Al Wolfsburgo lo siguió el Bayern, que terminó segundo en el torneo 2008/2009 y disputará la próxima Champions League; Stuttgart, tercero, tendrá que pelear su cupo en una ronda de clasificación al máximo torneo de clubes en Europa y Berlín, cuarto, y Hamburgo, quinto, participarán en la Liga Europa, como se conocerá desde ahora a la Copa de la UEFA. Bielefeld y Karslruhe, último y penúltimo, se despidieron de la primera división alemana, en tanto que el Cottbus tendrá que jugar un partido extra para evitar su paso a la segunda liga.

Como un campeón

Ya en el minuto seis de la última jornada del campeonato más emocionante de los últimos años, el nombre del campeón había empezado a definirse. A esa altura del partido ante el Bremen, el volante creativo Misimovic anotaba el primer gol para el Wolfsburgo, líder del torneo, al que un empate le bastaba para defender la posición de vanguardia.

El equipo dirigido por el entrenador Felix Magath, quien la próxima temporada prestará sus servicios al Schalke 04, hizo valer su condición de local y demostró por qué era el candidato número uno a ganar la Bundesliga: en el minuto 15 se aventajaba en el marcador 2-0 gracias a una anotación del brasilero Grafite, que con 28 tantos se coronó como máximo artillero del torneo, y en el minuto 26 las cosas ya estaban 3-0. A la pausa se fueron con un 3-1 por cuenta del descuento conseguido para el Bremen por Diego en el minuto 31.

El periodo complementario se convirtió en una marcha triunfal para el Wolfsburgo, que sin mayores dificultades se encargó de aumentar el marcador con goles de su “dúo letal” Grafite y Dzeko, los dos delanteros más peligrosos del fútbol alemán en la presente temporada, que suman 53 goles. El nuevo campeón cerró su exitosa temporada, que premió en especial una increíble segunda vuelta en la que obtuvo 43 puntos, con otra goleada (5-1 sobre el Bremen) y una fiesta que estaba inédita en la ciudad.

Final por el segundo puesto

Mientras el Wolfsburgo, el club de la firma automotriz Volkswagen, alcanzaba su primer título, en Múnich el Bayern y el Stuttgart luchaban por asegurarse el segundo lugar con una victoria, y mantenían la esperanza de que un tropezón del líder les concediera el campeonato. Por esta razón, y para aumentar la dramaturgia, en el estadio Allianz Arena no se publicaron en el tablero electrónico los resultados de las otras plazas.

El encuentro presentó todas las emociones que había prometido con antelación esta final por el segundo puesto. Tanto el Stuttgart como el anfitrión, el Bayern, salieron en busca del triunfo planteando un juego ofensivo volcado hacía las vallas del contrario. El club muniqués contó con mejor suerte y en el minuto 16 consiguió por intermedio de su máxima estrella, el francés Franck Robéry, el 1-0. En el primer periodo, la figura de la cancha fue el portero Jörg Butt, quien en apenas cinco minutos (22 al 27) se encargó de salvar tres veces al Bayern, y en el 41 le ganó nuevamente un mano a mano al delantero hispano-alemán Mario Gómez que hubiera significado el empate.

En el segundo tiempo, el compromiso ganó en ritmo y especialmente la última media hora estuvo llena de emociones: en el minuto 60, el capitán Mark van Bommel marcó el 2-0 para el Bayern tras pase de Ribéry, y 15 minutos más tarde los esfuerzos ofensivos del Stuttgart se vieron recompensados con un gol de Gómez. El 2-1 se mantuvo hasta el cierre, dejando al Bayern como segundo y al Stuttgart de tercero.

Sueños frustrados

En el partido entre el Karlsruhe y el Berlín se enfrentaron dos equipos ansiosos por hacer valer hasta el último minuto sus opciones: el local con ganas de permanecer en la primera división, el club de la capital alemana con la posibilidad de jugar en la Champions League, único aliciente al final de un torneo en el que fue candidato al título para despilfarrar sus oportunidades en la fase decisiva.

El Karslruhe, que llegó al enfrentamiento ocupando la última casilla del tablero, atacó con furia a su rival y consiguió un espectacular e inútil triunfo 4-0, pues aunque ascendió una posición (de la 18 a la 17), jugará de todas formas la próxima temporada en la segunda división. El Berlín, por su parte, vio como su sueño de llegar al gran escenario del fútbol europeo se diluía. Una victoria le hubiese bastado para jugar en la Champions League pero, en vez de ello, encajó una penosa derrota contra el que era el club más débil de la competición.

Con un empate a dos goles ante el Hannover, jugando en su propio patio, el Bielefeld es el segundo equipo en despedirse en esta temporada de la primera división. Razón para celebrar tienen en cambio el Cottbus y el Mönchengladbach: el primero, gracias a su victoria 3-0 sobre el Leverkusen, podrá defender en partido extra su cupo en la Bundesliga; el segundo, tras empatar 1-1 con el Dortmund, se salvó definitivamente y permanecerá en la liga de honor del fútbol alemán, que cerró hoy un campeonato 2008/2009 lleno de emociones.

Autor: Daniel Martínez

Editora: Luna Bolívar Manaut