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El "espacio Schengen" sigue vivo, pero con excepciones

18 de julio de 2024

Viajar sin controles fronterizos es un derecho de los ciudadanos de la UE. Sin embargo, algunos países siguen efectuando controles. ¿Por qué es eso posible o incluso sensato, según el caso? Bernd Riegert desde Bruselas.

Un cartel con la palabra Schengen en Luxemburgo.
En la ciudad luxemburguesa de Schengen, cinco países firmaron el 1985 el primer acuerdo para suprimir los controles fronterizos. Imagen: picture alliance/Caro

Unos 420 millones de ciudadanos de la Unión Europea (UE) y 500 millones de viajeros de terceros países disfrutan anualmente de las ventajas del espacio Schengen. Estos viajes libres de controles son parte del mercado único europeo, el cual establece la libre circulación de personas, mercancías, capitales y servicios en toda la UE. Es la pieza central de la integración europea.

Recientemente, con motivo de la Eurocopa que atrajo a cientos de aficionados a Alemania, el país realizó controles aleatorios para garantizar la seguridad. Ahora, tras terminarse el torneo, las autoridades alemanas se preguntan si tiene sentido mantener estos controles temporales en las fronteras con otros países de la UE.

La legislación europea, no obstante, prohíbe los controles de identidad dentro del espacio Schengen y los controles temporales sólo se permiten en condiciones muy limitadas. 

"Schengen está roto"

En opinión de muchos ministros del Interior de la UE, el control de las fronteras exteriores sigue siendo insuficiente.

Desde 2015, cuando comenzaron los grandes movimientos migratorios desde Oriente Medio hacia la UE a través de Grecia e Italia, ha habido quejas sobre la falta de protección de las fronteras exteriores. El ministro del Interior austriaco, Gerhard Karner, dijo en octubre de 2023 que "Schengen nunca ha estado tan roto como ahora" y en su opinión, la entrada es demasiado fácil para las personas sin pasaporte ni visado.

Por ello, los países de tránsito y los que reciben inmigrantes en la ruta de los Balcanes han empezado a restablecer los controles en sus fronteras. Desde 2015 se han vuelto a realizar controles en la frontera entre Austria y Alemania. Francia, por su parte, también ha aplicado controles después de los atentados terroristas de 2015 y 2016.

Los aficionados de la Eurocopa fueron sometidos a controles fronterizos entre Alemania y Bélgica. Imagen: Christoph Hardt/Panama Pictures/IMAGO

Controles como último recurso

En su informe anual sobre el estado del espacio Schengen, la Comisión Europea señala que los controles de personas en muchas fronteras interiores de la UE no suelen ser "sistemáticos". En realidad, sólo se elige al azar a unos pocos sospechosos y se les somete a un control minucioso, lo que no suele provocar grandes retrasos o atascos al entrar o salir del país.

Como alternativa a los controles con puestos en la autopista, la Comisión Europea recomienda patrullas mixtas de varios países que comprueban papeles, visados y permisos de residencia en puestos de control establecidos espontáneamente.

En suma, el "Código de fronteras Schengen", que acaba de ser revisado y adoptado por todos los Estados miembros, establece que los controles fronterizos visibles permanentes son sólo "el último recurso".

Estos controles fronterizos sistemáticos sólo se permiten en caso de peligros específicos o en caso de grandes acontecimientos, como los Juegos Olímpicos o las cumbres del G7. Además, deben limitarse a un máximo de seis meses y estar justificados. Así lo exige el Tribunal de Justicia Europeo en su jurisprudencia. Tampoco tienen que ser autorizados, sino sólo notificados con cuatro semanas de antelación.

En la práctica, sin embargo, los Estados miembros amplían una y otra vez sus excepciones a este reglamento con vagas justificaciones como la presión migratoria, la amenaza terrorista, la preocupación por la seguridad. La Comisión Europea les advierte que limiten sus controles fronterizos a lo estrictamente necesario, pero no tiene poder real para ejecutarlo.

Este código también incluye una normativa de emergencia. Si, por ejemplo, una frontera exterior se ve bajo presión de un gran número de inmigrantes, los Estados miembros pueden controlar sus fronteras interiores sin avisar con mucha antelación.

¿Tienen sentido los controles internos?

En Alemania, algunos cargos de la CDU, el FDP y los sindicatos policiales sostienen ahora que los controles fronterizos en las fronteras interiores de la UE fueron muy eficaces durante la Eurocopa de fútbol y que, por tanto, deben mantenerse. Sin embargo, este trabajo policial no tiene por qué realizarse necesariamente en las fronteras. Controles adicionales en las autopistas del interior del país, en las estaciones de ferrocarril o en otros puntos neurálgicos podrían haber producido un éxito similar.

La Comisión Europea señala que la delincuencia relacionada con las drogas, por ejemplo, debe combatirse mejor en el origen, es decir, en los grandes puertos de la UE como Hamburgo, Amberes o Ámsterdam, y no sólo en las fronteras interiores del espacio Schengen. Los Estados miembros de la UE están de acuerdo y han puesto en marcha planes de acción para mejorar los controles portuarios.

El espacio Schengen incluye todos los países de la UE excepto Irlanda y Chipre, así como Suiza, Liechtenstein, Noruega e Islandia.

(aag/ers)

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