Sin connotación negativa

KÖLNER STADT-ANZEIGER, Colonia: “El uso de armas es parte de la sociedad estadounidense y no tiene una connotación negativa entre los norteamericanos. Al contrario, los padres están orgullosos si su hijo o hija eligen la carrera militar, las cacerías familiares son tradición en muchos lugares y vestimenta de camuflaje puede comprarse ya para niños del preescolar. La violencia con armas continúa a nivel político y en la cultura pop: en las interminables orgías de disparos y violencia de Hollywood y en la política exterior, en la que la guerra es concebida como un instrumento normal de la política.”

Peligrosa siembra

NEUE ZÜRCHER ZEITUNG, Zúrich: “El sano juicio nos dice que la enorme sobredosis de violencia que se le proporciona diariamente a la juventud en forma de imágenes y sonidos, vídeos y juegos de computadora, es una peligrosa siembra, que más tarde o más temprano tiene consecuencias. Porque brutaliza e inmuniza contra el dolor humano. El recurso sobre el que se discute tradicionalmente en EE. UU. siempre después de una matanza –un control de las armas de fuego– está bloqueado políticamente y solo sería a todas luces insuficiente. También existen masacres que tienen lugar sin armas de fuego. Deben hallarse medios y formas para inducir a los medios electrónicos a reducir la representación de violencia. Las masacres comienzan en el cerebro.”

Malas perspectivas

DE VOLKSKRANT, Amsterdam: “Para mucho estadounidenses, el derecho a tener armas es y seguirá siendo una cuestión esencial, que expresa una característica central de la nación. Está relacionado con una percepción (a menudo romántica) de una vida pura y libre en la era de los pioneros. Ello sería menos explosivo si por lo menos se comprendiera que en la sociedad actual se necesitan reglas más severas. Pero el poderoso grupo de defensa de intereses de los fabricantes de armas de fuego lo impide una y otra vez, argumentando falsamente que ‘no son las armas, sino los seres humanos lo que matan a otros seres humanos’. Es de esperar que la tragedia de Virgina lleve a los políticos a resistirse a los fabricantes de armas de fuego y limitar la venta de armas. Pero la experiencia no permite ser muy optimista.”

Cortedad de miras

LE MONDE, París: “En la ideología estadounidense, las armas son tan importantes que hasta los demócratas tienden a contraponer el culto a la libertad individual al bien público. Esa cortedad de miras se deriva sobre todo de la presión que ejerce la National Rifle Association, el grupo de defensa de intereses más poderoso de los EE. UU., capaz de organizar campañas contra diputados y senadores que se opongan a los intereses de los fabricantes de armas. Pero en un país en el que el ‘derecho a poseer y llevar armas’ está anclado en la Constitución y en el que existen unos 192 millones de armas, el problema no se debe sólo a un grupo de intereses. Luego de la tragedia se oyó decir que es lamentable que ni los profesores ni los estudiantes puedan llevar armas, ya que uno de ellos podría haber neutralizado al asesino. Con ese tipo de argumentación, los EE. UU. están muy lejos de controlar la violencia.”