¿Zona de tránsito o centros de recepción de refugiados?
Andreas Gorzewski (JAG/VT)2 de noviembre de 2015
Para canalizar la afluencia de refugiados, CDU y CSU proponen crear zonas de tránsito mientras su socio de coalición, el SPD, prefiere los centros de recepción. ¿En qué se basan estos planes?
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Para mantener el control sobre la cantidad de refugiados que llegan a Alemania, los partidos cristianodemócratas CDU y CSU proponen la creación de zonas de tránsito. Dichas instalaciones estarían cerca de las fronteras y servirían como filtro para impedir la entrada de los que no cumplen con los requisitos para solicitar asilo en Alemania. Por ejemplo, los que proceden de los Balcanes. Así se pretende disminuir la saturación de los centros de acogida y, al mismo tiempo, reducir el plazo de tramitación de solicitudes que necesita la Oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF).
Acelerar dichos procesos también es el objetivo del socio de coalición, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Sin embargo, la opción preferida por este serían centros de recepción descentralizados. Así los refugiados ya estarían en suelo alemán a la hora de ser registrados y, a diferencia de las zonas de tránsito, podrían abandonar dichos centros en cualquier momento.
Según la propuesta de los cristianodemócratas, las zonas de tránsito funcionarían como el modelo de los aeropuertos alemanes en base al artículo 18A de la Ley de Asilo. Los que lleguen sin papeles o con documentos falsificados y quieran solicitar asilo serán retenidos en un centro de tránsito, una regulación también aplicable a refugiados procedentes de países considerados seguros como Kosovo, Macedonia, Serbia, Albania y Montenegro.
Proceso exprés
El proceso de repatriación o la aceptación de solicitud se deciden en los aeropuertos en pocos días. Entretanto, los candidatos no pueden abandonar la zona adecuada a tal efecto. De facto, se considera que todavía no han llegado a Alemania. Además de evitar largos procesos de tramitación, es más fácil llevar a cabo la repatriación desde el aeropuerto si se rechaza la solicitud. Esta medida afectó en la última década a unos cientos de personas. En 2014, fueron 643 los afectados.
Por el contrario, en zonas de tránsito de la frontera alemana habría que tramitar miles de procesos rápidos de asilo. Además, sería cuestionable que se pueda enviar de vuelta a los solicitantes a su país de origen en autobús, en tren o en avión. Aunque el número de refugiados de los Balcanes siga siendo alto, cada vez hay más de otros países como Afganistán. Y la mayoría siguen siendo refugiados de la guerra civil siria, que sí tienen derecho a asilo. Otro argumento por el que las zonas de tránsito no podrían cumplir su cometido sería la localización, puesto que a lo largo de la extensa frontera alemana los refugiados podrían sortear dichas zonas y registrarse ante las autoridades una vez dentro del país.
Directrices europeas
Para la ejecución de dichas propuestas también hay que observar las directrices europeas sobre el Derecho de Asilo de 2013. Estas permiten instalaciones de este tipo, pero no dan detalles concretos sobre su ejecución dejando un amplio margen a la interpetración.
Las directrices europeas están, sobre todo, dirigidas a la construcción de zonas de tránsito en las fronteras exteriores. Hacerlo entre Estados miembros, como Austria y Alemania, sería una novedad. Para la Comisión Europea, según el derecho comunitario, tales instalaciones solo serían viables en caso de excepción y de forma provisional. Una excepción podría ser, por ejemplo, el peligro para la seguridad nacional. Pero la existencia de ese peligro es un tema controvertido en el escenario político.
Además, la creación de zonas de tránsito en las que se decida sobre la viabilidad o retorno de los refugiados solo tendría sentido en combinación con la aplicación de nuevos controles fronterizos. Según el tratado Schengen, vigente en la mayoría de países de la UE, tales controles solo deberían aplicarse en caso de excepción. A los dos meses habría que levantarlos y solo podría ampliarse su aplicación hasta los dos años contando con una aprobación de la Comisión Europea.
