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Venezuela y el concilio truncado de 2016

26 de septiembre de 2017

Ante la cancelación del diálogo que el Gobierno venezolano y sus opositores tenían previsto sostener en República Dominicana, DW pasa revista a los hitos de las negociaciones que también quedaron en el aire en 2016.

Venezuela Sitzung Regierung-Opposition in Caracas Nicolas Maduro Jesus Torrealba
Venezuela Sitzung Regierung-Opposition in Caracas Nicolas Maduro Jesus Torrealba
Venezuela Sitzung Regierung-Opposition in Caracas Nicolas Maduro Jesus Torrealba
La imagen más emblemática del diálogo de 2016: Maduro (der.) le estrecha la mano al secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba.Imagen: Reuters/Miraflores Palace

Emisarios del Gobierno venezolano y de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) –la mayor alianza de partidos opositores de la nación sudamericana– tenían pautado reunirse este miércoles (27.9.2017) para retomar en República Dominicana el diálogo que a todas luces fracasó en diciembre de 2016.

Pero, a última hora, los representantes de la MUD cancelaron su viaje a Santo Domingo argumentando que las condiciones no estaban dadas para continuar el careo “exploratorio” que comenzó el 14 de septiembre. En esa fecha, ambos bandos acordaron conformar un grupo de “Amigos de Venezuela” con seis países a bordo.

El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) iba a la cita con la esperanza de que sus adversarios reconocieran a la Asamblea Nacional Constituyente promovida por el “hombre fuerte” de Caracas, Nicolás Maduro, y de que el resto del mundo terminara haciendo lo mismo, obviando sus fallas de origen.

La MUD sopesaba seguir pujando en la isla antillana por la restitución del orden constitucional en Venezuela, con todo lo que eso implica, para poder resolver la crisis institucional, política, económica, social, humanitaria y migratoria que amenaza con convertir a la potencia petrolera de antaño en un Estado fallido. 

Algunos celebraban que volviera a haber facilitadores de por medio en República Dominicana. Otros dudaban que el encuentro de Santo Domingo pudiera ser productivo, aún con acompañantes bienintencionados, porque lo que Maduro pone como condición para negociar resulta inaceptable para la MUD.

La coalición antichavista hizo más de una concesión para hacer posible el diálogo de 2016. Escarmentada por la esterilidad del mismo, ahora parece estar mal dispuesta a repetir esa estrategia. ¿Cómo se dio y qué pasó en la última ronda de conversaciones entre la élite chavista y la cúpula de la MUD?

27.03.2016 – La Santa Sede
En su oración del Domingo de Pascua, el papa Francisco invitó a los políticos de Venezuela a “trabajar en favor del bien común, buscando espacios de diálogo y de colaboración”. Un mes y medio más tarde, la Santa Sede confirmó que Jorge Mario Bergoglio le había escrito una carta a Maduro alusiva a la situación del país. Y en julio, el pontífice dijo creer que los venezolanos querían que el Vaticano mediara en su conflicto interno.

26.09.2016 – La UNASUR y los expresidentes 
Ernesto Samper, secretario general de la UNASUR, les comunicó a José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá) que un emisario de la Santa Sede podría unirse al trío de expresidentes para lograr lo que no se había conseguido desde mayo: persuadir al Gobierno de Maduro y a la MUD de dialogar. Dos días después, la oposición le pidió formalmente al Vaticano que mediara.

14.10.2016 – Cita en República Dominicana 
Maduro acusó a la MUD de obstaculizar el diálogo al imponer precondiciones durante el encuentro secreto sostenido en República Dominicana entre representantes del oficialismo y del antichavismo. La mención de esas citas furtivas en la isla caribeña causó malestar en el seno de la oposición y atizó el resquemor hacia su dirigencia. En adelante, esa desconfianza se intensificaría intermitentemente y minaría el trabajo de la MUD.

