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Mendigos en las calles

9 de diciembre de 2011

En varias ciudades alemanas se ha producido en 2011 un aumento de la delincuencia y de la mendicidad. Sobre todo de bandas de pordioseros de Rumania y Bulgaria.

Mendicidad: ¿dar o no dar?
Mendicidad: ¿dar o no dar?Imagen: Fotolia/D-Racer


Un día como cualquiera en la plaza de la Catedral de Colonia. La gente pasea alrededor del imponente templo gótico. Y al caminar observa a los mendigos, que, silenciosos e inmóviles como estatuas, esperan que alguien coloque una moneda en su gorra, agradeciendo luego en correcto alemán. Se trata de mendigos rumanos, un fenómeno que se repite en casi todas las ciudades de Alemania.

Desde el verano de 2010, las autoridades alemanas se ven confrontadas a un fenómeno que les resulta conocido desde los años 90. Se trata de bandas de pordioseros y delincuentes del sureste europeo, sobre todo de Rumania, que han vuelto a aparecer en escena. Uno de los centros de actividad es Colonia. Christoph Gilles, vocero de la Policía de esa ciudad, dice que un seis por ciento de los delitos cometidos por extranjeros son cometidos por ciudadanos rumanos.

Hace poco, Gilles acompañó a dos policías rumanos, que colaboran con sus colegas alemanes, por el centro de la ciudad de Colonia. El resultado de esa operación fue positivo, según Gilles, ya que se logró descubrir varios de los delitos cometidos por ciudadanos rumanos.

“Pudimos desenmascarar a una banda de delincuentes interurbanos que habían asaltado a una pareja de jubilados de Colonia en su vivienda. Los malhechores fueron descubiertos por los ancianos en el momento del robo, y entonces los golpearon brutalmente, los ataron y se llevaron sus pertenencias”, explica el vocero de la Policía coloniense. Y añade que le siguieron la pista a la banda hasta reunir pruebas, que suman 18 delitos con daños de aproximadamente 100.000 euros. Los cuatro delincuentes están ahora en la cárcel.

Muchos mendigos organizados en Colonia aprovechan la época navideña.Imagen: picture-alliance/ ZB

Christoph Gilles también posee datos sobre otra banda de Rumania cuyos siete miembros también fueron detenidos. Habían cometido 32 robos de metal de obras causando perjuicios que superan los 600.000 euros. Dos otras personas que habían saqueado cajeros automáticos en el centro de la ciudad de Colonia entre noviembre de 2010 y abril de 2011 se hallan en prisión preventiva.

Las informaciones acerca de la presencia de policías rumanos en Colonia tuvieron un efecto de escarmiento. Según datos de la Policía, disminuyó la cantidad de delitos cometidos por ciudadanos rumanos. La cooperación con las autoridades rumanas correspondientes –sobre todo con el Consulado de Rumania en Bonn- es muy buena, señala Gilles, que no califica a esos delitos de “criminalidad organizada”. En lugar de eso, se refiere a la “acción organizada” de bandas de mendigos, un problema que compete a las autoridades de Orden Público.
 

Bandas de mendigos toman el centro de las ciudades

De hecho, en los últimos tiempos, varios ciudadanos de Colonia se quejan de la agresividad con que una enorme cantidad de mendigos actúan en el centro de esa ciudad. Recientemente, en un reportaje de la emisora alemana WDR, se pudo ver cómo uno de los pordioseros cambia de lugar su muleta y comenzaba a cojear con la pierna ‘sana'. Robert Kilp, director de la Oficina de Orden Público de Colonia sabe que la mayoría de mendigos agresivos de Colonia proviene del Este de Europa. Se trata, sobre todo, de organizaciones de Rumania y Bulgaria que controlan a los que piden en la calle, subraya Kilp. Los jefes de esa ‘mafia' poseen automóviles lujosos y organizan el hospedaje de los mendigos en viviendas improvisadas.

En las ciudades, no todos miran a los que piden.Imagen: picture-alliance/dpa

“Hemos constatado que viven hasta 20 personas en un departamento pequeño, en sótanos y hasta en áticos”, dice Kilp, quien agrega que, por lo general, se confirma luego que esas personas se dedican a la mendicidad o a cometer delitos.

Durante un recorrido por el centro de Colonia se los ve por todos lados. Es evidente que han desplazado a los indigentes y han ocupado los mejores lugares para desarrollar su negocio, situándose delante de centros de compras y cafés, así como en esquinas muy concurridas. Un habitante de Colonia dijo que “en la plaza de la catedral no se permite mendigar a nadie que no haya entregado su óbolo a la mafia rumana”. El vecino de Colonia es rumano, vive hace 20 años en esa ciudad y ha conversado a menudo con las ‘estatuas vivientes' en su idioma natal. En Alemania, la mendicidad silenciosa no está prohibida ni es punible, ya que no es una infracción. Pero muchas veces, los pordioseros se convierten en una molestia al orden público porque, si no tienen éxito mendigando, se organizan para robar billeteras.
 

Mendigos: otra forma de la esclavitud

Según el director de la Oficina de Orden Público de Colonia, no es mucho el dinero que les queda a los mendigos. “Por lo general, esas personas no se benefician con el dinero recaudado con la mendicidad, sino que lo deben entregar a sus jefes, algo que hacen rápidamente a través de un banco cercano a la estación principal del ferrocarril que se dirige hacia Sofía o Bucarest”, explica Robert Kilp. La policía pudo constatar que, en menos de media hora, esas sumas son retiradas por los ‘jefes' de los clanes en Rumania o Bulgaria.

La pobreza y la corrupción aumentan la mendicidad organizada.Imagen: AP

La época navideña es fría y gris para las tristes estatuas humanas que pueblan las calles del centro de las ciudades alemanas. Algo que hace que muchos de los paseantes abran no sólo su corazón, sino también su billetera. Pero, lamentablemente, no están beneficiando a esas personas, sino a quienes se enriquecen con otra de las formas que toma la esclavitud moderna.

Autor: Zoran Arbutina/ Cristina Papaleo
Editor: José Ospina Valencia

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