: DW

El artista Wolfgang Kraker von Schwarzenfeld es de otra opinión. “Eso de que es piedra sagrada es una invención nueva”, dice “Ya en el 2004 el entonces embajador de Venezuela quería llevársela. Yo entonces le hice una oferta que él no aceptó”, dice el artista, en conversación con DW.

Según von Schwarzenfeld, en dicha propuesta él se comprometía a trabajar una nueva piedra sin ningún pago a cambio, pero pedía al Gobierno venezolano que destinara un millón de euros para una fundación que se encargara de integrar a las minorías étnicas en Venezuela. “El representante diplomático dijo que no había dinero. Así se quedaron las cosas hasta hace dos años cuando se construyó el mito de que es una piedra sagrada para el pueblo pemón”, dice el artista.

Raúl Grioni.Imagen: DW

Según von Schwarzenfeld fueron los mismos pemones que trabajaban en el parque natural quienes escogieron la piedra. “Hubieran podido escoger otra, o no elegir ninguna”, dice, y añade que en dicho parque hay cientos de piedras. (más información en: www.globalstone.de).

"Los indígenas son utilizados para fines políticos y Chávez está abusando de ellos. Yo le devolvería la piedra, pero destruiría todo mi proyecto consistente en 32 piedras provenientes de todo el mundo. Si quita una sola lo destruye. Trabajé durante 15 años sin recibir nada a cambio", dice el artista, que reconoce sin embargo, que hay que encontrar una solución.

El monolito, que se exhibe en el Tiergarten desde 1999, se encontraba originalmente en la localidad de Santa Cruz de Mapaurí, en el parque nacional Canaima, junto a su pareja, el abuelo Kueka. La región, cercana a la frontera con Brasil es hogar del pueblo pemón. El pleno del parlamento venezolano aprobó el mes pasado el reclamo de dicha etnia que exige a Alemania la devolución de la piedra Kueka.

Autora: Eva Usi

Editor: José Ospina-Valencia

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