También en 2010, el equipo alemán Bayern Múnich, campeón de campeones, compite por la Copa de la Bundesliga. Al fin de la temporada, los hinchas llenan el estadio de la ciudad. Entre los adeptos también hay discapacitados visuales, y, para que ellos no se pierdan todo el espectáculo, el equipo muniqués pone a disposición comentaristas futbolísticos profesionales que, con gran entusiasmo, se abocan a esa tarea social.

Pasión por el fútbol sin limitaciones

“Schweinsteiger se la pasa a Ribery. Ribery se impone y …tiro a 20 metros. Buen tiro, pero pasó de largo. A centímetros del poste, vuela la pelota fuera del arco”. Son las palabras de Tobías Wahnschaffe, que está en su elemento, comentando el penúltimo partido como local del Bayern Múnich contra Hanover 96. El comentarista, de 30 años, está sentado con su colega Simon Köpfer en la sección de prensa. Sus oyentes son diez personas ciegas o con discapacidad visual que están a unos pocos metros y captan los comentarios en vivo a través de auriculares.

En el estadio del Bayern Múnich las entradas se agotaron y un mar de color rojo, el color de la tricota del Bayern, inunda la tribuna. En el minuto 80 del partido, que va 6 a 0 para el multicampeón, los hinchas del Bayern están en pleno trance futbolístico. Los 69.000 espectadores hacen la ola, mientras Tobias Wahnschaffe y su colega describen en palabras el partido y el tumulto en la tribuna con lujo de detalles.

Es algo que requiere mucha energía, por eso lo hacen en turnos de 15 minutos. Los no videntes les están inmensamente agradecidos: “Claro que esta transmisión es algo muy especial, de gran ayuda, porque así uno realmente sabe con exactitud lo que está pasando en el campo de juego. Es algo estupendo, como escuchar radio en vivo. Y lo explican todo tan bien. Los comentaristas también son muy justos con el equipo contrario y todo lo que dicen es bastante neutral”, dice Walter Schneider, de 54 años y oriundo de Hesse.

Hace tres años que Schneider es fanático del FC Bayern, y, desde entonces, va siempre a ver los partidos. Acompañado por un amigo que lo ayuda a ubicarse en la tribuna, consigue entradas a menor precio: diez euros cada una. Walter Schneider tuvo mucha suerte en esta temporada, ya que pudo asistir a 16 juegos. La demanda de entradas decide cuántas podrá comprar.

Hacer el bien y entrenarse como reportero

Pero no sólo los hinchas ciegos están contentos de que exista este tipo de servicio. Tobias Wahnschaffe ama su trabajo ad honorem: “Para nosotros también es algo maravilloso. Por un lado, porque podemos hacer algo bueno. Poder transmitir entusiasmo a la gente es algo que hace muy bien. Por el otro lado, es genial para aprender, porque queremos ser comentaristas de fútbol. Es la mejor manera de entrenarnos sin estar bajo presión, es decir, sin que nos escuchen ocho millones de oyentes, sino sólo diez”, explica el comentarista.

Hace tres años que Tobias Wahnschaffe trabaja como comentarista futbolístico para ciegos. Estudió Ciencias del Deporte y de la Comunicación en Múnich. Gracias a que el FC Bayern coopera con la cátedra de Medios, los estudiantes pueden comentar los partidos. Y a pesar de que Wahnschaffe ya trabaja profesionalmente como periodista deportivo y cuenta con mucha experiencia, sigue en su puesto honorífico y se prepara siempre muy intensivamente antes de cada juego.

“Leo el periódico antes de cada partido, y, cuando llega el día, busco en Internet las informaciones más frescas sobre la formación de los equipos y sobre jugadores lesionados. Y, además, leo mucho para entrar en tema. Luego, más o menos dos horas antes del pitido inicial, me reúno con mis colegas y nos preparamos”, ejemplifica Tobias Wahnschaffe.

El fútbol, paso a paso

La idea de ofrecer un servicio a los fans no videntes surgió del responsable del equipo alemán Bayer Leverkusen en el año 1999. Durante un juego fuera de casa, en Inglaterra, observó que en el estadio había personas ciegas que escuchaban un reportaje por radio con auriculares y podían seguir así los acontecimientos en la cancha. Ya de vuelta en Alemania, se le ocurrió comenzar con ese servicio en el Bayer Leverkusen en cooperación con la asociación alemana de no videntes Sehhunde, que se ocupa, entre otras tareas, de adaptar los estadios alemanes a las necesidades de sus miembros.

Nina Schweppe es ciega e hincha de fútbol, y es quien tiene a su cargo, también a título honorífico, el servicio para no videntes. “En octubre de 1999 comenzamos a hacer de la necesidad una virtud. En Alemania no se ofrecían reportajes de 90 minutos en aquella época, y, por eso, contratamos a un reportero con formación especializada para el Leverkusen. Y lo mantuvimos durante largo tiempo, ya que, como está científicamente comprobado por la Universidad de Hamburgo, un reportaje radial no se ajusta a los requerimientos de las personas ciegas”, señala Nina Schweppe.

Durante un reportaje de radio, los comentadores no especializados no describen cada paso detalladamente, subraya Nina Schweppe. Esa es la razón por la cual la asociación ofrece también una vez al año una capacitación para formar comentaristas de fútbol para ciegos. Allí, los reporteros aprenden qué aspectos deben tener en cuenta.

“Posibilitar a los discapacitados una vida normal”

En el FC Bayern hay comentaristas ad honorem desde noviembre de 2005. Desde entonces, cumplen con una tarea importante, según destaca Markus Hörwick, vocero de prensa del FC Bayern: “Justamente las personas discapacitadas son un sector de la sociedad al que debemos dedicarnos para posibilitarles una vida normal, ya que son miembros de nuestra sociedad, como todos los demás. Son gente a la que hay que darle una mano para no hacerlos sentir minusválidos, para ayudarlos. Para que puedan compartir con nosotros todas las facetas de la vida”, puntualiza Markus Hörwick.

El juego termina 7 a 0 para el Bayern, y Tobias Wahnschaffe y sus compañeros se encuentran con los hinchas ciegos después del silbido final del referí. Conversan y escuchan sugerencias y críticas. Y, una vez más, elogios. Así todos vuelven felices a casa después de un partido bien logrado.

Autora: Anja Seiler/ Cristina Papaleo

Editor: José Ospina-Valencia