En la encrucijada de la fecha 24, Niko Kovac, timonel de los lobos, confía en la maestría de su equipo para liberarse de las cadenas de la clasificación, una especie de purgatorio que los sitúa en la decimotercera posición de la Bundesliga.

Este purgatorio, similar al descrito por Dante Alighieri en su Divina Comedia, representa el limbo entre la desesperación del infierno y la promesa celestial del cielo futbolístico.

Así como Dante ascendió a través de las dimensiones ultratumba para purificar sus pecados, el Wolfsburgo busca redimirse en la clasificación doméstica. Con 25 puntos, se encuentra a tan solo 5 de la iluminación que otorga la séptima posición, ocupada por el Hoffenheim, el paraíso terrenal de puestos europeos.

Los pecados capitales del Wolfsburgo

La pérdida de puntos en encuentros que deberían haber ganado constituye un pecado mortal que los mantiene al borde del abismo del descenso, a solo tres posiciones del Colonia, ubicado en el puesto 16.

A la manera de Dante, Niko Kovac se enfrenta a la tarea de guiar a su equipo por las gradas del purgatorio futbolístico, exorcizando los errores que los mantienen en la penumbra.

La carencia de goles y el balance desfavorable entre derrotas y victorias los relega a una posición incierta, compartiendo los pecados con otros equipos que también anhelan ascender a la gloria europea.

El Hoffenheim ha ganado 7 partidos y en 8 ha encajado derrotas. Por su parte, el Wolfsburgo es el rey de los empates a nivel internacional en las ligas top, con 16 empates acumulados hasta la fecha. Su última victoria fue hace más de diez semanas, ante el Darmstadt.

La intervención divina del Bayer Leverkusen

Si logran alzarse como campeones de la DFB Pokal, abrirían las puertas celestiales de la competición europea para otros equipos. Para el Wolfsburgo, esto representa una motivación adicional para escapar del purgatorio, buscando el éxtasis de goles y victorias que los conduzca a la luz de los puestos europeos.

(aa)