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Viktor Orbán: ¿Agitador o ejemplo?

Daniel Heinrich
4 de julio de 2018

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, está de visita en Berlín. El político defiende una postura rígida ante los refugiados y para muchos conservadores alemanes se ha convertido en un modelo a seguir.

Belgien - EU-Gipfel in Brüssel - Orban
Imagen: Reuters/Y. Herman

A Viktor Orbán no le gustan ni los rodeos, ni los refugiados en Europa. A modo de ejemplo, se puede recordar su declaración sobre la política europea de refugiados en otoño de 2015: ”Son irresponsables todos los políticos europeos que ofrecen falsas esperanzas y animan a los inmigrantes a dejar todo atrás arriesgando su vida para poner rumbo a Europa con la promesa de una vida mejor. Si Europa no vuelve al camino de la razón, saldrá perdiendo en esta lucha crucial”, dijo el político.

Orbán enunció esta frase en el momento álgido de la "crisis de los refugiados”, en septiembre de 2015. Al mismo tiempo, fue el primer jefe de Gobierno europeo en levantar alambre de púas en la frontera, con el objetivo de mantener a los refugiados fuera de Hungría. Entonces, para muchos Orbán se dio a conocer como un agitador en lo que se refiere a la política de migración.

Instigación constante contra refugiados

A muchos de sus compatriotas no les sorprendía esta posición. Orbán fue cofundador y presidente del partido Fidesz - "Unión Cívica Húngara”, y gobierna Hungría desde 2010 con primer ministro, cargo que ya ocupó anteriormente entre 1998 y 2002.

Imagen: picture-alliance/AP Photo/D. Vojinovic

 Su curso político de los últimos años se ha caracterizado por una posición restrictiva frente a los migrantes. Y aunque se le consideraba liberal al comienzo de su carrera, ahora no duda en advertir contra los peligros que los refugiados suponen para Europa. Para él, la migración es el "caballo de Troya del terrorismo” y no desea cambios en la configuración étnica de Hungría. Incluso llegó a declararse explícitamente en contra de una "mezcla de pueblos”. Por lo tanto, parecería lógico que el primer ministro húngaro se niegue a aceptar propuestas de Bruselas de distribuir equitativamente a los refugiados. En total, Hungría debería aceptar a unas 1.300 personas y todavía no se ha permitido la entrada de nadie. Ni las masivas protestas, ni las denuncias, ni las violaciones de acuerdos esgrimidas por Bruselas han conseguido cambiar esa posición.

Modelo para los conservadores alemanes

Orbán y su partido son conscientes del éxito de esta política en su país. Hace solo tres meses se celebraron elecciones en Hungría y se saldaron con una victoria clara para Fidesz. En coalición con el KDNP, el Partido Popular Democrático Cristiano, alcanzó una mayoría de dos tercios en el Parlamento húngaro. 

Además, la estrategia de Orbán parece también funcionar fuera de casa. Aunque esté siendo criticado por políticos de izquierda, otros conservadores, también en Alemania, coinciden con las tesis de Orbán. En los últimos años, el gobernante húngaro fue invitado habitual en la convención de la CSU (Unión Social Cristiana) alemana en Wildbad Kreuth, junto al líder del partido y ahora ministro del Interior, Horst Seehofer. Este le llemó en 2016 "estimado Viktor”, elogios que no quedaron sin respuesta cuando Orbán describió a la CSU como "compañeros de batalla”.

Discrepancias entre el discurso y el número

Sin embargo, existe una gran diferencia entre la importancia que Orbán asigna a la migración y la realidad de la mayoría de los europeos. Actualmente hay casi 2,3 millones de refugiados que viven en los 28 países de la UE (500 millones de habitantes), cifra que equivaldría al 0,45 de la población. 

La estadística es mucho menor en Hungría. Actualmente, solo algunos cientos de personas están alojadas en las zonas de tránsito establecidas en la frontera con Serbia. Según fuentes oficiales, alrededor de 3.350 personas solicitaron asilo en Hungría en 2017, la mayoría procedentes de Afganistán, Irak y Siria. Alrededor de 1.000 recibieron protección subsidiaria. Pero, en total, solo se tramitaron 100 solicitudes de asilo. Los beneficiarios tienen derecho a permanecer y recibir atención médica durante un mes en un campo de refugiados. Después tienen que mantenerse por sí mismos. En total, en Hungría solo hay seis refugiados por cada 10.000 personas. En comparación, en Alemania habría 117.

A pesar de estas cifras tan pequeñas, la política de migración mantendrá su papel predominante en la visita de Estado de Orban a Alemania. Él mismo considera problemáticas algunas decisiones de la canciller Angela Merkel, como ya dejó claro en una conferencia de prensa en Bruselas en 2016: "El problema no es un problema europeo, el problema es un problema alemán”. Para él, solo es aplicable una política de sin rodeos y sin refugiados en Europa.

Daniel Heinrich (jag/er)

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