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El manatí en Filipinas

21 de abril de 2015

En el pasado, miles de manatíes retozaban en las aguas costeras de Filipinas. Hoy, sobreviven algunos en determinadas áreas protegidas.

Imagen: Nicola Sfondrini / CC BY 2.0

Los últimos de su especie: manatíes en Filipinas

03:20

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Objetivo del proyecto: El establecimiento de áreas protegidas: por un lado, frente a la isla de Busuanga (a través de la ONG C3); por otro lado, en Palawan, o Isla de la Paragua (a través de la ONG Rare).

Tamaño del proyecto: la ONG C3 cuenta con tres trabajadores, que supervisan el estado del lecho marino y la presencia de manatíes. A su vez, realizan labores de sensibilización en la población y cuentan con la ayuda de 40 voluntarios. Por otro lado, un grupo, también de voluntarios, vigila el cumplimiento de las prohibiciones de pesca y la eliminación de las redes de arrastre para la ONG Rare.

Inversión del proyecto: La organización C3 cuenta con el apoyo económico de fundaciones de Hong Kong, Japón y Bélgica, así como con 25.000 euros al año de las autoridades filipinas para la Conservación de la Naturaleza. Por otro lado, la organización Rare ha establecido una zona de protección marítima frente a Caramay/Palawan con dinero de los EE. UU., Alemania y las Naciones Unidas.


Los manatíes, o vacas marinas, comen hasta 25 kilos de zostera, una especie de planta acuática, al día. Una vez que tienen el estómago lleno, les gusta retozar en las aguas costeras templadas, de relativa poca profundidad. No obstante, esto puede llegar a ser peligroso: los manatíes tienen a menudo accidentes con las hélices de las barcas motoras. Además, a veces se enganchan en las redes de arrastre y no logran llegar a la superficie del agua para conseguir aire. Especialmente son los ejemplares jóvenes, los que se encuentran en mayor riesgo. Como consecuencia, es una especie en peligro de extinción en todo el mundo. En las costas de Filipinas casi han desaparecido. Sin embargo, ahora no sólo los políticos han despertado, sino que la población también está interesada en la protección de este animal, que reconoce como parte de su cultura. Así, algunas ONG como C3 o Rare, se encuentran con los oídos abiertos de la sociedad, en su lucha por establecer áreas protegidas. La prohibición de la pesca a gran escala en las praderas marinas, así como rutas preestablecidas para las embarcaciones podrían ayudar a preservar esta especie amenazada.

Un videoreportaje de Kerstin Schweizer

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