Wallraff revive el debate sobre el racismo en Alemania
28 de octubre de 2009El polémico escritor ha vuelto a la carga, esta vez, para denunciar la discriminación contra los negros asumiendo la personalidad del somalí Kwami Ogonno, un inmigrante que sufre burlas y agresiones por parte de hinchas de clubes de fútbol, de tranquilos vecinos de Baviera y discriminación hasta en la cosmopolita Colonia.
Desde hace cuatro décadas Günter Wallraff investiga la realidad alemana desde dentro, pero sobre todo, desde abajo. Haciéndose pasar por el reportero Hans Esser, trabajó en una redacción local del diario sensacionalista Bild y denunció los turbios métodos utilizados en sus investigaciones periodísticas. Su obra Cabeza de Turco, relata sus experiencias vividas disfrazado como trabajador turco. El periodista se convirtió en los años 70 y 80 en la voz de la conciencia del periodismo y de la sociedad alemana.
Africa para los monos
Esta vez el periodista vuelve a denunciar las miserias humanas en la sociedad alemana y haciéndose pintar la cara de café oscuro, apertrechado de unos lentes de contacto sobre sus ojos azules y una peluca afro, se hizo pasar por un inmigrante somalí que intenta adaptarse a la sociedad alemana y lo único que recibe son insultos y discriminación.
Armado con una minicámara y un micrófono, Kwami Ogonno recorre Alemania de sur a norte y de este a oeste, a veces solo y otras, acompañado de su familia. Con las imágenes el periodista produjo el documental “Schwarz auf Weiss” (Negro sobre blanco), que concentra 86 minutos del total de 600 rodados por su equipo.
Las primeras imágenes filmadas desde el ojal de un botón hacen imaginarse la miseria social a la que se enfrenta un africano en Alemania. “Europa para los blancos y África para los monos”, grita una figura de gigante, que lo expulsa de una discoteca. “¿Porqué la agresividad aquí?”, pregunta Kwami y el hombre responde: “África para los monos”.
Racismo occidental
Cuando se trata de retratar la hostilidad hacia los extranjeros en el país de la cerveza y la salchicha, uno pensaría que habría que ir a las llamadas “no go areas”, como fueron definidas por la comunidad africana durante el Mundial de Futbol 2006, es decir, a la provincia profunda en el Este de Alemania, a Sajonia, a la región al norte de Berlín.
Pero no, hasta en la abierta y multicultural Colonia, ciudad natal de Wallraff, hay un racismo oculto que sale a relucir cuando el supuesto inmigrante somalí intenta rentar un departamento. Aunque la casera lo trata con amabilidad, lo descarta diciendo: “Estaba tan negro, que me espanté, aunque por teléfono no lo pude identificar como tal porque hablaba bien alemán, pero estaba tan negro como el de Heidi Klum” (aludiendo al cantante Seal, marido de la supermodelo alemana).
Durante la pasada Feria del Libro de Fráncfort, Wallraff relató las discriminaciones sufridas, la búsqueda en vano de una vivienda y de trabajo. Ahí contó que desde hace 15 años tuvo la idea de disfrazarse de inmigrante africano, cuando intentó hacerse pasar por un fugitivo náufrago de una embarcación proveniente de África.
El periodista de 67 años dijo tener muchos amigos africanos, cuyos relatos fueron su fuente de inspiración. Durante el año que se hizo pasar por Kwami Ogonno, el periodista nunca dijo por iniciativa propia su procedencia. Sólo si le preguntaban respondía ser un alemán negro o un inmigrante somalí que aprendió alemán en el Instituto Goethe.
En todo caso, la cinta, que fue estrenada hace unos días no ha estado excenta de polémica. Algunos medios señalan que más que un africano, Wallraff parece un payaso y destacan que las reacciones que provoca son de extrañeza más que de racismo.
Autora: Eva Usi
Editora: Emilia Rojas Sasse