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Venezuela y la falta de agua: cisternas no son la solución

26 de mayo de 2020

Al problema del deterioro del abastecimiento de agua se suma el hecho de que los camiones cisterna no resolverán nada, dijo a DW José María de Viana, expresidente de la estatal venezolana Hidrocapital.

Los venezolanos deben lidiar con la escasez de agua en medio de la pandemia.
Los venezolanos deben lidiar con la escasez de agua en medio de la pandemia.Imagen: Reuters/C.G. Rawlins

La escasez de agua está poniendo a prueba a los venezolanos, ya golpeados por la crisis económica y alimentaria. DW habló con el ingeniero José María De Viana, expresidente de la compañía estatal venezolana de abastecimiento de agua, sobre las fallas del suministro en Venezuela y las promesas que, según él, no solucionarán el grave problema de esa falta en medio de la pandemia del coronavirus, precisamente cuando se deberían cumplir más estrictamente las normas de higiene y salud pública.

DW: ¿Cuál es la dimensión del problema de la falta de agua ahora en Venezuela?

José María de Viana: La falta de agua no se da solo en Caracas. No hay ninguna ciudad del país donde se reporte continuidad del servicio, a excepción de un caso que hay que destacar, que es San Cristóbal, y del que no sabemos la causa. Pero inclusive  en ciudades como San Felipe y Puerto Ordaz, que están al lado de dos ríos majestuosos, hay un problema terrible con el servicio de agua.

¿Por qué no hay servicio de agua en forma permanente?

El 80 por ciento de la población de Venezuela recibe agua de manera intermitente, no tienen flujo continuo en las tuberías. Por un lado, las  tuberías no están presurizadas , lo cual por norma es obligatorio, porque cuando las tuberías no están presurizadas se pueden contaminar. La segunda condición es que el servicio es insuficiente porque la cantidad de agua que se le entrega a los consumidores es inferior a la que necesitan. Y en tercer lugar, se añade un problema de calidad: hay agua intermitentemente, no siempre la tenemos, tenemos menos agua de la que necesitamos y, para complicar aún más el problema, el agua con frecuencia tiene problemas de calidad en términos de apariencia , porque llega con color, con mal olor, o tiene sabor indeseable. Cuando la apariencia no funciona, el agua no es potable.

¿Por qué se llegó a esto?

Las ciudades venezolanas cuentan con una infraestructura construida hace veinte años atrás, de dimensiones importantes y de excelente calidad. Llegamos a esto porque esa infraestructura está profundamente dañada, deteriorada, lo que quiere decir que, en distintas partes del sistema, está reducida la capacidad de traer agua desde los embalses. En el caso venezolano, casi todas las fuentes están de 50 a 70 kilómetros de distancia, y requieren, además de grandes tuberías, de importantes estaciones de bombeo. Las estaciones de bombeo, como en el caso de Caracas, constituyen una potencia instalada muy importante, que en esta ciudad se acerca a los 600 megavatios de potencia instalada para poder traer el agua de la fuente, y que necesitan periódicamente mantenimiento, reparaciones y renovación tecnológica, principalmente en el sistema de protecciones eléctricas y del sistema de protección electrónicos.

Los camiones cisterna no son la solución para la falta de agua en Venezuela, dijo experto.Imagen: Getty Images/AFP/L. Ramirez

¿Cómo se produce ese deterioro?

El equipo técnico ha sido suplantado progresivamente por cuadros con bajo nivel de capacitación y, además, con muy escasos recursos técnicos para acometer el mantenimiento y reparación de las instalaciones. Todas las instalaciones de los sistemas de transporte de agua de las principales ciudades tienen distintos niveles de deterioro, tanto en las estaciones de bombeo como también en las aducciones, las tuberías que traen el agua, en algunos casos, presentan  obstrucciones y, en otros, fugas muy importantes.

¿Cuál es el estado de los sistemas de transporte de agua?

Lo que está pasando es que, en este momento, a nivel nacional se está entregando la mitad del agua que se producía 20 años atrás, en 1999. Eso está motivado no por el deterioro de las fuentes, que en general siguen siendo las mismas. Pero hay que destacar que en estos 20 años no se construyeron fuentes nuevas, sino que se contribuyó al deterioro de los sistemas de transporte.

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En el caso de Caracas, en este momento solamente se producen 12 mil litros por segundo, y 20 años atrás, la ciudad recibía 20 mil litros por segundo, con la infraestructura existente para esa época.

Al tener todas las ciudades menos suministro que el que tenían hace 20 años, la forma de operarlo ha sido  imponer unos sistemas rígidos de restricción en el abastecimiento, lo que llaman racionamiento y eso es cada vez más intenso, más profundo, con un ciclo más alejado precisamente porque los procesos de deterioro electromecánico no se detienen y continúa avanzando el deterioro. 

