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Yvonne capturada

3 de septiembre de 2011

100 días llevaba ya prófuga la vaca Yvonne, pero su tiempo de campar libre por tierras bávaras ha llegado a su fin. Tantos han seguido su escapada en Alemania y en el mundo que se le perdona el envío al matadero.

Kuh Yvonne (l) geht am Freitag (02.09.2011) auf Gut Aiderbichl bei Deggendorf (Niederbayern) neben ihrem Sohn Friesi durch den Stall. Nach wochenlangem Versteckspiel ist die berühmt gewordene ausgebüxte Kuh am Morgen nach zwei Betäubungsschüssen eingefangen und nach Gut Aiderbichl gebracht worden, wo sie von nun an bleiben wird. Foto: Andreas Gebert dpa/lby +++(c) dpa - Bildfunk+++ pixel
Yvonne: 100 días en libertad llegan a su fin.Imagen: picture alliance/dpa
Yvonne debe ser la única vaca del planeta que tiene un grupo en Facebook. “Yvonne, eres la mejor”, comentaba en la red social una joven alemana, que pedía que se la dejase pastar a su aire: si el animal no quería volver a la granja, sus motivos tendría. Pero al final a Yvonne le ha tirado lo familiar: dejó el bosque, se encontró con unas reses y ahí se acabó el libre albedrío. Porque la prensa y el público la quieren tanto, pasará el resto de sus días junto a otras vaquitas que también recibieron clemencia.
 
Yvonne logró dar esquinazo a los múltiples intentos de apresarla.Imagen: picture alliance/dpa
 
Una sorpresa para Yvonne
 
A punto estaba Yvonne de ser sacrificada cuando emprendió la huida. A medida que fueron pasando las semanas y seguía dándole esquinazo a sus captores, el dispositivo para atraparla fue creciendo hasta dimensiones inesperadas: helicópteros con cámaras infrarrojas, tropas de rastreo, señuelos, una recompensa de 10.000 euros. Todo para hacerse con Yvonne, a la que se le calculaba una inteligencia sobreanimal, mientras llenaba páginas en un sinfín de periódicos.
 
Yvonne se convirtió en el icono de la carne que quiere vivir y no acabar a la parrilla. “Vive la liberté”, comentaba otra usuaria en Facebook. Sus andaduras llenaron el vacío veraniego, y no sólo en Alemania. Ahora que se acerca el frío del invierno, lista como es, ha decidido regresar al calor del establo, se explica en Internet. Yvonne se había acercado a un grupo de vacas y el momento fue aprovechado para lanzarle una inyección con un somnífero. “¡Bravo!”, festejaba otra internauta, “eso casi no le supuso estrés”.
 
Con tantos seguidores, enviarla de nuevo al matadero hubiera resultado imposible. Nadie puede comerse algo que se llama Yvonne. Así que pasará el resto de sus días retirada en una granja de la Baja Baviera que atiende casos como el suyo. Allí podrá hacerse mayor, “y tenemos una sorpresa para ella: Friesi, el hijo que daba por muerto y al que Yvonne quiere especialmente”, aseguraba el gestor de la hacienda, Michael Aufhauser.
 
El gigantesco dispositivo para capturar a Yvonne.Imagen: picture alliance/dpa
 
Alivio generalizado
 
“Qué bien que esté de vuelta, espero que se encuentre bien”, indica otra entrada en la red social. El happy end de esta historia deja a todos satisfechos. A los defensores de los animales, que la consideran un triunfo de la naturaleza. A las autoridades, que han logrado que acabe sin sangre. A quienes les enternece Yvonne. A quienes esperan que en el futuro la vaca reciba muchas visitas. A la prensa que ha vendido el tema. Y a la prensa que considera que ha llegado el momento de hablar de otra cosa; escribe el diario alemán Dresdner Neueste Nachrichten: “porque el verano no trajo más que frío, crisis y constantes peleas en la coalición gubernamental, la fuga de la vaca venía como anillo al dedo”.
 
Autor: Luna Bolívar/ dpa
Editor: Pablo Kummetz
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