24.10.2016 – Negociación con fecha y hora 
Mientras Bergoglio recibía a Maduro en el Vaticano, el enviado del papa Francisco a Venezuela, monseñor Emil Paul Tscherrig, anunciaba en Caracas que el diálogo comenzaría formalmente el 30 de octubre con miras a garantizar la convivencia democrática. Dos días después, en la capital venezolana, una multitud que protestaba contra la cancelación del referendo revocatorio le manifestó a la MUD su recelo de cara a las negociaciones.

30.10.2016 – Primera reunión plenaria
A pesar de los vaivenes, la mesa de diálogo terminó siendo instalada en la fecha estipulada. El 1 de noviembre, el Parlamento acordó posponer “por unos días” el debate previsto para determinar la responsabilidad política de Maduro por la ruptura del orden constitucional y democrático, la violación de derechos humanos y la devastación de las bases económicas y sociales en el país.

La oposición pidió que el diálogo tuviera lugar en Caracas y no en Isla Margarita, como se había contemplado originalmente.Imagen: picture-alliance/dpa/C. Hernandez

12.11.2016 – Segunda reunión plenaria
Se celebró la segunda sesión de las negociaciones oficialismo-MUD. El secretario ejecutivo de la alianza opositora, Jesús Torrealba, había dicho un día antes que se buscaba “una solución electoral a la crisis”, no porque ese fuera el tema más importante, sino porque esa era “la garantía” de que todos los demás problemas serían resueltos. Algunos sectores de la oposición criticaron la opacidad con que se desarrollaba el diálogo.

13.11.2016 – Efímero optimismo
El optimismo con que la MUD abandonó la segunda reunión plenaria se esfumó al día siguiente, cuando Maduro descartó la posibilidad de acordar una “salida electoral” con la oposición. Frente a ese panorama, el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, anunció el reinicio del debate parlamentario en torno a los mecanismos necesarios para enjuiciar políticamente a Maduro por la “ruptura del hilo constitucional”.

04.12.2016 – El impasse con el Vaticano
El 1 de diciembre, Maduro denunció que la oposición y uno de los facilitadores de las conversaciones buscaban que la mesa de diálogo “implosionara”. Tres días más tarde se hizo evidente que el Gobierno aludía a los representantes del Vaticano: la MUD anunció que la Santa Sede les había enviado una carta a los negociadores en la que confirmaba la existencia de los convenios negados por el oficialismo.

En la reunión del 12 de noviembre, el Gobierno y la oposición llegaron a acuerdos sobre todos los puntos discutidos, menos el de la solución electoral para la crisis. Luego, los portavoces de Maduro insistieron en que la MUD no había pedido ni la liberación de los presos políticos ni la celebración de consulta electoral alguna. Diosdado Cabello, primer vicepresidente del PSUV, reaccionó con dureza a la misiva vaticana.

Cabello instó a la Santa Sede a no excederse en sus funciones como facilitador del diálogo. El segundo “hombre fuerte” del régimen señaló que la carta reproducía “textualmente” la línea argumentativa del antichavismo y que la misma había sido enviada por iniciativa propia de Pietro Parolín, secretario de Estado del Vaticano, a quien Cabello acusó de haberse parcializado a favor de la MUD cuando era nuncio apostólico en Caracas (2009-2013).

Roma no se pronunció públicamente sobre esta polémica.

El actual secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolín, fue nuncio apostólico en Caracas entre 2009 y 2013.Imagen: picture-alliance/dpa/J. Kaczmarczyk

05.12.2016 – Las demandas de la MUD
La oposición se negó a sentarse a la mesa de diálogo, alegando que el oficialismo no había cumplido la palabra empeñada en la segunda reunión plenaria (12.11.2016). Por ejemplo, aunque la MUD había hecho la concesión de aceptar que los 135 presos políticos del régimen fueran denominados “opositores detenidos”, ella nunca dejó de exigir que todos fueran liberados. No obstante, sólo un puñado de ellos fueron excarcelados.

