Señor Ministro del Exterior, en vista de que continúan las protestas en Egipto y de que hoy se convocó a la ‘marcha del millón’, cree Usted que se puede prever ya la retirada de Mubarak?

Guido Westerwelle: “El pueblo egipcio decidirá quién será su gobernante. Lo importante para nosotros es que estemos del lado del proceso democrático y que hayamos acordado ayer en Europa apoyar esa democratización. Sin embargo, no queremos olvidar que al mismo tiempo estamos interesados en que ese país mantenga su estabilidad, es decir, que surja un desarrollo y un movimiento democrático y no que terminen asumiendo el poder los fundamentalistas o radicales. Si fuera así, las condiciones, también desde el punto de vista de los Derechos Humanos, terminarían siendo mucho peores.”

¿Al decir que está del lado de la democratización, quiere decir que ya no está más del lado de Mubarak?

“El presidente Mubarak cumplió en el pasado un rol muy constructivo en el proceso de paz en cercano Oriente. Eso no hay quien lo discuta y es por eso también que Occidente trabajó en gran medida con él. Por otra parte, los alemanes – yo mismo durante mi primera visita oficial al Cairo – siempre hicimos hincapié en que era imprescindible respetar los derechos ciudadanos y los Derechos Humanos. Nosotros mismos somos una democracia que se sostiene en determinados valores. Por eso, cuando se trata de temas de política interna, como quién dirigirá el país en el futuro, no tomamos partido más que por la democracia, por la libertad de opinión, la libertad de manifestar, la libertad de prensa.”

Si Mubarak garantizara eso, ¿entonces estaría de acuerdo en que él siguiera en el poder y hubiera nuevas elecciones recién en otoño, por ejemplo?

“Queremos elecciones libres y justas, pero cuál será el proceso que lleve hasta allí será algo que tendrá que ser acordado y decidido por medio del diálogo en Egipto mismo. Este es un asunto interno egipcio, que debe ser resuelto dialogando. Nosotros le exigimos a Mubarak y al gobierno egipcio que se abran al diálogo y al mismo tiempo también exigimos que no se suprima violentamente este movimiento de liberación, impulsado sobre todo por la clase media. Esto desestabilizaría la situación.”

Señor Westerwelle, Usted acaba de estar ayer en Israel. ¿Qué se le señalizó allí?

“Es cierto que en la región la preocupación es grande, porque no hay que olvidar que desde la perspectiva israelí no estamos hablando sólo de Egipto o antes de Túnez. Vemos que también hubo manifestaciones en Jordania. Conocemos la difícil situación en el Líbano y por eso no queremos olvidar que apoyamos el movimiento democrático. Este garantiza estabilidad – el proceso democrático garantiza que se respeten los derechos de libertad y las oportunidades de futuro. Pero no queremos que los radicales accedan gracias a esta ola democrática a una posición de poder.”

¿Cómo puede contribuir Alemania?

“Por ejemplo, no sólo exigiendo en cuanto comunidad internacional al gobierno egipcio que acepte el diálogo y renuncie a la violencia, sino también ofreciendo ayuda práctica en el camino hacia la democracia. Por ejemplo, en elecciones libres y justas, ayudando a construir un sistema jurídico independiente.”

Autora: Anke Plättner / VR

Editora: Emilia Rojas-Sasse