Según una agencia de noticias alemana, “este será”, probablemente, “uno de los viajes más cortos que jamás haya realizado un Papa al extranjero”. Pero el Papa no visitará Francia, sino dos instituciones europeas. Y es que Francisco hablará el martes ante el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo. No está prevista ninguna misa. Ni siquiera un almuerzo. Y es que tres horas y cincuenta minutos después de aterrizar, su avión volverá a despegar con destino a Roma. Parece que el Pontífice quisiera dar ejemplo a los políticos europeos.

El que también espera un mensaje contundente por parte del Papa es el alemán Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo. En su audiencia papal en Roma el año pasado, Schulz invitó a Francisco a visitar Estrasburgo. Algún tiempo después, Schulz constató un “creciente interés” del Papa por la política. Según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, Francisco no intervendrá en calidad de consejero. El Pontífice, por tanto, fue invitado por los diputados como una autoridad moral: “No viene como hombre de Estado”.

Francisco cree que política de refugiados europea es "inhumana"

Donde sí actúa como un peso pesado el Papa en lo que a moralidad se refiere es en el tema de los refugiados.

En su primer viaje como nuevo Papa en 2013, Francisco visitó la isla mediterránea italiana de Lampedusa. Allí, recordó a las muchas personas que han perdido la vida tratando de llegar al continente. Según él, Europa se lava las manos. El problema de los refugiados debe “afrontarse con la lógica de la hospitalidad, y no con la de la indiferencia”, escribía Francisco recientemente.

Las mismas palabras podrían haber sido expresadas por el Papa en relación al conflicto del este de Ucrania. El presidente de la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE), el Cardenal Reinhard Marx, espera que los próximos discursos del Pontífice supongan un impulso para la paz y la reconciliación.

“También tiene que hablar de la guerra que se está desarrollando en nuestro continente”, señala Marx, quien a su vez es arzobispo de Múnich y Freising, y presidente de la Conferencia Episcopal alemana. Por lo tanto, la visita del Papa ante el Consejo de Europa, al que también pertenecen Rusia y Ucrania, puede tener un significado especial.