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Votación simbólica

Eva Usi30 de junio de 2012

Un centenar de estudiantes solidarios con el movimiento “Yo Soy 132” realizaron un simulacro electoral frente a la Embajada de México en Berlín, pidiendo elecciones limpias y mejoras al voto de mexicanos en el extranjero

Imagen: DW/Usi

En víspera de las elecciones federales este domingo en las que los mexicanos elegirán al sucesor del presidente Felipe Calderón, un grupo de estudiantes mexicanos realizaron un simulacro electoral simbólico frente a la Embajada de México en Berlín.

La iniciativa de carácter apartidista y divulgada a través de las redes sociales tuvo por objetivo demostrar que es posible realizar un voto ágil y efectivo desde el extranjero que permita una mayor participación de los mexicanos residentes en el exterior. Los jóvenes instalaron una mesa electoral y entregaron una papeleta electoral a cada votante, al que se le marcó el pulgar con tinta indeleble.

Los estudiantes recrearon una votación apegada al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), en el que se podía votar por los partidos y los candidatos que participan en la contienda. El izquierdista Andrés Manuel López Obrador contaba con tres casillas por los tres partidos que lo postulan, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano. El aspirante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, contó con dos casillas por apoyar el Partido Verde Ecologista de México su candidatura. La oficialista Josefina Vázquez Mota contaba con una casilla al igual que Gabriel Quadri de la Torre, del partido Nueva Alianza.

Los estudiantes entregaron a Enrique Palos un documento con sus peticiones.Imagen: DW/Usi

Introducción de candidato independiente

Adicionalmente había una casilla en blanco en el que el votante podía escribir el nombre de un candidato independiente. Al pie de la boleta para el ejercicio del voto simbólico se aclaraba que si el porcentaje de votos nulos era mayor al 25% del total de los votos emitidos se anularía la elección y se convocaría a una nueva votación en un plazo de 60 días.

Mientras transcurría la votación los jóvenes bailaron y cantaron a ritmo de Bamba con estrofas que decían: “aunque viva en Alemania el fraude no me da igual”. Se escucharon, entre otras, El cascabel, La carencia, de Panteón Rococó y la alegre Zacazonapan, de Antonio Zamora, que trajo vivos recuerdos de la patria lejana.

Octavio González Segovia, estudiante de doctorado en Estudios Trasnacionales que cursa en la Universidad Libre de Berlín y la Universidad de Potsdam, dijo que el objetivo principal de la protesta es proponer adecuaciones al COFIPE para que el voto en el exterior se más eficiente y ágil. “Es factible y más práctico votar por Internet que por correo tradicional como se viene haciendo actualmente. Ya hay dos entidades en México que lo realizan como son Chiapas y la Ciudad de México, así como Francia y Suiza, que han tenido buenos resultados”, afirma.

El estudiante señala que es preocupante el gasto desmedido de los partidos políticos, la falta de fiscalización puntual por parte de las autoridades electorales y el dispendio a nivel federal y estatal, en donde prevalecen cacicazgos muy arraigados, sobre todo aquellos emanados del PRI. El joven también se muestra molesto porque el Instituto Federal Electoral (IFE) no haya amonestado a ciertos actores que se han entrometido en el proceso electoral, empezando dice, por el presidente de la República, Felipe Calderón. El problema explica, es que el COFIPE no contempla una sanción al respecto.

Mesa electoral frente a la Embajada de México en Berlín.Imagen: DW/Usi

Ejemplo en Alemania

Después del conteo de votos los jóvenes entonaron el himno nacional y entregaron a Enrique Palos, jefe de la cancillería de la embajada, un documento con las demandas del movimiento. Palos aseguró que haría llegar la petición a México.

Alejandro Wagner, mexicano de padres alemanes, fungió como presidente de la mesa electoral y se mostró convencido del carácter histórico que tiene el movimiento. “Puede ser un ejemplo en Alemania, independientemente de quién gane las elecciones. Nunca había ocurrido que tuviera lugar una protesta masiva contra un candidato. Aquí en Alemania también hay un sentimiento de apatía, que se traduce en abstencionismo. Y es que los ciudadanos ya no se sienten representados por la clase política”, dice.

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