¿Los problemas de abastecimiento se deben a falta de inversión o a la mala gerencia?

Yo diría que el proceso de deterioro de las empresas de agua ocurrió antes de que empezarán a dañarse las instalaciones de Hidrocapital del año 1999. Esta era una organización robusta técnicamente, bien desarrollada con normas internas muy claras, pero además de eso con equilibrio económico que le permitía tener recursos suficientes no solamente para mantener y operar el sistema, sino para completar la inversión del embalse Taguaza,  que se puso en servicio en octubre del año 98.

Los técnicos fueron sustituidos en todas las empresas por funcionario que tenían obediencia régimen y que en general estaba muy poco preparados técnicamente para la misión que tenían, que era  operar justamente servicios de alta complejidad como lo es Hidrocapital o el Metro de Caracas.

Ese  proceso se agravó en el tiempo porque la crisis económica del país también hizo que una buena parte de los talentos que tenían mayor competencia se fueran al extranjero, y en este momento tenemos una crisis muy severa de recursos humanos competentes.

La infraestructura deteriorada debe ser mejorada, señala José María de Viana, para que Venezuela vuelva a tener agua en todas las regiones.Imagen: imago/ITAR-TASS/V. Sharifulin

¿Qué se debería hacer ahora?

El camino para salir de esta tragedia,  que afecta  la calidad de vida de los venezolanos, es especialmente mucho más duro en el caso los más humildes, pero tiene también consecuencias muy importante en el tema de salud pública, porque la falta de agua genera más problemas de los que aparentemente ocurren solamente dentro de la vivienda. En primera instancia habría que rehabilitar, poner en condiciones operativas toda la infraestructura que existe en las ciudades del país. Ese plan está diseñado, un equipo de ingenieros hemos trabajado durante varios años identificando cómo hacerlo y dónde hacerlo y podemos decir en forma responsable que es un trabajo que recuperaría la mayor parte de las capacidades en tres años de inversión.

¿Qué hay de cierto en cuanto a la distribución de agua con camiones cisterna?

El gobierno ha anunciado que, para atender la crisis de agua, ha adquirido  un número limitado de camiones cisterna, y que el resto del año va haber la adquisición de otros. Los que conocemos no dudamos en decir que eso es una estrategia de propaganda, además muy cruel, porque está montada sobre la necesidad de la gente. Con los camiones cisterna no se va a resolver ningún problema, nos parece terrible que se está usando ese argumento de que ahora la falta de agua va a ser aliviada por unos camiones que han traído desde otro país .

La razón es muy sencilla: en primer lugar, las cantidades son absolutamente insuficientes. Unos 200, 400 camiones representan solamente una fracción del agua que necesita cualquiera de las grandes ciudades de Venezuela. La segunda razón es que los camiones no producen agua. Lo que necesitan las ciudades es traer  más agua, y los camiones van a utilizarse tomando agua de la misma ciudad en la que falta el agua, es decir,  la vamos a sacar agua de los tubos para pasearla en unos camiones.

Faltan recursos humanos para mejorar el abastecimiento de agua en Venezuela, según José María de Viana.Imagen: Getty Images/AFP/L. Ramirez

¿Cuál sería la solución entonces al problema del abastecimiento de agua en Venezuela?

Aumentar la capacidad de los sistemas que distribuyen agua desde las fuente. Para que entendamos esto , el sistema  Tuy II , que surte a Caracas, ha venido funcionando al 50% de su capacidad, y ese es un sistema que tiene capacidad  de diseño de cerca de 7000 litros, pero este momento solamente entrega como máximo 3.000 litros. Ese 50% de capacidad ,  esas tres líneas de bombeo son indispensables para reducir el problema de escasez.

En el caso del Tuy I es mucho más grave, está funcionando a una cuarta parte de su capacidad, tenemos allí motores, bombas, válvulas que pueden ser corregidas y que podrían traer a la ciudad 3.000 litros más de agua por  segundo.

De acuerdo a la investigación que hemos realizado, podemos decir que esto que ocurre en Caracas por los problemas del Tuy I y Tuy II, por razones electromecánicas que pueden ser corregidas, si se atienden esas razones, eso significa que una sola de las líneas que estamos mencionando traerían 1.000 litros por segundo, que es mucho más que todas las cisternas con las que dicen van a solucionar el problema.

José María de Viana fue presidente de Hidrocapital, la empresa estatal de agua de Venezuela, desde 1992 hasta 1999. Es ingeniero y docente universitario.

(cp)

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