El primer atentado fue ante un cuartel de las fuerzas de seguridad. El segundo ataque se produjo contra un cuartel policial al oeste de Adén, que es sede del Gobierno yemenita reconocido por la comunidad internacional.
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El saldo de 49 muertos y 48 heridos fue comunicado a la prensa por Mohamed Rabid, responsable del gobierno reconocido por la comunidad internacional. El primer atentado, cometido con un coche bomba, fue ante un cuartel de las fuerzas de seguridad en el barrio de Sheikh Othman. El vehículo estalló cuando los policías procedían al saludo de la bandera, según responsables oficiales. Murieron 10 personas y otras dieciséis quedaron heridas, dos en estado crítico. Un balance anterior mencionaba 27 muertos, en su mayoría policías. La organización Médicos sin Fronteras, que gestiona el hospital, confirmó el saldo de 10 víctimas mortales.
El segundo ataque se produjo contra el cuartel policial de Al-Jalaa, al oeste de Adén, que es sede del Gobierno yemenita reconocido por la comunidad internacional. Los hutíes reivindicaron este atentado. Un fotógrafo de la AFP vio los cuerpos de 30 a 35 personas inertes en el suelo. Los rebeldes hutíes aseguraron, a través de su canal de televisión Al-Massirah, que habían usado en el ataque un misil y un dron, y que su objetivo eran los asistentes a un desfile organizado en el cuartel con motivo de la graduación de policías recién formados. Un alto grado de la policía, el general Munir al-Yafyi, murió en el ataque, al ser alcanzado por esquirlas del misil, que cayó cerca de una tribuna. Cerca del gran cráter causado por el misil, el cuerpo de una de las víctimas fue cubierto con una pancarta, utilizada en el desfile, agregó.
Los dos ataques se dirigieron contra las llamadas fuerzas del "Cinturón de Seguridad", entrenadas y equipadas por Emiratos Árabes Unidos, uno de los pilares de la coalición militar encabezada por Arabia Saudita, que interviene desde 2015 en Yemen contra los rebeldes.
FEW/MS (EFE, AFP)
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Ir al colegio en tiempos de guerra
En los países de Medio Oriente en guerra, los niños no solo están en peligro, sino que a menudo su educación está perjudicada.
Imagen: Reuters/K. Ashawi
Las clases siguen a pesar de la destrucción
Estas niñas van a clase en la ciudad portuaria de Hedeidah, en Yemen, a pesar del hecho de que una de las paredes ha sido casi completamente destruida por los bombardeos de la coalición que encabeza Arabia Saudí. La guerra civil yemení lleva ya tres años y no hay fin a la vista. Desde 2015, Riad lidera una coalición contra los houthis, apoyados por Irán.
Imagen: Reuters/A. Zeyad
Aprender en un granero
Siria es otro país de Medio Oriente destrozado por una guerra civil, con millones de desplazados y cientos de miles de muertos. Algunos niños desplazados van a clase en este granero por la falta de edificios escolares en el área rebelde de Daraa, en el sur del país. Las sillas son otra de las carencias más comunes, por lo que muchos niños se ven obligados a sentarse sobre piedras.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Abazeed
Acuerdo fallido
Pese a que Irán y Rusia, ambos aliados del presidente sirio, Bashar al-Assad, acordaron en julio con Turquía (que apoya a los rebeldes) convertir Ghouta Oriental en una "zona de reducción de las hostilidades", el acuerdo ha sido violado una y otra vez. Esta escuela del pueblo de Hamouria no pudo escapar de los ataques y los trabajadores humanitarios han advertido de la grave situación del enclave.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Almohibany
Colegio improvisado
Niños sirios reciben clase en condiciones improvisadas en la ciudad de Daraa, en el área rebelde. A pesar de que muchos países están intentando que los niños de Siria no se conviertan en una "generación perdida" por la falta de educación, la guerra está haciendo difícil, a veces imposible, que las clases sigan.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Abazeed
Vuelta a la normalidad entre señales de guerra
La pared de esta escuela en el pueblo sirio de Hazima, al norte de Raqqa, está plagada de agujeros de bala de la guerra. El grupo extremista Estado Islámico cerró este y muchos otros colegios del norte de Siria cuando se hizo con el control de la región en 2014. Ahora que ha sido expulsado, los niños pueden volver a sus asignaturas normales y dejar atrás la propaganda extremista.
Imagen: Reuters/Z. Bensemra
Juegos entre ruinas
"¿Dónde juegan los niños?", se preguntaba en una canción el cantante británico Yusuf Islam, más conocido por su nombre artístico, Cat Stevens. Estos niños han encontrado su patio de juegos en un colegio de al-Saflaniyeh, en la provincia de Alepo oriental. Cualquiera desearía, sin embargo, que tuvieran un rincón más bonito y seguro para sus juegos. Autor: Timothy Jones (EAL/RRR)