Los negociadores de la MUD también habían demandado que se respetara la autonomía del Parlamento, que se le diera luz verde al referendo para someter a votación la revocación del mandato de Maduro, que se abriera un canal humanitario para abastecer de alimentos y medicinas a la población, y que se nombrara a dos nuevos rectores en el Consejo Nacional Electoral para romper su inconstitucional alineamiento con el Ejecutivo.

Igualmente, la MUD había pedido que, con un Consejo Nacional Electoral independiente, se realizaran comicios para resolver la controversia en torno a tres diputados opositores impugnados por el chavismo y se fijara un cronograma electoral detallado donde estuvieran contemplados comicios presidenciales adelantados. 

07.12.2016 – Negociaciones postergadas
La MUD manifestó su desacuerdo con dos puntos planteados por los facilitadores el 5 de diciembre. Éstos propusieron que se retornara a la mesa de diálogo el 13 de enero de 2017 y que cesara el “fuego mediático” entre ambos bandos durante la pausa para propiciar una situación de “no agresión” interinstitucional. A ojos de la oposición, la meta no es la “no agresión” entre los poderes, sino la independencia plena de los mismos.

Además, la MUD arguyó que, en lugar de postergar el próximo encuentro durante un mes y pedirles a las partes que se abstuvieran de tomar decisión alguna durante ese tiempo, lo que se debía hacer era presionar al Gobierno para que honrara sus compromisos lo antes posible. La oposición anunció que reiniciaría el juicio político contra Maduro en el Parlamento y las protestas de calle, suspendidas para hacer viable el diálogo.

Elías Jaua, uno de los representantes del Gobierno en sus negociaciones con la MUD.Imagen: picture-alliance/dpa

07.12.2016 – Los reproches del Gobierno
Por su parte, el diputado Elías Jaua, uno de los delegados del chavismo en la mesa de diálogo, criticó el hecho de que la MUD no hubiera acudido a la tercera reunión plenaria del 5 de diciembre. Jaua aseguró que el oficialismo había honrado todos los acuerdos pactados y que la oposición no había cumplido el compromiso de cesar la “guerra económica” contra el Gobierno, adquirido en la primera cita (30.10.2016).

Jaua esgrimió que, desde entonces, el precio del dólar en el mercado negro –que está muy por encima de las cotizaciones oficiales– no había dejado de subir, un fenómeno que el Gobierno atribuye a un plan de la oposición para desestabilizarlo. Jaua agregó que la escasez de dinero en efectivo y las fallas de las plataformas electrónicas de pago también corrían por cuenta de la “guerra económica” librada por la MUD. 

Jaua añadió que el Parlamento, de mayoría opositora, no había acatado el veredicto del Tribunal Supremo de Justicia que lo obliga a desincorporar a tres diputados antichavistas cuya proclamación fue impugnada por el oficialismo debido a un supuesto fraude electoral en el estado sureño de Amazonas. Sin esos tres diputados, la oposición pasa de tener una mayoría calificada de dos tercios a tener una de tres quintos. 

10.01.2017 – Invitación a Roma
A través de la nunciatura apostólica en Caracas, Bergoglio propuso una cita en el Vaticano para que representantes del Gobierno y de la MUD continuaran el diálogo que quedó en suspenso el 5 de diciembre de 2016. La MUD enfatizó que, aunque ese encuentro no estaba descartado, su consumación dependía de que el oficialismo cumpliera los compromisos adquiridos el 12 de noviembre en la segunda –y última– negociación.

13.01.2017 – Diálogo frustrado
Llegada la fecha fijada para la continuación de las conversaciones entre los bandos enfrentados, el diálogo fue dado por fracasado. Dos meses y medio más tarde, la crisis de gobernabilidad derivada del conflicto político-institucional se intensificó cuando, siguiendo órdenes de Maduro –y evidenciando así la falta de independencia de los poderes públicos–, el Tribunal Supremo de Justicia despojó al Parlamento de sus facultades.

Evan Romero-Castillo

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