Ya son 32 los fallecidos tras estallido de gas en La Habana
7 de mayo de 2022
Entre los 32 fallecidos se encuentran 4 niños, una gestante y una turista española. El número de heridos asciende a los 80. Estas son cifras de la Cruz Roja, pero el ministerio de Salud Pública aún no las confirmaba.
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La turista española fallecida en la explosión registrada el viernes en un hotel de lujo de La Habana (Cuba) es una joven de Viveiro (Lugo) que había viajado a la isla con su novio, César Román, herido de gravedad.
Nacidos en 1992 él y en 1993 ella, residían actualmente en el ayuntamiento de As Pontes de García Rodríguez (A Coruña), al que pertenece el chico que lucha por su vida, han indicado fuentes municipales.
La explosión, en la que han fallecido al menos 32 personas y otras 80 han resultado heridas, se produjo minutos antes de las cinco de la tarde del viernes, hora española, cuando un camión cisterna servía gas licuado al hotel Saratoga. En el interior del hotel se encontraba únicamente un equipo de empleados, que trabajaban en la puesta a punto del inmueble para su reapertura el 10 de mayo, después de llevar dos años cerrados por la pandemia.
Un paseo por el casco antiguo le costó la vida a turista española
Los dos turistas españoles estaban en el exterior del hotel cuando les golpeó la onda expansiva. La explosión, que hizo que colapsase una sección del edificio de siete plantas, provocó asimismo una gran columna de humo, que fue visible en gran parte de la capital.
Las autoridades locales apuntan a que la hipótesis más probable del suceso es que el estallido se debiese a una fisura en la manguera del camión cisterna. El Saratoga se encontraba en un edificio de estilo neoclásico construido en 1880 y que funcionaba como hotel desde 1911. Tras ser sometido a una reforma integral, fue reabierto en 2005.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha expresado su pesar en un mensaje que ha publicado en Twitter, en el que también traslada todo su "afecto" a la familia de la víctima y envía un mensaje de ánimo y apoyo al otro compatriota que ha resultado herido.
jov (efe, 14ymedio, medios oficiales)
Sobreviviendo en el peculiar mercado inmobiliario de La Habana
Hecha la ley, hecha la trampa. Los cubanos han desarrollado una serie de trucos para las transacciones inmobiliarias, que permiten que las viviendas se vendan a precios mayores mediante acuerdos verbales.
Imagen: DW/Sanne Derks
A la venta
El 80% de las casas están a la venta en La Habana. A diferencia de otras ciudades, la capital cubana tiene un punto de encuentro entre compradores y vendedores: el Prado. ¿Qué hacen entonces? Recurren a carteles para anunciar la vivienda, como este de Cienfuegos.
Imagen: DW/Sanne Derks
Llegar a un acuerdo
Sábado por la mañana. Potenciales compradores, propietarios e intermediarios se reúnen en la esquina del Paseo del Prado con Colón, en La Habana, en busca de ofertas.
Imagen: DW/Sanne Derks
Un cartón bien caro
La gente publicita sus ofertas con carteles hechos a mano. Comprar una casa con un salario público es una tarea casi imposible, ya que se necesita muchísimo dinero para adquirir una propiedad. Oficialmente, los extranjeros no pueden comprar casas, pero pueden hacerlo poniendo el nombre de un cubano en las escrituras.
Imagen: DW/Sanne Derks
Conseguir financiación
Milagro Socaraz Arazora, que vive con sus dos hijos y su madre en La Habana Vieja, quiere vender su casa por 40.000 pesos cubanos convertibles (34.000 euros) y comprar una más barata por 15.000 en las afueras de la capital. Con la diferencia quiere viajar al extranjero y empezar un negocio de importaciones y exportaciones.
Imagen: DW/Sanne Derks
Vivienda asequible
Alamar, a unos 15 killómetros del centro de La Habana, es un distrito con viviendas más baratas. A menudo, la gente vende sus casas en el centro como medio para conseguir dinero. Antes de 2012, los cubanos solo podían intercambiar sus casas. se aplicaba el valor establecido en los primeros años de la Revolución, así que los contratos tenían un valor de menos de 100 dólares.
Imagen: DW/Sanne Derks
¿Trato hecho?
Jorge (name ficticio) trabaja como permutero (intermediario). Se pasa el día recorriendo las calles en busca de casas en venta. No puede permitirse pagar una licencia, ya que las tasas gubernamentales son demasiado altas. Si logra llevar a cabo un intercambio de casas, se lleva una pequeña cantidad de cada una de las partes. Y si logra una venta, le dan el 5% del precio.
Imagen: DW/Sanne Derks
Todo tiene truco
Los usufructos son habitaciones o espacios donados por el Gobierno donde la gente puede vivir gratuitamente. Ya que no hay derechos de propiedad, no pueden venderse. Oficialmente. No obstante, este propietario quiere cobrar 7.000 pesos cubanos convertibles a los potenciales combradores. Se registrará en el censo el cambio de dirección, pero no se firmará contrato alguno ante un notario.
Imagen: DW/Sanne Derks
Llegar a fin de mes
Con 79 años, Mario Díaz es uno de los intermediarios de mayor edad del Prado. Necesita el dinero, ya que su pensión pública no le da para vivir. vendió su última casa en septiembre. Y la anterior, en noviembre de 2017.
Imagen: DW/Sanne Derks
¿Hora de un cambio?
Aunque las casas se vendían de forma clandestina antes de 2012, la legalización del mercado de la vivienda ha provocado que más gente venda su casa y se mude. Los precios reales no corresponden con el valor de referencia. Y es que el mercado y sus participantes confían en el acuerdo de palabra.