Hace 14 años que Thomas Schaaf es director técnico de unos de los clubes emblemáticos de la Bundeliga: el SV Werder Bremen.

Las razones de tan larga carrera en un mismo club, son los años de gloria. La etapa más exitosa del SVW contienen: un título de liga, tres copas alemanas (DFB-Pokal) y respetables resultados en la competencia internacional. Pero esto parece historia. El Werder Bremen hace ya tres años que a duras penas se mantiene en la mediocridad y en esta temporada ha llegado a peligrar su permanecia en la clase más excelsa del fútbol alemán.

La pregunta que muchos se hacen ahora es, ¿podrá el no hace tanto partícipe de la Champions League, adaptarse a una lucha contra el descenso a la segunda división?

Si bien los jugadores se muestran optimistas y declaman que la permanencia sólo depende de ellos, el último prtido contra el equipo 1899 Hoffenheim, evidenció serias falencias. Sobre todo el nerviosismo juega en contra de los nórdicos, que durante gran parte del partido mostraron claro predominio y al final se tuvieron que contentar con un empate. Por eso, no estaría de más sacar fuerzas de las flaquezas de los rivales y apostar a que ellos sigan tropezando.

El entrenador en situación desconocida

Los mecanismos corrientes del fútbol profesional, aquellos que premian el éxito y castigan inmisericordemente el fracaso, no han afectado por el momento a Thomas Schaaf. Por el contrario, tanto los dueños del club como él mismo se han jurado lealtad mutua. Sin embargo, hay comentaristas que ponen en duda que Schaaf logre encontrar las palabras adecuadas para animar a su pupilos. Según sus críticos, el entrenador falló en marcar la pauta y tomar decisiones drásticas cuando la situación lo ameritaba. Con ello se refieren a los castigos disciplinarios que recién hace algunos días recayeron sobre Marko Arnautovic y Eljero Elia por irse de farra en plena crisis deportiva del Werder.

Con excepción de los sancionados, pareciera que los jugadores han levantado cabeza de acuerdo a lo mostrado en el último partido contra el Hoffenheim. Pero aún faltan 180 minutos, en los cuales los jugadores deberán luchar y esperar que rivales como el Fortuna Düsseldorf y el Hoffenheim jueguen aún peor que el alicaído Werder.

Autor: Thomas Klein / MH

Editor: Enrique López