Hay palabras que no deberían existir, pero que de pronto están en uso. Por esto, desde 1991, un jurado alemán independiente elige la "palabrota del año", un desacierto lingüístico que para la causa indicada es muy inadecuado o que incluso puede herir la dignidad humana. En 1999 p.ej. eligió "daños colaterales", una palabra que pretendía restar importancia a los homicidios de inocentes y que fue el término oficial empleado por la OTAN en la guerra del Kosovo.

La palabrota del año 2002 es "Yo S.A.". Estos "Yo S.A." son parte de un concepto para reformar el mercado laboral alemán. El gobierno y el Instituto Federal de Trabajo esperan que con las nuevas reglas haya un incremento en la fundación de empresas - que consistan de un solo empleado. Usan la palabra "Yo S.A." para expresar que la gente debe trabajar por su propia cuenta para combatir el desempleo.

El portavoz del jurado, Horst Dieter Schlosser, argumentó que la "Yo S.A." profana el destino humano (del desempleo), degradándolo lingüísticamente a un nivel de bolsa. Schlosser indicó que "’Yo S.A.’ es una prueba evidente de que circunstancias sociales difíciles se maquillan con bellas palabras." Los expertos también reprenden que un "Yo" no puede ser una S.A. (Sociedad Anónima) y que el término tampoco puede tomarse con ironía, porque el desempleo no se lleva bien con esta forma de humor.

Expulsados "salen de viaje"

Pero hubo más palabrotas en el 2002. En el segundo puesto está el "Centro de salidas de viaje" (Ausreisezentrum) para un campamento desde donde se expulsan peticionarios de asilo. El jurado señala que con esta palabra se oculta cínicamente un problema que para las autoridades sigue siendo embarazoso. "Si no fuera así hubieran elegido un nombre más sincero."

El tercer puesto lo ocupa la palabra "montón de células" (Zellhaufen) para denominar un embrión humano. Algunos biólogos usan esta palabra para disminuir las reservas éticas hacia la manipulación y el aborto de embriones.

"Eje del mal" propuesta más frecuente

Todos los ciudadanos pueden mandar sus propuestas al jurado, y el "eje del mal" de Bush alcanzó la mayoría. "Sin duda sería una palabrota sin par, si en Alemania la usaran políticos o periodistas serios sin que se distanciaran de ella", dice Schlosser. Pero como en el caso de Bush nadie cayó en la trampa, este año otros políticos triunfaron.