Wernher von Braun: el controvertido genio tras la hazaña del alunizaje
20 de julio de 2009Wernher Freiherr von Braun es una de las figuras alemanas más enigmáticas del Siglo XX. Su trabajo para los nazis lo continuó prácticamente en la misma forma para los estadounidenses. Bajo la égida nazi, construyendo cohetes mortíferos; bajo la de la NASA, construyendo los cohetes que llevaron a los estadounidenses a la Luna.
La vida del llamado “hombre cohete” ha despertado tanto rechazo como fascinación. Von Braun nunca estuvo dispuesto a frenar su ímpetu científico, ya fuera en una dictadura o en una democracia. Su vida ha sido tratada desde los más diversos ángulos en la literatura, el cine y la historia: unos lo ven como el “cerebro” detrás de los planes militares de la dictadura nazi para atacar lejanos países con sus cohetes. Otros, por su parte, lo ven como el brillante creador y el verdadero pionero mundial de la conquista del Espacio.
Dolor y destrucción en ciudades europeas
El pasado nazi siempre siguió a Wernher von Braun. Después de su muerte, en 1977, reaparecieron imágenes desconcertantes de Wernher von Braun, no sólo para los amantes de la técnica aeroespacial: fotos de cohetes V2 al lado de casas británicas destruídas en Londres y en la ciudad belga de Amberes.
Pero no sólo esas imágenes relacionan a von Braun con la barbaridad nazi. Hay documentos históricos que muestran los lánguidos cadáveres de trabajadores de los talleres y laboratorios subterráneos en Dora, el campo de concentración para trabajos forzados en donde Wernher von Braun construyó el precursor de los cohetes que fueron a la Luna: el V2. Von Braun siempre negó tener responsabilidad personal en los crímenes nazis.
¿Genio abusado o inescrupuloso oportunista?
Unos ven en Von Braun también al genio del que se aprovecharon poderes oscuros. Con su invento, la Guerra Fría adquirió otra dimensión en la era del armamento nuclear. Un invento del que luego los programas espaciales de los Estados Unidos igualmente sacaron provecho.
Otros no pierden de vista al “oportunista e inescrupuloso” Wernher von Braun, a quien presumiblemente nada le importó con tal de construir un cohete que, aunque llevó el Hombre a la Luna, también hubiera podido extinguir a millones de personas, en caso de que una guerra Atómica hubiera estallado en los años de la confrontación ideológica Este - Oeste..
Buscando al “verdadero” Wernher von Braun
Pero una biografía, aparecida en 2006, ha esclarecido significativamente la vida y figura de este controvertido científico alemán. Su autor es Michael Neufeld, del National Air & Space Museum der Smithsonian Institution, de Washington, un conocedor del progama de cohetes durante la Segunda Guerra Mundial.
Desde que su mamá, el día de su confirmación, le regaló un telescopio, Wernher von Braun se convirtió en un chico que siempre soñó con volar al Espacio. No sólo fue un joven dotado con inteligencia y carisma, sino también alguien a quien las oportunidades y condiciones le permitieron, de una forma casi increíble, realizar su sueño.
Música, ingeniería y un “pacto con el diablo”
Wernher von Braun nació el 23 de marzo de 1912 en la otrora provincia prusiana de Posen (hoy en territorio polaco). Su primera pasión fue la música. El joven Von Braun tocaba excelentemente el piano y estaba a punto de aceptar una oferta de una beca de Paul Hindemith, cuando decidió lo que realmente quería hacer: construir cohetes para llegar al Espacio.
Desde niño, Wernher, había comenzado a jugar construyendo primitivos autos- cohete. Leía las novelas sobre los fantasiosos viajes a la Luna de Julio Verne y ya con 13 años de edad se dedicaba a la literatura científica sobre la construcción de cohetes.
Ya antes de empezar sus estudios de física, Wernher von Braun experimentaba, de la mano del pionero Hermann Oberth, con la construcción de cohetes propulsados con líquidos en Berlín-Reinickendorf. Una vez graduado, en 1934, el ejército alemán lo contrató como ingeniero. Un año antes, Wernher von Braun, de 21 años de edad, se había enrolado en la temida unidad nazi SS.
El que haya hecho un “pacto con el diablo“, lo notó demasiado tarde, según Neufeld. Wernher von Braun, como muchos de los que tenían media vida por delante tras el derrumbe de la dictadura nazi en 1945, no admitió culpas. El hecho histórico empero, es irrefutable.
Autor: José Ospina Valencia
Editora: Emilia Rojas