El negocio con los refugiados (29.10.2015)
Miles de refugiados atraviesan Serbia rumbo a los países occidentales de Europa. Para los comerciantes en las proximidades de los campamentos representan un negocio lucrativo. Diego Cupolo reporta desde los Balcanes.
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Conductor de autobús o coyote?
En los Balcanes, el negocio del transporte crece vertiginosamente. En la entrada del campamento de refugiados en Presevo (Serbia), el albanés Liridon Bizazli ofrece un servicio de transporte en autobús a Croacia por 35 euros. Como mesero solo gana unos ocho euros al día. Con la venta de boletos de autobús entre 50 a 70 euros.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos se ayudan
Pese a la ganancia que genera su negocio, Bizazli no está orgulloso de él. Asegura que a veces también transporta gratuitamente a familias con niños que no tienen dinero para pagar el pasaje. “Yo también fui un refugiado”, cuenta. “Los viajes en autobús deberían ser gratuitos. Europa da dinero a Serbia para que ayude a los refugiados, pero el Gobierno no hace nada.”
Imagen: DW/D. Cupolo
Demanda y oferta
Cada día, entre 8.000 a 10.000 refugiados arriban a Presevo. Debido a la creciente demanda, los negocios en la región han extendido sus horarios de apertura. A las tiendas de alimentos y cocinas rápidas no les faltan clientes. Los precios se han duplicado, en algunos casos hasta triplicado. “En ningún otro lugar en Serbia he visto una hamburguesa tan cara como aquí”, dice Bizazli.
Imagen: DW/D. Cupolo
Desde tarjetas SIM hasta carretillas
Aparte de comida, lo primero que los refugiados buscan en un nuevo país son tarjetas SIM para poder comunicarse con sus familias y amigos. Por ello, cerca de los campamentos de refugiados, muchos habitantes venden tarjetas telefónicas prepagadas. Pero también ofrecen otros objetos útiles, como esta carretilla para transportar a las personas débiles, como esta mujer kurda de Siria.
Imagen: DW/D. Cupolo
Vendedor de zapatos
Pese a la inminente llegada del invierno y el aumento de las lluvias, muchos refugiados continúan su camino descalzos. Stefan Cordez, coordinador para el sur de Serbia de Médicos Sin Fronteras, explica que por ello muchos sufren infecciones de la piel y se lastiman los pies. Bajo estas condiciones, la venta de calzado y calcetines es un negocio lucrativo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Documentos de segunda mano
Los países a lo largo de la Ruta de los Balcanes deben registrar a todas las personas nuevas que arriban. Frente a algunos campamentos de refugiados las filas son kilométricas. La voluntaria Daniela Gabriel, de Presevo, cuenta que algunos conductores de autobuses recogen los documentos de las personas que han transportado a Croacia para vendérselos a las personas que no quieren hacer fila.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falsas informaciones
En tanto, algunos taxistas y choferes de autobuses llevan a los refugiados que han pagado pasaje hasta Croacia a ciudades serbias, donde sus documentos son tramitados en oficinas de registro inexistentes, prosigue Gabriela. A fin de evitar que los refugiados sean víctimas de falsas indicaciones, reparte información al respecto en el campamento.
Imagen: DW/D. Cupolo
Robo en las autopistas
Otros ayudantes, que prefieren permanecer en el anonimato, cuentan que han sido amenazados de muerte por advertir a los refugiados de taxistas peligrosos. Alexander Travelle, voluntario de Presevo, relata que una familia fue asaltada con arma de fuego, después de haber pagado 80 euros por persona para ser transportada a Croacia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos reciben su pedazo del pastel
Bizazli admite que paga cien euros de "mordida" o coima a la semana a la Policía local para poder vender sus boletos de autobús enfrente del campamento de refugiados en Presevo. “Simplemente les das lo que piden y te dejan en paz”, dice. También otros ayudantes saben de taxistas que sobornan a los agentes policiales.
Imagen: DW/D. Cupolo
Precios exagerados
Con la caída de las temperaturas, cada vez más hoteles ofrecen hospedaje a los refugiados. Sin embargo, aquellos que no pueden pagar los precios exagerados de las habitaciones son rechazados.