Los organizadores cuentan con la presencia del peruano Mario Vargas Llosa, el chileno Jorge Edwards, la colombiana Laura Restrepo, el argentino Edgardo Cozarinsky, el cubano Miguel Barnet y la uruguaya residente en Madrid Carmen Posadas, dijo Ulrich Schreiber, director del festival.

Ello, en cuanto a los nombres conocidos. Pero los organizadores están empeñados también en llevar a Berlín “una serie de autores jóvenes que rondan los 40, que estamos conociendo y a quienes les estaremos entregando la invitación en las próximas semanas”.

“También creo que participará Isabel Allende, lo que me alegra mucho, y espero que llegue mucha gente del mundo de habla alemana al festival', agregó Schreiber.

Europa desconoce a los nuevos autores

Schreiber dijo que hoy en Europa el lector promedio en general desconoce lo que escriben actualmente las generaciones de latinoamericanos más jóvenes, pasado el gran “boom” de las letras de la región hace algunas décadas.

“Y por ello queremos poner el acento en América Latina, porque queremos ver qué se escribe hoy”, resaltó.

“Tendremos diferentes conferencias, en las que los autores presentarán sus obras con moderadores cualificados y también habrá discusiones políticas sobre los nuevos acontecimientos políticos y movimientos sociales en la región.

También se invitará a una representante de Madres de Plaza de Mayo y a Madres de otras regiones, como las de San Petersburgo”.

El fenómeno de las megaciudades

Schreiber aregó que el Festival que convoca anualmente a más de 30.000 personas y forma parte de los Berliner Festspiele debatirá sobre el fenómeno de las grandes ciudades como San Pablo, Buenos Aires, Río de Janeiro y Ciudad de México, con participación de diferentes intelectuales, y que para ello se invitará al mexicano Carlos Monsiváis.

De acuerdo con sus organizadores, el Festival Internacional de Literatura de Berlín permite vivir a través de sus doce jornadas “la diversidad literaria en tiempos de la globalización”.

Y, sobre todo, el festival aspira a dar impulsos a las nuevas generaciones, ya que en él “las más interesantes nuevas revelaciones de las letras cuentan con los mismos derechos que los reconocidos grandes nombres de la literatura mundial”, concluyó Schreiber.